BLOG LÍDER EN HUMANIDADES MEDICAS Y FILOSOFIA DE LA MEDICINA.- FUNDACION LETAMENDI- FORNS Comité Editorial: Francesc Borrell. Juan Carlos Hernández Clemente. Director del blog: F. Borrell Carrió; Secretario de Redacción: Juan Medrano Albeniz.

BOLETÍN IATROS ISSN 2014-1556

Este Boletín tiene por objetivo difundir y compartir comentarios de libros y artículos en Humanidades Médicas y Filosofía de la Medicina y difundir las actividades de la Fundación Letamendi Forns y Fundación Iatrós.

BOLETIN IATROS, MARZO 2019.

CIRCULO DE CIBERLECTURA

INDICE.-
Noticias.- Simposium Internacional Humanidades Médicas
Comentario de libros.-  Materia y conciencia. Introducción contemporánea a la filosofía de la mente.  Bullshit Jobs .Trabajos de Mierda , una teoría
Webs de interés.- Institute Medical Ethics y sus publicaciones.  Biblioteca Digital Mundial. 
Artículo comentado.- ¿Cómo discutimos?      

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Noticias.- 

Simposium  Internacional de Humanidades Médicas.- Abril 2019.-
In October 2017, the first The Doctor as a Humanist symposium was held in Palma de Mallorca, Spain. At the symposium was posed the question, “Can the Humanities transform 21st Century Medicine?”
In April 2019, the second The Doctor as a Humanist symposium will be held at Sechenov University in Moscow. The question asked with focus on HOW: “How can the Humanities transform 21st Century Medicine ? “ and not less important, perhaps even more pertinent, “How can we integrate the Humanities into Medical education and practice?”.

Comentario de libros.-

Materia y conciencia. Introducción contemporánea a la filosofía de la mente.
Autor: Paul M. Churchland.
Editorial: Gedisa, 1999.


El autor nos introduce, de un modo didáctico y accesible, a un mundo tan complejo como el de la filosofía de la mente desde diferentes puntos de vista: ontológico, epistemológico, semántico y metodológico, además de abordar los avances en inteligencia artificial y neurociencia.
Paul M. Churchland intenta responder a preguntas sobre la naturaleza de la inteligencia consciente, del autoconocimiento o conocimiento introspectivo, sobre la verdadera naturaleza de los estados y procesos mentales. Se pregunta: ¿En qué medio se llevan a cabo y cómo se relacionan con el mundo físico los procesos mentales? Es decir, cómo abordar el denominado problema mente-cuerpo o problema ontológico, tal y como lo denominan los filósofos. Sobre el problema semántico o dicho de forma interrogativa ¿en dónde adquieren su significado los términos que utilizamos corrientemente para referirnos a los estados mentales? El complejísimo problema epistemológico, el cual se divide en dos partes: ¿Sobre qué bases tenemos el derecho a suponer que otros seres humanos experimentan siquiera algún estado mental? Es  decir, el denominado problema de las otras mentes y por otro lado  ¿cuál es la naturaleza de ese inexplicable acceso que tenemos al contenido de nuestra propia mente? ¿La introspección? Todo ello se trata de contestar desde el campo de la filosofía, pero también desde la neurociencia.
Sobre el problema ontológico  se pregunta: ¿De dónde proviene la mente? ¿Qué es? Para ello analiza las dos corrientes más importantes que existen sobre el tema: la dualista y la materialista.
Sobre la dualista nos dice que pese a existir diferentes formas de dualismo, entre ellos el  sustancial y el de las propiedades, todos ellos coinciden en que la esencia de la inteligencia consciente reside en algo no físico que jamás podrá entrar en la esfera de las ciencias como la física, la neurofisiología o la informática.
El dualismo sustancial, que sería aquel que ya enunció Descartes, mantiene que cada mente es una cosa no física, algo que tiene una identidad independiente de cualquier cuerpo físico al que pudiera estar temporalmente unida. Los estados y actividades mentales adquirirían su carácter específico por el hecho de ser estados y actividades no físicas únicas en su género.

