BOLETIN IATROS, MARZO 2020.
CIRCULO DE CIBERLECTURA
INDICE.-
Noticias.- Cursos Fundación
Grifols
Comentario
de libros.- Contra la simpleza
Artículo
original.- En el adiós al Colme, una molécula versátil.
Webs
de interés.- STAT
Vídeo
recomendado.- Inadaptado, (misfit).
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Noticias.-
La iatrogenia y la ética. Fundación Grifols
Introducción a la bioética en la práctica
multidisciplinar clínica
Del 16 de marzo al 30 de abril
Comentario de libros.-
Altschuler DR. Contra la
simpleza. Ciencia y pseudociencia. Ed. A.Bosch. Barcelona 2017.
Es este un libro amable que hace fáciles conceptos
relativamente complejos. El objetivo es encomiable: trazar una línea divisoria
entre lo que es ciencia y seudociencia, por un lado, y dar instrumentos para
detectar informaciones carentes de rigor. Por desgracia nos tememos que pocas
personas amantes del esoterismo prestarán atención al libro…. ¡Una pena! Suele
ocurrir que quien mas necesita algo es quien menos se percata de su necesidad….
Se inicia el libro estableciendo lo que debemos
entender por ciencia. Distingue verdades absolutas (por ejemplo, 2+2=4), de las
asintóticas, (en general todas las afirmaciones que realiza la ciencia cuando
trata de modelizar la Naturaleza: son verdades aproximativas, que en el curso
de años venideros se perfeccionarán), de las verdades relativas, (por ejemplo, “a
mi me gustan las rosas mas que las margaritas”). Define racional como uso de la
razón, y razonable como el buen uso de esta facultad. Usamos la razón cuando
aplicamos principios lógicos, por ejemplo cuando realizamos deducciones. Y podemos
pensar que usamos la razón cuando en realidad estamos cayendo en falacias. En
este punto el texto no es exhaustivo, mas bien se limita a algunos ejemplos eso
sí, suficientemente ilustrativos. Finalmente define racionalización como
justificación mediante argumentos.
Alschuler se ayuda de esquemas para una mayor
claridad expositiva, lo que se agradece. Sería el caso del capítulo de “Ciencia
y Sociedad”, donde remarca dos ideas: los científicos pueden decir grandes
tonterías cuando hablan de temas de los que no son expertos, o cuando tratan de
transferir conocimientos de su campo a otro campo, (sería el caso de algunos
físicos cuánticos tratando de extrapolar el principio de incertidumbre a la
vida cotidiana). Otro gran capítulo, (muy recomendable para docentes de instituto
que expliquen estadística) es el de “azar, contingencia y necesidad”, un
excelente resumen de cómo nos engañan apelando a porcentajes, medidas de
dispersión y gráficas.
El libro se alimenta de muchos ejemplos trabajados
por Kahemann (recordarán el libro “pensar rápido, pensar lento”, que en su
momento comentamos en este blog). En algunos momentos adopta un cariz netamente
antirreligioso, (en contra del diseño inteligente, de las religiones en general, como motor de
guerras y calamidades), y siempre contrario al esoterismo. Puede hacerse en
este punto repetitivo y quizás también simplificador…. Pero el libro también contiene innumerables
citas de filósofos antiguos y modernos, a los que el autor apostilla con “máximas”
de su propia cosecha, y que resultan inspiradoras. He aquí algunas que me han
parecido interesantes:
Contra principia negatem disputari non potest.
(Podríamos traducir como “ no se puede discutir con aquellas personas que no
son coherente con principios”, es decir, sin adoptar principios no se puede
argumentar ni debatir argumentos).
Sin la duda no hay espacio para el progreso.
Es fácil mentir con estadísticas, (como se dice a
menudo), pero es difícil llegar a la verdad sin ellas.
Preferimos historias a estadísticas, y testimonios a
observaciones controladas.
La vida no tiene un propósito.
No confunda la verdad con su conocimiento de la
verdad.
