BLOG LÍDER EN HUMANIDADES MEDICAS Y FILOSOFIA DE LA MEDICINA.- FUNDACION LETAMENDI- FORNS Comité Editorial: Francesc Borrell. Juan Carlos Hernández Clemente. Director del blog: F. Borrell Carrió; Secretario de Redacción: Juan Medrano Albeniz.

BOLETÍN IATROS ISSN 2014-1556

Este Boletín tiene por objetivo difundir y compartir comentarios de libros y artículos en Humanidades Médicas y Filosofía de la Medicina y difundir las actividades de la Fundación Letamendi Forns y Fundación Iatrós.

BOLETIN IATROS, FEBRERO 2014.

CIRCULO DE CIBERLECTURA

INDICE.-
Noticias.-  Dialogues in Philosophy, Mental and Neuro Sciences (Open Acces)
Comentario de libros.-  Domingo Moratalla T.  Feito Grande L. Bioética narrativa. Escolar y Mayo editores. Madrid, 2013.
Gracia D. Construyendo valores. Ed,. Triacastela. Madrid, 2013.-
Webs de interés.-  Royal college of Physicians
Artículo comentado.-  ¿El Rey no loco de Baviera?
Video recomendado.- Lizzy    

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Noticias.- 
I'm pleased to inform you that the new issue of the international online journal Dialogues in Philosophy, Mental and Neuro Sciences has been published, it is freely readable at :
www.crossingdialogues.com/current_issue.htm
 The issue contains: Volume 6, Issue 2, December 2013    ORIGINAL ARTICLES

Formation and meaning of mental symptoms: history and epistemology G. E. Berrios   Can brain scanning and imaging techniques contribute to a theory of thinking?R. Henman  1913-2013: one hundred years of General Psychopathology E. Rosini, F. Di Fabio & M. Aragona   On mania B. Rush new ideas  Art and religion: Inverting the primacy G. Consoli dialogues Should Investigations of Consciousness Wait for Better Theory?


Comentario de libros.-

Domingo Moratalla T.  Feito Grande L. Bioética narrativa. Escolar y Mayo editores. Madrid, 2013.