Una variación existe en el dualismo de las propiedades, para el que, si bien no hay que considerar ninguna sustancia fuera del cerebro, que es algo físico, éste posee propiedades específicas que no posee ningún otro tipo de objeto físico y estas propiedades especiales son lo no físico y dentro de este enfoque los dualistas de las propiedades se subdividen en la corriente llamada epifenomenismo, es decir,  aquel en el cual las propiedades mentales están por encima de los procesos físico-químicos del cerebro y solo aparecerían cuando el desarrollo del cerebro supera un determinado nivel de complejidad. Y también estaría la corriente llamada interaccionista de las propiedades, que difiere del anterior al afirmar que las propiedades mentales no sólo están por encima de los procesos físico-químicos, sino que interactúan, o sea, que los procesos mentales tienen efectos causales sobre el cerebro y debido a eso sobre la conducta. Este enfoque también mantiene que estas propiedades emergentes, no aparecen de ninguna manera hasta que la materia física común haya podido organizarse, evolutivamente, en un sistema lo suficientemente complejo.
La otra gran corriente, ya clásica, sobre el denominado problema ontológico es el materialismo y dentro de este enfoque estarían el materialismo reduccionista y el materialismo eliminativo, fundamentalmente.
Sobre el primero, también conocido como teoría de la identidad, cabe decir que “su afirmación central es la simplicidad misma: los estados mentales son estados físicos del cerebro”. Además cada tipo de estado o proceso mental es numéricamente idéntico (es una y la misma cosa que) a algún estado o proceso físico dentro del cerebro o del sistema nerviosos central.
Sin embargo, para el materialismo eliminativo no podrán encontrarse las correspondencias biunívocas dentro del marco de referencia psicológico que utilizamos corrientemente porque según este enfoque, el actual marco de referencia de términos psicológicos aceptados es una concepción falsa y radicalmente engañosa sobre las causas de la conducta humana y la naturaleza de la actividad cognitiva. El materialismo eliminativo  aboga por la eliminación lisa y llana de la ontología de una teoría anterior (la existente en la actualidad) y su cambio por una nueva ontología con un marco de referencia no basado en las concepciones psicológicas de la vida corriente.
Lo cual nos conduce directamente al problema semántico, que analizaremos tras el epistemológico.
 El problema de las otras mentes trata de resolverse mediante la observación de la conducta, incluida la conducta verbal, de otras personas o seres dotados de mente. Por ejemplo, a partir de sonrisas y risas podemos inferir placer. Pero el problema aparece en conocer qué es lo que justifica  los tipos de inferencias. Dicho de otro modo, inferir la aparición (oculta) de ciertos estados mentales,  a partir de la aparición de ciertas conductas observables. Esto nos lleva a suponer que existen conexiones entre conductas y estados mentales que podrían ser generalizables, aunque a ciencia cierta sólo podemos observar la mitad de la conexión, la conducta de la persona  o del ser dotado de ciertos estados mentales.
Sin lugar a dudas el llamado argumento de la analogía es el más extendido para dicha justificación: “si las generalizaciones valen para mí, también deben ser válidas para otros seres humanos”. Pero nuevamente estamos cayendo en una forma de conductismo para explicar realmente la existencia de estados mentales.
Igualmente complejo es el  problema de la autoconciencia que, al menos, requiere el autoconocimiento de uno mismo, pero no solo el conocimiento de los propios estados físicos, sino también de los propios estados mentales y según el enfoque más contemporáneo se trataría de una actualización permanente  en forma de autopercepción de nuestros propios estados mentales, al igual que requerimos constantemente de nuestra percepción del mundo circundante y nuestros estados físicos. Algo que contrasta con el enfoque tradicional sobre la introspección la cual no estaría mediada o mediatizada por impresiones o sensaciones de algún tipo sino que sería algo inmediato  y directo. La mente se conoce a sí misma en primer lugar, de un modo único, y mucho mejor de lo que puede llegar a conocer el mundo externo, y por tanto, es lógicamente imposible que esté equivocada.
Este punto de vista tendría que ver con uno de los enfoques semánticos (que en realidad están íntimamente asociados al problema ontológico y epistemológico)  el que se denomina de ostensión interna. Según este enfoque una manera habitual de incorporar un término al vocabulario de alguien, por ejemplo: caballo, consiste en mostrarle un caso concreto del tipo correspondiente y decirle algo así como: “Eso es un caballo”; según este enfoque algo similar sucede con los términos del lenguaje psicológico tradicional que designan estados mentales. Cuando pensamos en vocablos como dolor, comezón o sensación de rojo, la fuente obvia de conocimiento parece ser la ostensión, pues según esta teoría cómo podría uno conocer el significado de alguno de estos términos si no hubiese experimentado nunca un dolor, comezón o sensación de rojo. Nos dice el autor que a primera vista esto parece imposible y es lo que se ha denominado “el criterio normal”.
Sin embargo, según los conductistas el significado de un término mental queda establecido por las múltiples relaciones que mantiene con algunos otros vocablos “vocablos que se refieren a circunstancias y vocablos por todos observables”, lo que a su vez, supera el solipsismo semántico al que conduce la teoría de la ostensión interna. A pesar de que los seguidores del “criterio normal” están dispuestos a sostener la idea que en el mundo de las sensaciones el lenguaje es irremediablemente privado, Wittgenstein intentó demostrar, con bastante éxito, que la posibilidad de un lenguaje necesariamente privado era algo absolutamente imposible “pues ningún término puede tener sentido en ausencia de conexiones sistemáticas con otros. Al parecer, el significado es algo que un término sólo puede tener en el contexto de un sistema de otros términos conectados entre sí por medio de enunciados generales que los contengan”. Si esto es así podría haber una explicación y predicción de las conductas a partir de leyes o enunciados generales que conecten los diversos estados mentales con “ 1) otros estados mentales, 2) circunstancias externas y 3) conductas manifiestas”.
Por tanto, dentro del problema semántico podríamos decir que “puesto que el significado surge a partir del lugar que ocupa un elemento en una red de supuestos  y  a partir de la función conceptual resultante que cumple el elemento en la economía inferencial actual del sistema, por tanto [se puede decir] que nuestros estados mentales pueden tener el contenido proposicional que tienen  nada más que a causa de sus intrincados rasgos relacionales. Esto significa que no hay ningún problema en suponer que estados físico puedan tener contenido proposicional, puesto que en principio fácilmente podrían poseer los rasgos relacionales correspondientes”.