Hay infinitas mas formas de equivocarse que de estar
en lo cierto.
Aquello que se propone sin evidencia puede rechazarse
sin evidencia.
Que algo sea irrefutable no lo hace cierto.
Confundimos correlación con causación.
Evite un juicio que se base en la información mas fácilmente
accesible.
Las razones para creer algo y las razones para que
sea cierto no son lo mismo.
Que tenga derecho a una opinión no la hace cierta.
Lo extraordinario requiere prueba extraordinaria.
Creer es fácil, saber es difícil y pensar es
incómodo.
Finalmente destacaría una guía breve para distinguir
una información plausible de otra información que “suena” a seudociencia, (en
el Apéndice 2 del libro). Esta guía Altschuler advierte que se ha inspirado en JL
Cotton, “The Baloney detection kit”. El lector encontrará en el libro un provechoso
comentario de cada uno de estos puntos:
1-¿Cómo se anuncia el alegato o descubrimiento?
2.-¿Suele la persona o grupo en cuestión hacer
alegatos de este tipo con frecuencia?
3.-¿Es evidencia anecdótica lo que se cita como
prueba?
4.-¿Alega la fuente (persona, grupo) que “la ciencia
establecida trata de reprimir este descubrimiento”?
5.-¿Encaja el alegato en lo que sabemos del
Universo?
6.-¿Se realizó el descubrimiento en una situación de
aislamiento?
7.- ¿Ha tratado alguien de refutar el alegato?
8.-¿Ofrece la persona o grupo una nueva explicación para
fenómenos observados o simplemente está atacando la explicación existente?
9.-¿Alega la fuente (persona o grupo) que “este
conocimiento ha sobrevivido tanto tiempo que debe ser bueno?
10.- El efecto observado es demasiado pequeño o es
inobservable en la presencia de escépticos?
11.-¿Mejoran con el tiempo las pruebas del
descubrimiento?
12.-¿Qué tipo de razonamiento se usó? (Falacia post
hoc, ergo propter hoc)
13.-¿Se han ignorado o echado a un lado otras
pruebas?
14.-¿Es posible refutar la afirmación mediante
observaciones? (Falsación).
15.-¿Se ofrece una cadena de pruebas?
16.-¿El invento que se alega, violaría los principios
de la termodinámica?
17.-¿Se presentan pruebas conmensurables con la
espectacularidad del alegato?
18.-Si el efecto se mide en una muestra, ¿cómo se
obtuvo esa muestra?
19.-Si el efecto es el resultado de una comparación
entre dos muestras,¿se ha considerado si hay fundamento para rechazar la
hipótesis nula de que no hay diferencias más allá del azar?
20.- Cuidado con el pensamiento de que “no pudiendo haber
otra explicación, hemos de admitir que es verdad” (Falacia de Sherlock Holmes).
21.-¿Acude el alegato a alguna forma de magia?
Francesc Borrell
Sant Pere de Ribes.
Artículo original.-
En
el adiós al Colme, una molécula versátil
En marzo de
2018, la farmacéutica FAES emitió una nota en la que aludía a un “Plan de
Discontinuación” de su especialidad Colme®,
que partía del acuerdo de la empresa con la Agencia Española del Medicamento y
Productos Sanitarios (AEMPS) ante la comunicación, por parte del fabricante, de
las dificultades para suministrar la especialidad. Estas dificultades habían
motivado un amago de retirada del medicamento unos dos años antes. La nota no avanzaba
la posible fecha para la desaparición del producto de las oficinas de farmacia
ni planteaba medidas especiales o la posibilidad de intercambio por otro
medicamento de acción análoga.