Los autores aciertan en la oportunidad del libro, en la necesidad del mismo. La narratividad viene demostrando, desde hace años, que complementa y suple las deficiencias del positivismo. La narratividad mitiga la incertidumbre que los métodos positivista no son capaces de cubrir. La narratividad, poco a poco, va recuperando el lugar que le corresponde para una comprensión de sentido de nuestras vidas, también  de todos los saberes cuya verdad no es apodíctica, que son la gran mayoría, incluida la medicina, la ética y por ende la bioética.
En la primera parte del libro los autores nos aproximan de la mano de importantes figuras del pensamiento del siglo XX a lo que denominan el giro narrativo de la filosofía, entendiendo por giro otro modo de leer, quizá los mismos textos, de escuchar, quizá las mismas historias, de ver,  quizá las mismas películas, pero con una atención e intención distintas. Este giro narrativo viene a sumarse al giro aplicado de la filosofía, al giro lingüístico y al giro hermenéutico. Se suma a ellos y los complementa. Autores como Ortega y Gasset, Hannah Arendt, Paul Ricoeur, Alasdair MacIntyre o Martha Nussbaum, entre los más conocidos y Wilhelm Schapp , Clifford Geertz y Jerome Bruner entre los menos conocidos del gran público, son diseccionados en clave narrativa, mostrándonos , insisto, en un trabajo meticuloso, lo más importante que estos autores aportaron al giro narrativo del pensamiento. Siendo Paul Ricoeur el que en mayor medida ha dado sentido a esta nueva mirada del mundo de la vida, de la medicina y de la ética aplicada a las Ciencias de la Salud.
A través de estos pensadores  y de sus aportaciones los autores se atreven a hablar de un nuevo paradigma  en el mundo del conocimiento: el paradigma narrativo. La narratividad alcanza valor epistémico por sí misma “reivindicar el saber narrativo es al mismo tiempo reivindicar la estructura narrativa del saber, de todo saber”. Y muy concretamente con respecto a la ética, como saber práctico, nos dicen: “La narración es un ornamento pero la narración también dice, señala, muestra la realidad. Tiene una función referencial o refiguradora. Por ello mismo defendemos que la narración es, puede ser, un laboratorio del juicio moral, como decía Paul Ricoeur. […] La narratividad es necesariamente, el método de la ética, o, sin llegar a tanto, un momento fundamental de su método”. Éste, posiblemente,  es el momento más intenso del libro: la narratividad  erigida en saber con valor de episteme.  Ahora bien, los mismos autores nos explican que este valor de conocimiento no es el mismo que el de las ciencias demostrativas para las cuales  sería la verdad, en sentido clásico, su referencia.  En este método será la racionalidad descriptiva-narrativa; la racionalidad argumentativa-narrativa y finalmente la racionalidad hermenéutica-narrativa o deliberativa la que nos ayude en la toma de decisiones prudentes y responsables  para la resolución de problemas éticos o bioéticos. Pero además en la narración, si se pretende que sea un método de conocimiento, debemos encontrar valores universales, desde lo singular o particular, desde lo situacional o contextual debemos encontrar elementos de lo humano en general  que nos permitan elaborar ese juicio moral más allá del caso concreto.
Lydia Feito
La narratividad como método nos permitirá  obtener experiencias  y aprender de ellas  (enseñanzas que podrán ser utilizadas de manera docente en un segundo momento), también nos obligará a la construcción del relato, una construcción que en medicina deberá ser no sólo subjetiva del oyente , ni en un primer momento del paciente, sino intersubjetiva  entre ambos y estará compuesta de los tres elementos que todo método narrativo-hermenéutico precisa: argumentación, interpretación e imaginación y será esta última, la que ante un caso conflictivo  más nos ayude,  a través de la deliberación, a encontrar la solución más prudente.
La deliberación es el método de toma de decisiones  entendido como “un método de reflexión y ponderación que tiene lugar sobre los hechos y que busca la realización  de valores mediante una serie de acciones y decisiones.  Es una forma de tomar decisiones que tiene en cuenta la complejidad de la vida moral. El objetivo de la deliberación es así la toma de decisiones prudentes y responsables. En la deliberación tan importante es el elemento valorativo- normativo como el momento aplicado”.
T.Domingo Moratalla
Los autores optan por el método deliberativo desarrollado por el profesor Diego Gracia ampliándolo con otros puntos de vista, el método del profesor L.  Benaroyo y con una mirada hermenéutica desde los saberes aportados a este campo  por Gadamer y Ricoeur, ambos reinterpretando a Aristóteles, padre del método deliberativo.  Desde la narratividad,  los autores, nos proponen  diferentes métodos que amplían el deliberativo para la toma de decisiones , aunque quiero subrayar el que sigue  R. Charon junto a  otros autores  y en el cual  se nos propone que para “trabajar narrativamente  en bioética es necesario disponer de (1) capacidades lingüísticas e interpretativas, para entender el relato del paciente, (2) capacidades críticas para situar las acciones dentro de un marco más amplio de sentido, (3) capacidades reflexivas para considerar y valorar las narrativas múltiples, y (4) capacidades de comunicación para escuchar, expresar y negociar en el terreno de la relación clínica (empatía, observación y otras capacidades interpersonales)”.
La bioética narrativa se convierte así en una bioética relacional con el otro, más que la bioética que venimos aplicando desde los principios o los casos, la bioética narrativa viene a humanizar la relación clínica.
Finalmente los autores definen la bioética narrativa por ellos postulada y nos dicen que “se puede denominar bioética narrativa  a la ética narrativa referida a la medicina. Y además, entendemos esta bioética narrativa como la expresión de una aproximación hermenéutica a la ética aplicada, específicamente en biomedicina. Proponemos este término, bioética narrativa, para hacer referencia a un tipo peculiar de bioética con una dimensión narrativa, que va más allá de los límites habituales de la bioética clínica, para conectar con otras dimensiones de las humanidades médicas, la filosofía, la ética y la literatura”.

Juan Carlos Hernández-Clemente.
Madrid

Título Bioética narrativa

Concepto
Puntuación sobre 10
Comentarios

Interés
9
Interesante incursión en la narratividad filosófica del siglo XX. Explica cómo se puede complementar el método positivista desde la narratividad en la práctica clínica. Ampliación del método deliberativo en bioética.

¿Volverías a leerlo?
10
 Sobre todo una vez leído la primera vez, se puede leer por capítulos independientes.

¿Realiza aportaciones significativas?
8
 Ampliación  del método deliberativo desde la narratividad y hermenéutica.