El libro continúa analizando de manera descriptiva los avances en  neurociencia tanto desde el punto de vista evolutivo como desde la neurofisiología y la neurobiología y además hace un repaso de los avances en la denominada Inteligencia Artificial. También nos hace una llamada de atención sobre el hecho de que el problema cerebro/mente o filosofía de la mente sigue estando presente en filósofos posteriores a Descartes, con quien empezábamos esta reseña. Baste recordar lo que Immanuel Kant afirmaba en la Crítica de la razón pura “ que la experiencia humana conocida del mundo material es en gran medida construida por la mente humana en actividad” y sigue Kant “el mundo de los sentidos internos, el mundo de las sensaciones, pensamientos y emociones, también es un mundo construido. Del mismo modo en que la mente accede al mundo externo, el acceso de la mente a sí misma también está mediatizado por sus propias contribuciones estructurales y conceptuales […] y en general creía “que las cosas así como son (independientes de la percepción y conceptualización humanas) son incognoscibles por los seres humanos para siempre”.  Frente a este enfoque de construcción objetivizante del mundo interno y externo, la fenomenología de Husserl quiere encontrar en la búsqueda introspectiva de las actividades de la mente la revelación de la fuente de nuestros “contenidos” mentales, los cuales nos conducen a un conocimiento purificado e incuestionable de un yo trascendental individual detrás del yo empírico o fenomenológico. Y es que la idea de que se puede tener algún conocimiento supracientífico del yo, alguna forma especial de conocimiento sobre sí mismo, es bastante común a lo largo de la historia.