Casi un año después, algunas oficinas de farmacia avisaron de que ya no disponían del medicamento ni estaba previsto que vuelvan a tenerlo, reproduciendo ese cese sin aviso oficial que ha sucedido otras veces, es decir, sin comunicación “oficial” desde el fabricante, desde la AEMPS, o desde las instancias o agencias autonómicas que basan su conocimiento en estas materias en lo que publicita la agencia, en cuya web seguía apareciendo aún el Colme® como un medicamento sin problemas de suministro. Pero meses después la constatación de la desaparición del producto es ya tan firme que no es posible encontrarlo en la web de la AEMPS. Así pues, casi 50 años después de su autorización, si nos atenemos a que fue autorizado en octubre de 1971, el Colme®, o si se quiere la cianamida cálcica o carbimida, los dos nombres más habituales de su principio activo (otros son nitrolim, carbimida cálcica o cianamida) son ya historia en nuestra farmacopea. No por ello es menos interesante considerar su historia y sus usos en otras áreas, mucho más complejos de lo que podría parecer. Por cierto, que para escribir menos a partir de ahora llamaremos al producto carbimida, que no solo es más corto, sino que es el nombre que daba la AEMPS en su web a la molécula.
El Colme® en la web de la agencia: Autorizado en 1971, en un pantallazo obtenido
en las semanas en que el producto no era ya obtenible en oficinas de farmacia.
Nótese que no referencia alguna a problemas de suministro ni acceso a ficha
técnica o prospecto
La historia del efecto antabus
El Colme® se ha empleado como aversivo del
alcohol por su capacidad para inhibir la aldehído deshidrogenasa (AldD). En
nuestro organismo, el etanol es transformado por la alcohol deshidrogenasa (OHD)
en aldehído, un producto tóxico que debe ser convertido en ácido acético por la
AldD. Cuando se inhibe este último enzima se produce un acúmulo de acetaldehído
cuya toxicidad puede generar desde el efecto aversivo que persigue la
administración controlada del medicamento hasta reacciones graves y
potencialmente letales, por lo que lo que se persigue al administrar Colme o
similares es inhibir la enzima es que el paciente, consciente del riesgo, evite
el consumo de alcohol. Como veremos más adelante, la inhibición de la AldD no
solo es propia del disulfiram (Antabus®)
o la carbamida (Colme®), sino que
también lo presentan otros fármacos y es posible encontrarlo en la Naturaleza,
pero no empezó a entenderse hasta que la aparición del disulfiram.
A su vez, y
como sucede con tantas otras moléculas, el disulfiram es un producto
pluriempleado, algunas de cuyas acciones, y en particular su acción sobre el
metabolismo de, alcohol, se descubrieron por puro churro, es decir: por lo que
ahora denominamos serendipia, que queda mejor. Fue sintetizado en 1881 y para
1900 ya se empleaba en el proceso de vulcanización del caucho, en el que sus
cuatro átomos de azufre podían tener una especial utilidad para acelerar las
reacciones.
Ya en los
años 30 del siglo pasado se informó de casos de hipersensibilidad al etanol en
trabajadores del caucho expuestos a disulfiram, y se sugirió por este motivo la
molécula podría ser útil como lo que ahora llamamos con el horroroso término de
“interdictor” del alcohol, pero el
salto hacia su conceptualización como medicamento se produjo en la década
siguiente. Para entonces ya se había verificado que productos estructuralmente
similares eran útiles para combatir la sarna, por lo que se estudió el efecto
del fármaco en otros parásitos, incluidos los helmintos intestinales, a partir
de ciertas consideraciones sobre el metabolismo de estas especies que no
detallaremos para no aburrir en demasía al lector. En ese empeño destacaron dos
científicos daneses, el médico Jacobsen y el farmacólogo Hald, quienes como
parte de lo que hoy llamaríamos “desarrollo” del medicamento ensayaron el
producto en sí mismos, lo que resultó en que sin quererlo ni sospecharlo ambos
experimentaron una notable intolerancia al alcohol, especialmente y según
cuentan las crónicas, en el caso del médico. El hallazgo no hubiera pasado de
ser una curiosa anécdota para nuestros investigadores de no ser porque llegó a
oídos del médico Oluf Martensen-Larsen, que desde su experiencia en el
tratamiento del alcoholismo entrevió el interés que podría tener “interdictar”, si vale el término, el
consumo de etanol a sus pacientes. Esto impulsó de forma definitiva el
desarrollo del disulfiram como fármaco, llevó a identificar el mecanismo por el
que produce su efecto y permitió que para 1952 Medinalco, el laboratorio en el
que trabajaban nuestros investigadores, obtuviera una patente para el producto,
que no tardaría en diseminarse por todo el mundo. En España, de hecho, está
autorizado, según la AEMPS, desde octubre del año 1949, en lo que o bien
refleja su uso en la sarna o bien representa una autorización con carácter
retroactivo siguiendo el esquema de la patente original, que protegía el
fármaco desde ese mismo año.