Gracia D. Construyendo valores. Ed,. Triacastela. Madrid, 2013.-

Diego Gracia explora en dos libros que han visto a la luz de manera simultánea –el otro es “valor y precio”- uno de los temas que mas le han preocupado en los últimos años: cómo los humanos construimos y modificamos los valores que dan sentido a nuestras vidas. Ya comentamos en este blog la conferencia con la que Gracia entró en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, (Mayo 2011), de la que estos dos libros son dignos herederos (1).
En “Construyendo valores” el autor desarrolla varios principios que trataré de resumir:

-Los seres humanos no podemos dejar de valorar. Valorar es una actividad ligada a la vida misma, un proceso a la vez individual y colectivo.
-Los valores por consiguiente “se construyen” de manera histórica.
-El dinero es paradigma de los valores instrumentales, aquellos valores con los que negociamos y pergeñamos para abrirnos paso en la vida, (con los que nos ganamos la vida).
-Sin embargo nuestra vida en su conjunto solo adquiere significado por valores intrínsecos a los que no se puede poner un precio, como una amistad, o la paternidad, o el disfrute de una obra de arte.
-Uno de los males de nuestra época es que los valores intrínsecos sean desplazados por los instrumentales. La civilización –basada en valores instrumentales- desplaza a la cultura, (basada en valores intrínsecos). Este desplazamiento tiene consecuencias de orden espiritual y práctico, objeto precisamente de este libro.
Diego Gracia
-Otro de los males, esta vez transversal a toda la historia de los valores, es lo que llama la “tiranía de los valores”, cuando una autoridad declara sagrados o intocables unos determinados valores e impide que este proceso histórico de construcción fluya con normalidad. Obviamente detrás de esta tiranía hay intereses particulares.
-Finalmente el deber consiste en realizar valores, pero a la vez los valores se construyen a través de los deberes. En otras palabras: los valores son valores porque en general  nos cuesta esfuerzo defenderlos.

Estos principios netamente constructivistas los aplica Diego a diferentes temáticas: la dignidad, la hospitalidad,  la espiritualidad, la Universidad… Me ha interesado en particular  el análisis que realiza de los valores espirituales, a los que dedicaré el resto del artículo.

Diego parte de la visión aristotélica según la cual las “pasiones eran emociones sensibles que desviaban al ser humano de su verdadero objetivo, el marcado por la razón. De ahí la importancia de regular la vida, a fin de que la inteligencia pudiera proponerse las metas adecuadas y el apetito las pusiera en práctica. Para Aristóteles no se trata de anular los apetitos sensibles, sino de someterlos a control racional. Esa es la función de la ética, educar en la gestión razonable o prudente de la vida, de modo que los apetitos sensibles queden ordenados a los objetivos que establece la inteligencia. No se trata, por ejemplo, de no comer, o de no gozar sensiblemente con la comida, sino de someter la ingestión de alimentos o bebidas al control de la razón. Eso es lo que Aristóteles entiende por phrónesis o prudencia” (pág 187).

La visión aristotélica tiene un fuerte impacto en el desarrollo de la mística religiosa. El cristianismo, como también el judaísmo e islamismo, elaboran una teología que incorpora “grados” en la vida espiritual. “Estos grados –nos dice D. Gracia, pág 190- eran tres, el purgativo, el iluminativo y el unitivo. Anuladas las pasiones, fase purgativa, la mente podía ver con mayor claridad la doctrina puramente espiritual o divina, fase iluminativa, y unirse de ese modo a Dios, etapa unitiva. La primera parte del proceso tenía carácter ascético, y la tercera era la propiamente mística o misteriosa. En ella el ser humano se elevaba sobre sí mismo, llegando a una especie de unión con la divinidad. Esto es lo que Buenaventura expresó con el neologismo latino sursumactio o sobreelevación”.

En esta concepción “se trataba de anular las emociones, y con ellas el cuerpo, a fin de elevarse a la unión con Dios. Al conseguirse el silencio de todas las potencias sensibles, quedaba la potencia inteligible, el intelecto puro”. El camino de espiritualidad era un camino ascético con un fin explícito, la unión con Dios. Eso, a criterio de Diego, facilitó dos tipos de confusiones: confundir religiosidad con espiritualidad, y confundir moralismo con experiencia religiosa.

Lo específico de la ética es la experiencia del deber, -nos advierte Diego Gracia- en tanto que lo específico de la religión es la experiencia del don o de la gracia. No son solo experiencias distintas, sino opuestas entre sí. Si todo fuera don, no habría espacio para el mérito; y si todo lo mereciéramos en justicia, tampoco podría existir el don. Confundir la experiencia religiosa con la experiencia moral es una de las grandes tragedias de nuestra vida cultural y espiritual”.