Juan Carlos Hernández Clemente.
Madrid, 2018

Bullshit Jobs .Trabajos de Mierda , una teoría
David Graeber
Editorial Ariel




Tras leer el libro de David Graeber, a uno le queda la idea de que los trabajos inútiles “de mierda” proliferan en gran parte porque una forma de   capitalismo gerencial extractivo va dominando todas las economías del mundo, especialmente las ricas. Se crean infinidad de trabajos que las personas sienten que no contribuyen en nada a la mejora de la sociedad y como consecuencia de esta falta de valor social de su trabajo, al que cada vez deben dedicar más tiempo, las personas sufren y se sienten infelices. Ya Marx había alertado de que “solo el tiempo de trabajo socialmente necesario determina la magnitud de su valor” y por ello dedicar más tiempo del necesario al trabajo no genera más valor sino solamente frustración.
A partir de las opiniones de más de 200 empleados de diversas  disciplinas, el autor considera que un trabajo de mierda es un empleo tan carente de sentido, tan innecesario o tan pernicioso que ni siquiera el propio trabajador es capaz de justificar su existencia, a pesar que como parte de las condiciones de empleo, dicho trabajador se siente obligado fingir que no es así.  Ya en 1930 John Maynard Keynes, acuñando el término, “desempleo tecnológico” predijo  que  la automatización provocaría  un desempleo masivo, pero este hecho se ha ocultado creando innumerables empleos ficticios para que  no se note, aunque algunos estudios consideran  que entre un 50 i 60 % de la población se ha quedado sin un trabajo real.
Este tipo de fenómeno  no hace distinción entre el sector público o privado, de hecho, entre 1975 y 2005 el crecimiento de supervisores y administrativos en las universidades publicas americanas se incrementó un 66%, mientras que en las privadas aumento un 135%, Aunque muchos son los sectores que generan puestos de trabajo inútiles , incluido el sanitario, donde realmente es importante la proliferación del trabajo de mierda es en el sector financiero.
¿Como es posible que en una sociedad capitalista exista tal grado de ineficiencia que permitan mantener tantos trabajos inútiles?. La respuesta que da Graeber, es que en un sistema político-económico basado en la apropiación y distribución de bienes antes que en su fabricación, traslado y mantenimiento, una parte de las personas se dedica a mover los recursos de un lado para otro, organizándose en una compleja jerarquía de múltiples niveles, cargos con nombres sofisticados que ocupan personas que pasan la mayor parte del tiempo tratando de imaginar que pueden hacer. Dentro de estos sistemas jerárquicos, que recuerdan al feudalismo, la frontera entre siervos y subordinados a menudo se difumina, ya que la obediencia a los superiores suele ser un elemento crucial del trabajo. A semejanza de la edad media, el objetivo de este “feudalismo gerencial” es conseguir el máximo botín mediante un sistema de extracción de rentas de los plebeyos. La mayoría de los que reciben los beneficios son a la vez señores y vasallos que se distribuyen favores políticos y recompensan las fidelidades. 
Graeber distingue cinco tipos de empleados que realizan trabajos de mierda:
Los lacayos, que se crean porque los que ocupan un puesto de poder en una empresa ven a los subalternos como un signo de prestigio -secretarias, recepcionistas, subordinados con cargos rimbombantes pero nulo contenido-.
Los esbirros, que se contratan por un deseo de superioridad (si nuestros rivales contratan a un prestigioso bufete de abogados nosotros no vamos a ser menos) –también forman parte de este grupo los vendedores telefónicos, abogados corporativos, grupos de presión bancarios- mayormente son personas que intentan que otras personas hagan o compren cosas que no desean.
Los parcheadores, que existen porque a veces a las empresas les resulta más difícil arreglar un problema que lidiar con las consecuencias - muchos servicios de atención al cliente o de información de demoras, de técnicos programadores y reparadores de déficits de diseño a los que el buen funcionamiento de las empresas haría innecesarios.
Los marcacasillas, que están ahí porqué en muchas grandes empresas son más importantes las pruebas de que una acción se está realizando que la acción en sí misma – una práctica que parece que va extendiéndose sin fin en el entorno sanitario -.
Los supervisores, que representan diversas formas de autoridad impersonal y que pueden realizar un “trabajo de mierda” si considera que los subordinados son perfectamente capaces de realizar su trabajo sin su intervención, o más perjudiciales si encargan trabajos inútiles del que después supervisaran su cumplimiento.
Las personas atrapadas en alguno de estos tipos de trabajos pueden sufrir “el trauma de la influencia fallida” al sentir que hacen algo inútil y tienen que fingir que hacen algo útil. Es un ataque al ego de la persona y a los propios cimientos que le sostienen como individuo.