Como se ha
planteado más arriba, son muchos los productos que comparten el “efecto
antabus”, con el que pasó a conocerse esa obstinada inhibición de la AldD.
Podemos citar fármacos como el metronidazol
(Flagyl®), ocasionalmente utilizado
como “interdictor” en el hospital en
que uno hizo la residencia en los lejanos años 80, en épocas de
desabastecimiento o de dudas razonables sobre la eficacia de los productos
habitualmente empleados para este fin. Pero hay muchos más:
·
Antidiabéticos orales como acetohexamida, clorpropamida,
tolazamida o tolbutamida (no comercializados en España en la actualidad)
·
Algunas cefalosporinas
(cefamandol, cefoperazona, moxalactam)
·
La isoniazida, aunque su
ficha solo alude a problemas relacionados con el alcohol por la posibilidad de
que exista una neuropatía de esta etiología que se vería complicada por el
fármaco
·
Antibióticos como el cloranfenicol
(actualmente solo disponible en colirio; cuidado con la posibilidad de que
llegue al tracto digestivo),
·
El antidiarreico, por microbicida, furazolidona, no disponible en nuestro mercado, como tampoco está
accesible el antihelmíntico levamisol,
que parece una reminiscencia del pretendido uso del disulfiram en esa
indicación al compartir con él su efecto inhibitorio de la AldD
·
La griseofulvina,
antifúngico no disponible en nuestro mercado.
·
La mepacrina o quinacrina, usado como antipalúdico
(deberá desaconsejarse ir de potes a quienes lo tomen como profiláctico en
viajes a países endémicos)
·
También antiprotozoario, el nifuratel,
no disponible en nuestro mercado.
·
La procarbazina (Natulan®),
empleada en el tratamiento de linfomas
·
La pargilina, un IMAO-B
irreversible, relacionado por ello con la selegilina. Fue utilizado en su
momento como antidepresivo, pero no llegó a comercializarse en España.
·
El vasodilatador antiadrenérgio alfa tolazolina, no disponible en nuestro mercado.
·
El antiprotozoario y antianaerobio tinidazol (Tricolam®),
cuya ficha técnica ya describe una reacción antabus, aunque sin denominarla así
·
La fentolamina (OraVerse®), utilizada en Odontología
para revertir el entumecimiento de los labios y la lengua causado por la
inyección de los anestésicos locales asociados a un vasoconstrictor (sin
referencia al efecto en la ficha técnica)
Además, los
textos dicen que las sulfonamidas también tienen efecto antabus, pero el Septrin®, que contiene sulfametoxazol,
lleva en una presentación un alcohol como excipiente. Sea como fuere, vemos que
existe una amplia gama de fármacos que pueden inhibir la AldD.
En el mundo
industrial tienen esta acción disolventes como la dimetilformamida o el
tricoloroetileno (antiguo anestésico declarado como de alta peligrosidad en la
UE), el tretracloruro de carbono (empleado en su momento como refrigerante y
extintor y abandonado por su extrema toxicidad hepática), el cloruro de
metileno (un producto tan versátil como tóxico utilizado en múltiples áreas de
la industria), las oximas (grupo intermediario en la síntesis de muchos
productos) o el cloroformo. Y la carbimida; es decir el Colme®, porque este medicamento interdictor,
como en el caso del disulfiram, es el resultado del descubrimiento serendípico
de que un producto industrial de uso actualmente agrícola inhibe la AldD.