Todo ello es importante para la actuación de los profesionales de la salud, a la que se refiere de manera explícita: “Por supuesto que los cuidados paliativos tienen que ocuparse y preocuparse por la atención espiritual de los pacientes. Pero deben tener muy claro qué puede y debe hoy entenderse por atención espiritual. Es preciso que no confundan asistencia espiritual con atención religiosa”.

Entonces… ¿qué es la experiencia religiosa?  He aquí uno de los párrafos mas vigorosos del libro:

El mundo de los valores espirituales es mucho más amplio. Y la
religiosidad deben entenderla como lo que es, la experiencia del don o de la gracia, y la actitud de agradecimiento hacia los dones recibidos sin ningún merecimiento. En principio, esa experiencia no tiene nada que ver con la ética. Es más, confundir una con otra suele tener consecuencias muy trágicas en cualquier época de la vida humana, pero muy especialmente en la postrera. Son bien conocidos los estudios de Allport a propósito de las diferencias entre «religiosidad intrínseca» y «religiosidad extrínseca» (Allport, 1950). La primera es la religiosidad confiada, llena de gratitud, es la religiosidad interna, del corazón sincero y agradecido. Opuesta a ella es la religiosidad extrínseca, externa, ritual, que basa todo en el cumplimiento de reglas y preceptos, basada en el miedo y el castigo. Es lo que cabe llamar el moralismo, el enemigo mayor que hoy por hoy tiene la verdadera religiosidad. Es bien sabido, después de los estudios de Salvador Urraca, que la religiosidad intrínseca protege contra la angustia, la ansiedad y el temor ante la muerte, en tanto que la extrínseca los aumenta”.

Lo que desemboca en un nuevo reproche a nuestra cultura: “ Nuestra cultura moderna tiene una sensibilidad a flor de piel para todas las cuestiones relacionadas con la justicia, pero ha desarrollado en mucha menor medida el sentimiento de piedad y gratitud hacia todos aquellos que nos otorgan dones que no merecemos en justicia y que tampoco podemos pagar, una vez concedidos. Este es quizá uno de los grandes déficits de nuestra civilización”.
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1.-Gracia D. La cuestión del valor. Discurso de Recepción del Académico de Número Diego Gracia Guillén, y contestación por la Académica de Número Excma. Sra. Adela Cortina Orts. Sesión del 11 de enero de 2011. Madrid. Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Ver en el Boletin Iatrós de Mayo 2011 un amplio resumen.

F. Borrell, Sant Pere de Ribes, Barcelona.


Título Construyendo valores

Concepto
Puntuación sobre 10
Comentarios

Interés
9
Ahonda en la filosofia axiològica con aplicacions sobre temes trascendentales para la ciutadania en general y el profesionalsimo en concreto.

¿Volverías a leerlo?
8
 Algunos capítulos es casi obligatorio leerlos dos veces para entenderlos en profundidad

¿Realiza aportaciones significativas?
8
 Clarifica aspectos de la filosofia graciana del valor.







Webs de interés.- 

Royal College of Physicians.-

El Real Colegio de Médicos es una organización de 29.000 médicos del Reino Unido enfocado a la búsqueda de mejoras en la asistencia sanitaria y la salud de la población.  Así se presenta el RCP:
“Establecido en 1518, el PCR sigue siendo central en la conformación de los mejores servicios médicos, elevando los estándares clínicos a través de directrices, auditorías e informes, capacitación y apoyo a los médicos en todas las etapas de sus carreras, estableciendo planes de estudios y la realización de evaluaciones, y asesorando al público y al gobierno sobre temas de salud”.

Queremos destacar dos secciones: la primera la de seguridad clínica con abundante material a disposición pública:


En segundo lugar el lector interesado encontrará abundante bibliografía sobre la mas amplia variedad de temáticas médicas en sus “workings parties”. Para muestra el relativo a la valoración del dolor en el anciano, siempre con un resumen “conciso” para lectores con prisa:


Quisiéramos destacar el último de los trabajso de estas comisiones ad hoc, en concreto la relativa a pacientes con trastorno de la conciencia prolongado. El pasado mes de diciembre el Royal College of Physicians publicó una guía sobre esta cuestión, fruto del trabajo de un grupo multidisciplinario integrado por médicos y juristas y que contó con aportaciones de familiares de pacientes. La guía, que representa algo más que una mera actualización de una edición previa de 2003, introduce algunos elementos relevantes, como la creación de un registro de pacientes en esta situación clínica en Inglaterra y Gales, ya que actualmente se desconoce el número exacto de afectados y no se puede seguir con certeza la evolución de estos cuadros.
Asimismo, recomienda que se designe al menos un equipo especializado para la valoración de estos pacientes. El diagnóstico debería realizarse contando con herramientas estructuradas y la valoración debería realizarse de manera seriada para detectar signos de cambio.
La toma de decisiones, según esta guía, no corresponde a los familiares. En los casos (una minoría) en los que existan, primará lo dispuesto en las instrucciones previas otorgadas por el paciente. También cuando exista, la decisión corresponderá al representante designado por el paciente o por un tribunal. En el grueso de los casos, en que no existen instrucciones previas o representante legal, la decisión sobre el tratamiento deberán tomarla los clínicos tratantes, tomando como referencia los “mejores intereses” del paciente y sus preferencias si existe alguna referencia al respecto. Para el caso de que los médicos consideren que permanecer con vida no sirve ya a esos “mejores intereses”, la guía establece un procedimiento operativo para presentar una solicitud de retirada de alimentación e hidratación asistidas, que deberá ser autorizada por un tribunal.

Juan Medrano
Bilbao

Artículo comentado.- 

¿El rey “no loco” de Baviera?

Un reciente artículo publicado en la revista History of Psychiatry por Häfner y Sommer, dedica su atención a la implicación de la Psiquiatría en la deposición de Luis II de Baviera, llamado en ocasiones “el rey loco” y cuya figura ha suscitado un gran interés en la literatura y en la cinematografía. En junio de 1886, Luis, cuyo hermano menor Otto ya se encontraba confinado por una enfermedad mental (neurosífilis, en opinión de muchos historiadores), fue declarado formalmente enfermo por una comisión desplazada al castillo de Neuschwanstein, uno de los edificios más impresionantes de todo Alemania, que el monarca había ordenado construir junto con otros palacios, en un dispendio monumental que comprometió seriamente a la economía real e, indirectamente, a la de Baviera.
Artículo de Hafner y Sommer
El espectacular e inacabado castillo de Neuschwanstein, 
que inspiró a Walt Disney para “La Bella Durmiente”
Uno de los miembros de esa comisión era el dr. Von Gudden, un psiquiatra bávaro que redactó un informe, al que se adhirieron posteriormente otros especialistas, en el que afirmaba que el rey sufría de paranoia y locura, y que la enfermedad se había desarrollado de manera gradual y continuada a lo largo de los años. Según el informe, el rey debía ser declarado incurable, ya que era previsible un progresivo deterioro de sus facultades. La enfermedad le impedía la libre voluntad y obligaba a considerarle incapacidad para ejercer sus tareas de gobierno  para el resto de sus días. Lo más destacable del peritaje es que ni Von Gudden ni sus colegas o secuaces llegaron a examinar al rey.
Todo ello da lugar a considerar los oscuros intereses que podrían haber conducido a que Luis, que se opuso activamente a su deposición, terminara siendo apartado del trono por el procedimiento de ser declarado enfermo mental. Häfner y Sommer proponen diversas explicaciones. En primer lugar, sus crecientes deudas, que estaban afectando seriamente a las finanzas de toda la familia real. Luis fue como mínimo un administrador deficiente, que no dudó en equipar suntuosamente sus inacabados castillos o en ejercer como mecenas derrochón de artistas que, como Wagner, recreaban la mitología romántica alemana. En segundo lugar, el rey vivió gran parte de su reinado apartado de la corte, sin participar activamente en las tareas de gobierno, lo que daba una imagen de ineficiencia y abandono de sus deberes que en nada le favorecía. En tercer lugar, dado que era soltero (renunció a su compromiso matrimonial muy pocos días antes de la fecha programada para la ceremonia) y a la luz de su firme decisión de no casarse, era claro que a su muerte debería asumir el trono algún familiar. Formalmente su sucesor terminó siendo su primo Luis III, hijo de su tío Leopoldo, quien asumió la regencia desde que el rey fuera declarado enfermo mental. Por último, y relacionado con el punto anterior, Luis II era homosexual, y su inclinación sexual no solo era ampliamente conocida, sino que también se sabía que motivaba frecuentes asaltos a sus soldados, para escándalo y oprobio de las personas conocedoras de esta abusiva debilidad real.
Máscara mortuoria del rey Luis
Luis II era ciertamente una persona como mínimo “especial” cuyos comportamientos han sido analizados desde el prisma nosológico por múltiples estudiosos. Entre la infinidad de diagnósticos retrospectivos sugeridos, Häfner y Sommer señalan los de paranoia, neurosífilis, esquizofrenia, personalidad narcisista, trastorno esquizotípico de la personalidad o atrofia frontotemporal. Incluso se ha llegado a proponer como diagnóstico –evidentemente a la medida del personaje- el de una denominada “locura imperial” que es de suponer no ha sido identificada por la American Psychiatris Association y recogida en su DSM-5 porque la casuística estadounidense será escasa, dado que el país de donde dimana el saber psiquiátrico del siglo XXI es una república. Variado abanico de diagnósticos en los que se echa en falta el siempre socorrido trastorno bipolar y, por supuesto, el Trastorno de Asperger, el cuadro más recientemente elevado a la categoría de explicación de toda anomalía psicológica o conductual, si bien hay que recordar que el DSM-5 ha condensado todos los antiguos trastornos generalizados del desarrollo en un “Trastorno del Espectro Autista” demasiado funcional y mucho menos glamouroso a la hora de diagnosticar a famosos.
Grabado que reproduce la recuperación de los cadáveres de Luis II y Von Gudden