Hubo un tiempo en que el prestigio social se obtenía reconociendo la utilidad de lo que se hacía o se fabricaba. Uno podía sentirse orgulloso de la mesa que había hecho o del enfermo que había curado, pero esto cambio a principios del siglo XX cuando empezó a valorarse a las personas por su capacidad adquisitiva. Debe dedicarse más tiempo al trabajo insatisfactorio para poder adquirir más. Un tiempo que también cambió su significado al iniciarse la revolución industrial. Se acuñaron las expresiones de malgastar el tiempo, perder el tiempo ir a contrarreloj. El trabajo que fundamentalmente había tenido un carácter discontinuo- se sembraba y se recolectaba - se sometió a la disciplina de un horario comportando una pérdida de libertad, porque cuando un trabajador está sometido a un reloj su tiempo no le pertenece, sino que es propiedad de la persona que lo compra.
Algunas personas gracias al fingimiento logran evitar el estrago que, realizar tareas inútiles, puede suponer sobre su salud mental. En ocasiones reducen su trabajo de mierda a uno o dos días a la semana y ocupan el resto de tiempo en proyectos que realmente les interesan y les ayudan a sentirse realizados. Pero esto no siempre es posible y en muchos entornos laborales se crean dinámicas de poder sadomasoquistas que lentamente se van instaurando como una cultura laboral en la sociedad que estimula el consumismo compensatorio. El impacto es mayor en la juventud a los que se les prepara para realizar trabajos inútiles o se les entrena para fingir que trabajan.
Aunque es difícil desarrollar una medida universal para medir el valor del trabajo, no parece que este tenga valor para los demás si no lo tiene para quien lo realiza. En el libro se reseñan algunos intentos de analizar este valor social en algunas profesiones. Uno de ellos es el de la New Economics Foundation en el Reino Unido que muestra como un financiero de la banca destruye lo que equivaldría a un valor social de 7 libras por cada libra recibida de un salario de 5 millones, mientras que un operario de reciclaje por cada libra de su salario de 12.500 libras genera 10 libras de valor social.  Parecería que para muchos trabajadores rige la máxima de Epicteto, “la virtud es su propia recompensa”, y que la sociedad ha asumido que cuanto mayor valor social tiene un trabajo, (barrer la calle, hacer la higiene a un discapacitado, o trabajar en el mundo sanitario) menos se debe retribuir por él. Da la sensación que aquellos que escogen beneficiar a la sociedad y en especial los que tienen la gratificación de saber que benefician a la sociedad no tienen derecho a esperar un salario decente. Al contrario, son aquellos que tienen que sufrir por el hecho de saber que realizan un trabajo inútil o incluso nocivo, solo por dinero, los que deben ser recompensados con más dinero. 
Una alternativa a esta modelo seria reconocer que actualmente la mayor parte del trabajo no radica en producir, sino en cuidar, tratar bien a nuestros semejantes, en especial a los más cercanos. Según Nancy Folbre, a quien recurre el autor, casi cualquier forma de trabajo puede describirse como de cuidados en el sentido de que tiene como resultado actividades que cubren las necesidades de los demás.  El trabajo de cuidado siempre implica un esfuerzo de comunicación, empatía y comprensión, ponerse en el lugar del otro e intentar comprender lo que piensa y siente. La capacidad de leer las emociones de los demás es un efecto directo del trabajo, que los ricos ociosos, los gerentes y burócratas no necesitan desarrollar, por ello es comprensible que escape a su comprensión el sufrimiento de muchas personas víctimas directas o indirectas de este tipo de trabajos. 
Pero “trabajos de mierda”, no es un libro que intente aportar recomendaciones de cómo hacer frente al fenómeno de la proliferación de trabajos inútiles, sino que intenta alertar de un problema que mucha gente ni siquiera reconoce que existe. Tampoco propone iniciativas que sean difíciles de ser asumidas por las elites, o que incrementarían la “mierdificación”, sino que, apuesta por dar apoyo a movimientos ya existentes, como el que promueve la renta básica universal. Según el autor, esta renta, supondría una reducción de la burocracia asistencial, gubernamental, de fundaciones y ONGs, que lo único que consiguen es que a través de innumerables tramites se humille y se sientan maltratadas las personas que tienen derecho a una prestación asistencial. Pero, además, al tener garantizado el sustento vital, las personas no deberían estar sometidas a tratos humillantes y indignos de sus superiores jerárquicos mediante la imposición de trabajos inútiles. La mayoría de la población optaría libremente por realizarse a través de cosas que verdaderamente les interesara, muy pocos optarían por la ociosidad o por la inactividad perpetua porque también es lesiva para la salud mental.  Ciertamente algunos proyectos resultarían absurdos a la vista de determinadas personas, pero muchos otros contribuirían al bien común. En todo caso parece difícil superar el 40 % de trabajos inútiles, que los empleados sienten que realizan actualmente.
Sin duda falta profundizar buscando alternativas al problema planteado, pero es de suponer que, si el artículo publicado en 2013 “Sobre el fenómeno de los trabajos de mierda” genero tantas complicidades, en los lectores para relatar  experiencias que sirvieron para elaborar el libro, la contundencia de muchos de los argumentos, suponen una aproximación inestimable para el estudio de la evolución de la concepción futura del trabajo. 