Y, por
supuesto, en ese inmenso laboratorio que es la Naturaleza encontramos moléculas
con capacidad de bloquear o inhibir la AldD. Son moléculas diseñadas por los
más versátiles de los químicos, esto es, las plantas y los hongos, que llevan millones
de años probando productos que pasan el filtro de la Selección Natural cuando
mejoran la capacidad de supervivencia o de reproducción de la especie. Las
moléculas así desarrolladas que tienen una acción tóxica o son puros venenos
para los depredadores de la planta o del hongo tienen muchas posibilidades de
persistir en el kit básico de supervivencia de la especie. Así, existen hongos
–setas, queremos decir- que utilizan la vía de la inhibición de la AldD como
mecanismo defensivo. Esto tiene sentido no porque los animales que se alimentan
de ellas consuman habitualmente morapio, sino porque si existen en muchas
especies enzimas implicadas en el metabolismo del alcohol es debido a que este
producto está presente, en mayor o menor medida, en la fruta muy madura, un
alimento de alto poder energético. Dicho sea de paso, para ser abstemio total
uno tiene que quitarse de comer fruta.
Selección de hongos productores de sustancias con acción
inhibitoria de la AldD. Los sumilleres informados saben que maridan fatal con
cualquier vino, independientemente de su clase, denominación de origen o añada
Comentábamos
más arriba que la griseofulvina, un fármaco antifúngico, tiene efecto antabus.
Hay que recordar que el producto proviene de un hongo, el Penicillium griseofulvum, lo que sugiere que las moléculas
defensivas de algunas especies de hongo son también multitarea.
Carbimida
Después de
esta introducción llega el momento de meternos en harina con la carbimida. Con fórmula
CaCN2, es un compuesto inorgánico que en condiciones ambientales se presenta en
cristales en sistema hexagonal; son además inodoros, de color blanco y se
descomponen en presencia de agua. La presentación industrial tiene un color
terroso.
Pero hay que decir que lo que buscaban los investigadores era una forma alternativa y eficiente de cianuración del oro, un procedimiento también conocido como el proceso de cianuro o proceso de MacArthur-Forrest, que es una técnica metalúrgica para extraer oro a partir de mineral baja calidad. La técnica convierte el oro (insoluble en agua) en aniones metálicos complejos de aurocianida, solubles en agua, mediante un proceso denominado lixiviación. Es el proceso más comúnmente utilizado para la extracción de oro, pero implica la participación de productos tóxicos, como el cianuro, por lo cual no deja de ser un procedimiento bastante gamberro desde el punto de vista de la protección medioambiental y de la salud pública.
Lo cierto es que Frank y Caro observaron que la hidrólisis de la carbimida daba lugar a amoniaco a través de esta reacción
CaCN2 +
3 H2O → 2 NH3 + CaCO3
El éxito del producto fue grande. En 1975 se producían a nivel mundial 200.000 toneladas, casi la mitad de ellas en Alemania, lo que desde luego da para fertilizar mucho y para interdictar aún más, aunque este último uso ha sido casi insignificante en el conjunto de los usos de la molécula. Más tarde la producción decayó, pero en los últimos años se dice que se ha animado debido a que otros fertilizantes y pesticidas van siendo retirados del mercado por su toxicidad.