Una vez repasado ese crisol nosológico, nuestros autores rebaten que Luis II fuera un enfermo mental grave. Apoyándose en la ingente documentación a que han tenido acceso, sostienen que era una persona inteligente, capacitada, buena conocedora de la realidad de su reino y de su gobierno e implicada en la distancia con sus tareas, ya que produjo una gran cantidad de cartas, instrucciones y directivas durante su reinado. Häfner y Sommer basan su rechazo a una enfermedad mental incluso en la autopsia del monarca, que descarta una demencia frontotemporal (otro de los diagnósticos propuestos para el monarca), aunque el estudio postmortem muestra secuelas de una meningitis que padeció a los siete meses de edad y que le fue transmitida por su ama de cría. En definitiva, los autores descartan con firmeza que existiera una psicosis o lo que clásicamente se llamaba un trastorno orgánico cerebral, aunque reconocen rasgos peculiares de personalidad al rey, a quien diagnostican asimismo de una fobia social que podría explicar su alejamiento de la corte o su reclusión en sus castillos, donde daba rienda suelta a sus fantasías mitológicas.
Como es conocido, Luis II y Von Gudden fueron hallados ahogados a los pocos días de que el rey fuera declarado enfermo. Ambos se encontraban en un castillo en el que el psiquiatra formaba parte del grupo de personas que supervisaba al monarca, y una tarde salieron solos a pasear. A la vista de que llegada la noche no regresaban los guardias salieron a buscarlos. Aparecieron ambos ahogados en un lago cercano, de escasa profundidad. El rey era un excelente nadador y medía más de 1,90, por lo que su muerte adquirió de inmediato la categoría de sospechosa, y todavía hoy en día se sostiene que fue asesinado. Para Häfner y Sommer, la descripción pormenorizada, casi de CSI, que realizó una comisión de investigación del lugar de los hechos, permite suponer que el rey se introdujo en el agua con ánimo autolítico y su psiquiatra quiso evitarlo, pero su real paciente luchó con él y lo ahogó, para seguir después su decidido camino hacia la muerte.
Tumba de Luis II en la iglesia de Michaelskirche, en Munich
La conclusión del estudio que comentamos es que la Psiquiatría, que en esos años postreros del siglo XIX era todavía una disciplina naciente, ya se había convertido en un instrumento para cometer tropelías e injusticias. El destronamiento del llamado Rey Loco se basó en un informe pericial cuando menos irregular, por lo que hay que concluir que los que también fueron en sus primeros años de existencia la Psiquiatría Legal era vulnerable a la manipulación o cuando menos a la falta de rigor. El compromiso de los profesionales dedicados al campo debe ser que nunca jamás los abusos, el conocimiento insuficiente o la metodología inadecuada conviertan a la Psiquiatría Legal en un campo sospechoso de manipulación o de falta de seriedad.


Fuente:
Häfner H, Sommer F. The Bavarian royal drama of 1886 and the misuse of psychiatry: new results. History of Psychiatry 2013; 24: 274-91 [Abstract]

Juan Medrano
Bilbao

Vídeo recomendado.-

¿Qué nos define como personas? Esta es la pregunta que Lizzi, afectada una terrible enfermedad, nos hace a todos. Un ejemplo en que la filosofía de los valores se concreta en una vida, una actitud y una lucha.


https://www.youtube.com/watch?v=j1sI2elU65U