Josep María Busquets i Font
Barcelona

Webs de interés.- 





BLOG DE HUMANIDADES MÉDICAS:
The Medical Humanities blog works in tandem with the leading international journal Medical Humanities,providing a place for succinct scholarly interventions into the conversation around medicine, as practice and philosophy, as it engages with humanities and arts, social sciences, health policy, medical education, patient experience and the public at large. The blog showcases Medical Humanities articles, provides book reviews, and intervenes in current or unfolding issues in medical humanities through submissions which are subject to rigorous editorial review. We have a Global Health correspondent and a Film and Media correspondent who promote critical conversation in these particular areas.
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BIBLIOTECA DIGITAL MUNDIAL
La Biblioteca Digital Mundial pone a disposición en Internet, de manera gratuita y en formato multilingüe, importantes materiales fundamentales de culturas de todo el mundo.
Los objetivos de la Biblioteca Digital Mundial son:
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  • Permitir a las instituciones asociadas reducir la distancia digital dentro de y entre los países.
  • Junio de 2005: El bibliotecario del Congreso James H. Billington propone el establecimiento de una Biblioteca Digital Mundial a la UNESCO.
  • Diciembre de 2006: La UNESCO y la Biblioteca del Congreso copatrocinan una reunión de expertos con los principales interesados de todas las regiones del mundo. La reunión de expertos tuvo como resultado la decisión de establecer grupos de trabajo para elaborar normas y directrices de selección de contenidos.
  • Octubre de 2007: La Biblioteca del Congreso y cinco instituciones asociadas presentan un prototipo de la futura Biblioteca Digital Mundial en la Conferencia General de la UNESCO.
  • Abril de 2009: La Biblioteca Digital Mundial se lanza a un público internacional, con contenido acerca de cada estado miembro de la UNESCO.
Descripción: Una de las características más impresionantes de la Biblioteca Digital Mundial son las descripciones de cada artículo, que responden a las preguntas: "¿Qué es este artículo y por qué es importante? Esta información, escrita por conservadores y otros expertos, proporciona un contexto esencial para los usuarios y está diseñada para despertar la curiosidad de los estudiantes y del público general de querer aprender más acerca del patrimonio cultural de todos los países.
  • Multilingüismo: Los metadatos, la navegación y los contenidos de apoyo (por ejemplo, los vídeos de los conservadores) están traducidos a siete idiomas: árabe, chino, inglés, francés, portugués, ruso y español. Esta característica ha alargado el tiempo de desarrollo del sitio y complica su mantenimiento, pero acerca más a la Biblioteca Digital Mundial a su meta de ser realmente universal.
  • Desarrollo técnico de la biblioteca digital: El trabajo del equipo de la Biblioteca Digital Mundial con herramientas y tecnología de última generación, ha llevado a importantes avances en catalogación y en desarrollo de sitios web multilingües:
    • Se desarrolló una nueva aplicación de catalogación para responder a los requisitos de los metadatos.
    • Se utilizó una herramienta centralizada con una memoria de traducción, que evita que los traductores tengan que traducir la misma palabra o frase dos veces.
    • Se desarrolló una interfaz, que muestra el contenido de la Biblioteca Digital Mundial de manera atractiva para los usuarios no tradicionales y que fomenta la exploración de las fuentes primarias.
    • Se continúan desarrollando nuevas tecnologías, mejorando el flujo de trabajo y reduciendo el tiempo que transcurre entre la selección de contenido y la disponibilidad en el sitio.
Como ejemplo de los materiales que podéis encontrar hemos seleccionado este repertorio de links donde encontraréis los textos que a entender de la Biblioteca Mundial constituyen auténticos mojones en la Historia Universal de la humanidad:  http://project.wdl.org/publications/WDL_Firsts.pdf

Cada documento tiene un link que os permitirá consultarlo.