En algún lugar de Vitoria |
Colme® y Criminología
Pero si la
carbimida ha conseguido hacerse un hueco en la cultura no es exactamente porque
se le reconozca un papel relevante en el tratamiento del alcoholismo a través
de su capacidad interdictora, sino
por su salto a las páginas de sucesos. El primer caso más grave y sonado fue el
de una mujer que envenenó a su marido y a sus hijos en Melilla, hace ya 15 años
y que una vez descubierta fue condenada a 84 de cárcel. Valiéndose de que si
bien la carbimida industrial es terrosa y de aspecto sucio el Colme® es incoloro e insípido, administró dosis altas y prolongadas del
medicamento a su familia con el propósito de desembarazarse de ella. Los
fallecimientos, más que por una reacción alcohol – antabus, poco probable en
sus hijos, menores de edad, se debieron a la alta hepatotoxicidad del producto a
esas dosis elevadas y continuadas. Hay que hacer notar que dos medicamentos
importantes en el tratamiento del alcoholismo, los dos interdictores típicos –disulfiram y carbimida- son hepatotóxicos,
por lo que resulta incómodo pensar que se han administrado durante años para
tratar una enfermedad que a su vez afecta seriamente a su hígado. Claro que
también podemos acordarnos de que hace ya años se retiró del mercado por
hepatotoxicidad (además de toxicidad cutánea) el tetrabamato, un medicamento
muy empleado en diversos momentos de la adicción al alcohol y cuyo nombre
original, transferido también a nuestro mercado –Sevrium- remitía a la discontinuación del consumo (a modo de
destete o sevrage).
Ferbamato |
Previamente al caso anterior, a principios de los noventa, una asistenta domiciliaria envenenó con carbimida a la dueña de la casa en la que trabajaba y a una compañera que la ayudaba en las labores domésticas, pero en este caso las mujeres no fallecieron. A la altura en la que la envenenadora melillense iba eliminado a su familia, en 2003, una pareja intentó matar a cuatro parientes en Cáceres. Administraron Colme® a la madre, el padre, un hermano y un tío de uno de ellos incluso cuando estaban ingresados en el hospital por las afecciones que les producía. Los servicios médicos pudieron percatarse de lo que sucedía y las víctimas se recuperaron, mientras que la pareja fue condenada.
Existe un caso
criminológico que tiene relación con la acción interdictora de la carbimida. En 2013, el pinche de una sidrería de
Gijón fue detenido y procesado por el envenenamiento de 14 compañeros de trabajo
echándoles subrepticiamente el fármaco en la comida o la bebida que ingerían y,
consecuentemente, generándoles una inhibición de la AldD con aparatosas
consecuencias clínicas. En el juicio, en el que se le condenó, en 2015, a 48
años de cárcel, el envenenador llegó a afirmar que no había hecho nada y que el
problema es que sus compañeros llegaban bebidos al trabajo.
Después del Colme®
Corolario a
modo de moralina
La historia del Colme® refleja que hemos
empleado durante años un fármaco con varias características comunes a muchos
otros que están en el mercado.
La primera
es que se sintetizó buscando algo para lo que luego no se utilizó.
La segunda,
que su efecto en terapéutica se descubrió de forma accidental.
La tercera,
que no deja de ser un dual pharmakon
que, además, ha sido efectivamente empleado como veneno.
La cuarta,
que su toxicidad hepática ha podido pasar desapercibida por prescribirse a
personas que padecen ese problema por otro mecanismo.
La quinta,
que detrás de los medicamentos, de los conceptos que sostienen su uso, de los
nombres que utilizamos para designarlos, hay fenómenos complejos, no lineales,
que demuestran que las categorías en Psicofarmacología son artificiales, ad
hoc, de modo que lo mismo es interdictor un
fertilizante que un antihelmíntico o un antibiótico.
Y la sexta,
que la historia de su origen y desarrollo, como con otros fármacos, demuestra
que el oropel del aparente conocimiento científico disimula a veces la
ignorancia.
Fuentes
Agencia
Española del Medicamento y Productos Sanitarios. Comunicación sobre riesgos de
medicamentos, Ref: 2002/04. Nota informativa. Tetrabamato (Sevrium®): próxima
retirada del mercado. Disponible en farmacias hasta el 31 de julio de 2002,
sólo para finalizar tratamientos en curso [Texto
completo]
Armero AJ. ¿Quién
envenenó a los Sánchez Mateos? Hoy, 17 de junio de 2009 [Texto
completo]
Ceberio
Belaza M. Unas gotas de veneno en cada sopa. El País, 29 de agosto de 2010 [Texto
Completo].
FAES Farma.
Come®. Plan de Discontinuación (Anexo 1). Nota informativa a médicos. Marzo
2018.
Izquierdo
J, Gaynés E, Sanz P. NTP 277: Efecto antabús debido a la inhalación e
substancias de origen industrial. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en
el Trabajo, sin fecha [Texto
completo].
Kragh H.
From disulfiram to Antabuse: The invention of a drug. Bull Hist Chem 2008; 33:
82-88 [Texto
completo]
Liddon SC,
Satran R. Disulfiram (Antabuse) psychosis. Am J Psychiatry 1967; 123: 1284-9.
Sáenz
Gamarra L. El caso de la envenenadora y su juicio. Mala Vida, sin fecha [Texto
completo]
Suárez O. Detenido
un ayudante de cocina de Gijón acusado de envenenar la comida. El Comercio, 13
de febrero de 2013 [Texto
completo]
Tamai H, Yokoyama A,
Okuyama K, Takahashi H, Maruyama K, Suzuki Y, et al. Comparison of cyanamide
and disulfiram in effects on liver function. Alcohol Clin Exp Res 2000;24 (4
Suppl):97S-99S [Abstract]
Vázquez JJ,
Díaz de Otazu R, Guillen FJ, Zozaya J, Pardo FJ. Hepatitis induced by drugs
used as alcohol aversion therapy. Diagn Histopathol 1983; 6: 29-37 [Abstract]
Juan Medrano
Bilbao
Webs de interés.-
STAT
STAT es producido por Boston Globe Media, (tiene la
sede en Boston, y oficinas en Washington, Nueva York, San Francisco, Los
Ángeles y Cleveland). Fue iniciado por John Henry, el dueño de Boston Globe
Media y el dueño principal de los Boston Red Sox. Rick Berke es editor
ejecutivo.
STAT ha creado una web con noticias y artículos bien
elaborados sobre asuntos relacionados con biotecnología, salud y políticas de
salud, y lanza boletines diarios: "Morning Rounds" y nuestra
explosión nacional de biotecnología, "The Readout".
Como muestra creo interesante su posición realista
frente al coronavirus
También
lanza Webinars bien construidos, como por ejemplo este relativo al uso de
Inteligencia Artificial en Medicina:
Webinar: From computer to clinic: The challenges of
implementing artificial intelligence in practice
FEBRUARY 13, 2020
Una cosa es entrenar un algoritmo para producir titulares de prensa,
y otra para mejorar la atención de los pacientes en la práctica clínica. La
reportera de STAT, Casey Ross, explora los desafíos que los sistemas de salud
deben abordar para cerrar esa brecha crucial en el campo de la inteligencia
artificial, donde la ciencia de la validación de algoritmos está en sus
inicios.
Para que estos algoritmos funcionen se tiene que tener en cuenta
los impactos en los costos, las rutinas clínicas ya establecidas y las
innumerables variables de confusión derivadas de la complejidad de las
enfermedades y de los propios pacientes.
En última instancia, requiere responder definitivamente a la
pregunta central que la mayoría de las personas en medicina todavía se están
preguntando: ¿La IA realmente ayudará a las personas una vez que estén actuando
en un mundo mucho más complicado que los conjuntos de datos cuidadosamente
seleccionados en los que se entrenó? ¿Quién se responsabilizará de los errores
que sin duda se producirán?
Pablo Oliveras
Murcia
Vídeo recomendado.-
INADAPTADOS
Si
crees ser una persona a la que le cuesta adaptarse a situaciones habituales,
eventos sociales, etc…. seguro te
interesa esta charla. Cómo una gran inadaptada logra contar su historia y
convertirse en escritora….