Pablo Oliveres
Murcia

Artículo comentado.- 



Discutir, pensar, razonar es algo que todas las personas practicamos con mayor o menor frecuencia y, por lo general, la mayoría, lo hacemos con bastante asiduidad. Por otro lado la época en la que vivimos se caracteriza por estar plagada de información, tanta que es prácticamente imposible digerir toda la que se produce diariamente sea del tema que sea (política, filosofía, religión...), es tal que nos expone a sufrir una "intoxicación". La otra cara de la moneda sería que este flujo continuo de información con base razonablemente científica, nos abre horizontes increíblemente excitantes para la conservación de nuestra plasticidad mental sin la cual se hace muy árido y duro vivir.
En cuanto a la primera palabra: discutir, me parece interesante el vídeo-conferencia en Intra Med (19 ENERO 2019) (https://www.youtube.com/watch?v=rYXTnr72OuI), del Dr. Daniel Fichtentrei:
¿Cómo discutimos? Razones, emociones y tribus morales.
Empieza preguntando si vivimos en la era de la información o de la crispación y cómo funcionan las controversias en los tiempos de la posverdad. De cómo nuestras controversias actuales expresan más lealtad a una tribu intelectual que el intercambio de ideas que busca el conocimiento común. En la era de la posverdad simulamos intercambiar ideas mientras luchamos por nuestras identidades tribales. Ninguna controversia se resuelve cuando los disputantes afirman "yo pienso", pero en realidad sienten: "yo soy". Son identidades y no ideas en pugna. Las afirmaciones dejan de referirse a los hechos (fácticas) para referise a juicios morales (normativas). Pero el "deber ser" nunca se deduce del "ser", es una falacia. Deducir oraciones normativas a partir de oraciones descriptivas es lógicamente imposible. Ejemplo: Una persona come mucho (se refiere al "ser", descriptivo); entonces esa persona debe ser golosa e incontinente (se refiere al "deber ser", normativo). En la era de la polarización y la indignación, las discusiones son insolubles porque ignoran la fisiología. La certeza es una emoción que se percibe como una cognición. Y esto es igual para quien afirma una verdad basada en pruebas como para quien afirma una falsedad sin ellas. Vivimos rodeados de afirmaciones plausibles, creíbles, pero falsas. La verdad se ha subordinado a las pasiones. Este fenómeno no es ni inocente, ni espontáneo, es manipulativo.
Neurobiología de la toma de decisiones: "El  conflicto es entre una decisión impulsada por la COGNICIÓN y otra impulsada por la EMOCIÓN. Una vez decidido, la corteza frontal envía órdenes a la "corteza premotora", que las pasa a la corteza motora, que las pasa a los músculos. Y se produce un comportamiento o conducta".

AIAS Guest Lecture: John Tooby, Prof. at University of California Santa Barbara, US

Orwell meets Darwin: Collective stupidity and the evolutionary politics of information

(Orwell se encuentra con Darwin: la estupidez colectiva y las políticas evolutivas de la información)
http://aias.au.dk/events/show/artikel/aias-guest-lecture-john-tooby-prof-at-university-of-california-university-of-california-santa-bar/
La resolución exitosa de problemas requiere reunir toda la información verdadera relevante disponible, pero los investigadores han demostrado que los sujetos recuerdan los buenos argumentos de su lado y los malos argumentos de los oponentes. Si las coaliciones compiten en una forma colectiva, de suma cero para el estado (derecho relativo para determinar resultados), los criterios para aceptar información, y para permitir que se vuelva operacionalmente inferencial, deben variar con su efecto probable sobre el derecho relativo de la coalición. El valor de la verdad solo debe ser un factor en la medida en que sea demostrable públicamente de manera inminente, y por lo tanto, la aceptación de errores puede ser desacreditadora La epidemiología del relativismo debe hacer un seguimiento de la estimación implícita de cómo las reclamaciones de la coalición central podrían ser evaluadas objetivamente. La polarización y el aumento de la identificación de la coalición deben asociarse con una búsqueda reducida de la verdad. La argumentación que se dirige directamente al estado de los rivales (por ejemplo, los argumentos ad hominem) debe experimentarse como no falaz y relevante porque el objetivo real es el estado de suma cero, no el descubrimiento de la verdad. Nuestras arquitecturas cognitivas deben diseñarse para poner en cuarentena conjuntos de representaciones subversivas al estado de coalición, lo que hace que gran parte de nuestro conocimiento quede paralizado e inerte. Los especialistas en la generación y transmisión de representaciones cultivan sistemas de creencias emergentes sobre su propia autoridad moral y experiencia que sistemáticamente exageran su imparcialidad, precisión y libertad frente a la corrupción. Esto impulsa la dinámica de opinión de las élites entre los intelectuales en los países avanzados, no menos que la política de los mandarines, los brahmanes, los mulás, el clero, los rabinos y otros conjuntos de escribas que saben leer y escribir.
El éxito en la resolución de problemas requiere juntar toda la información verdadera relevante disponible, pero los investigadores han demostrado que los sujetos recuerdan los buenos argumentos de su lado y los malos argumentos del oponente. Si las coaliciones compiten en una forma colectiva de suma cero por el estatus (derecho relativo para determinar los resultados), entonces los criterios para aceptar información y permitir que se vuelvan inferencialmente operativos deberían variar con su efecto probable sobre el derecho relativo de la propia coalición. El valor de la verdad solo debe ser un factor en la medida en que sea demostrable públicamente de forma inminente y, por lo tanto, al abrazar los errores corre el riesgo de ser desacreditado. La epidemiología del relativismo debería rastrear la estimación implícita de cómo les iría a los reclamos centrales de coalición si se evaluaran objetivamente. La polarización y el aumento de la identificación con la coalición deberían asociarse con una reducción de la búsqueda de la verdad. La argumentación dirigida directamente al estado de los rivales (por ejemplo, los argumentos ad hominem) debe ser experimentada como no falsa y relevante porque el objetivo real es el estado de suma cero compitiendo, NO el descubrimiento de la verdad. Nuestras arquitecturas cognitivas deben diseñarse para poner en cuarentena conjuntos de representaciones subversivas del estado de coalición, dejando paralizadas e inertes grandes partes de nuestro conocimiento. Los especialistas en la generación y transmisión de representaciones cultivan sistemas de creencias emergentes sobre su propia autoridad moral y experiencia que sistemáticamente exageran su imparcialidad, precisión y libertad frente a la corrupción. Esto impulsa la dinámica de la opinión de élite entre los intelectuales en los países avanzados, al igual que la política de mandarines, brahmanes, mulás, clérigos, rabinos y otros grupos de escribas letrados." Prof. John Tooby
  • Los juicios morales no surgen de la razón, sino del instinto, lo cual nos impide escuchar y entender a nuestro adversario y convierten el debate público en un griterío en el que todos creemos tener razón.
     
  • Enfatizar las identidades tribales es una idea muy mala en una democracia diversa.
     
  • La verdad más básica de la psicología social es el proverbio beduino que dice: “Yo contra mi hermano. Mi hermano y yo contra mi primo. Mi hermano, mi primo y yo contra el forastero.”
     
  • Cada vez que hay una nueva tecnología de diseminación de la información, desde la imprenta a la televisión, la televisión por cable, internet o las redes, cambia el equilibrio de las relaciones sociales y se forman grupos de maneras más nuevas y más rápidas. Somos muy propensos al tribalismo y a creer cualquier cosa que nos haga a nosotros buenos y a los otros malos, e internet y las redes sociales han permitido a la gente que crea cualquier cosa horrible sobre el adversario. Esto contribuye a crear un odio y miedo hacia el otro lado, a desarrollar una cultura emergente que a veces llaman posverdad. No tenemos buenas formas de limitar o examinar información que se extiende ampliamente.
     
  • Para entender cualquier grupo tienes que entender qué es sagrado para ellos. Alrededor, hay un espacio de ignorancia motivada en cuanto conviertes una cosa en algo sagrado estás dispuesto a pisotear o descartar otros valores.
     
  • La psicología moral normal juzga a la gente por sus intenciones. Si alguien se choca contigo sin querer por la calle, no creemos que sea agresivo, que deba ser castigado. Solo debe pedir disculpas y ya está. Si es intencional, si alguien te empuja, pensamos que es más grave. Pero en este cambio del lenguaje para ganar batallas retóricas, algunas subculturas políticas han desarrollado la idea de que no importa la intención sino el impacto. Si un miembro de un grupo demográfico protegido se siente incómodo por algo que se dice, la persona que ha dicho esas palabras ha cometido un acto de agresión, aunque las palabras sean un elogio o una expresión de curiosidad por el origen de alguien.
     
  • Hay que convencer a la gente para que renuncie a las afiliaciones tribales, enseñarles a conceder el beneficio de la duda, la capacidad para hablar con quienes son diferentes. Si sabemos hacer eso, la diversidad es una verdadera bendición. Pero si no, solo trae sospecha mutua y odio, se convierte en una maldición.

Interesante exposición que centra y desmenuza el complejo y enrevesado terreno de la discusión, no solamente en el campo de la política también con los diferentes.

Fernando Orozco
Zaragoza

NOTA DEL CONSEJO DE REDACCIÓN: En el próximo número Iatrós publicaremos los artículos que ilustran las otras dos palabras escogidas por nuestro autor, Fernando Orozco: pensar y razonar. No os lo perdáis.