BOLETIN IATROS, MARZO 2019.
CIRCULO DE CIBERLECTURA
INDICE.-
Noticias.- Simposium Internacional Humanidades Médicas
Comentario
de libros.- Materia y conciencia. Introducción contemporánea a la filosofía de la mente. Bullshit Jobs .Trabajos de Mierda , una teoría
Webs
de interés.- Institute Medical Ethics y sus publicaciones. Biblioteca Digital Mundial.
Artículo
comentado.- ¿Cómo discutimos?
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Noticias.-
Simposium Internacional de Humanidades Médicas.- Abril
2019.-
In October 2017, the first The Doctor as
a Humanist symposium was held in Palma de Mallorca, Spain. At the symposium was
posed the question, “Can the Humanities transform 21st Century Medicine?”
In April 2019, the second The Doctor as a
Humanist symposium will be held at Sechenov University in Moscow. The question
asked with focus on HOW: “How can the Humanities transform 21st Century
Medicine ? “ and not less important, perhaps even more pertinent, “How can we
integrate the Humanities into Medical education and practice?”.
Comentario de libros.-
Materia y
conciencia. Introducción contemporánea a
la filosofía de la mente.
Autor: Paul M. Churchland.
Editorial: Gedisa, 1999.
El autor nos introduce, de un modo
didáctico y accesible, a un mundo tan complejo como el de la filosofía de la
mente desde diferentes puntos de vista: ontológico, epistemológico, semántico y
metodológico, además de abordar los avances en inteligencia artificial y
neurociencia.
Paul M. Churchland intenta responder a
preguntas sobre la naturaleza de la inteligencia consciente, del
autoconocimiento o conocimiento introspectivo, sobre la verdadera naturaleza de
los estados y procesos mentales. Se pregunta: ¿En qué medio se llevan a cabo y
cómo se relacionan con el mundo físico los procesos mentales? Es decir, cómo
abordar el denominado problema mente-cuerpo o problema ontológico, tal y como
lo denominan los filósofos. Sobre el problema semántico o dicho de forma
interrogativa ¿en dónde adquieren su significado los términos que utilizamos
corrientemente para referirnos a los estados mentales? El complejísimo problema
epistemológico, el cual se divide en dos partes: ¿Sobre qué bases tenemos el
derecho a suponer que otros seres humanos experimentan siquiera algún estado
mental? Es decir, el denominado problema
de las otras mentes y por otro lado
¿cuál es la naturaleza de ese inexplicable acceso que tenemos al
contenido de nuestra propia mente? ¿La introspección? Todo ello se trata de
contestar desde el campo de la filosofía, pero también desde la neurociencia.
Sobre el problema ontológico se pregunta: ¿De dónde proviene la mente?
¿Qué es? Para ello analiza las dos corrientes más importantes que existen sobre
el tema: la dualista y la materialista.
Sobre la dualista nos dice que pese a
existir diferentes formas de dualismo, entre ellos el sustancial y el de las propiedades, todos
ellos coinciden en que la esencia de la inteligencia consciente reside en algo
no físico que jamás podrá entrar en la esfera de las ciencias como la física,
la neurofisiología o la informática.
El dualismo sustancial, que sería aquel
que ya enunció Descartes, mantiene que cada mente es una cosa no física, algo
que tiene una identidad independiente de cualquier cuerpo físico al que pudiera
estar temporalmente unida. Los estados y actividades mentales adquirirían su
carácter específico por el hecho de ser estados y actividades no físicas únicas
en su género.
Una variación existe en el dualismo de
las propiedades, para el que, si bien no hay que considerar ninguna sustancia
fuera del cerebro, que es algo físico, éste posee propiedades específicas que
no posee ningún otro tipo de objeto físico y estas propiedades especiales son
lo no físico y dentro de este enfoque los dualistas de las propiedades se
subdividen en la corriente llamada epifenomenismo,
es decir, aquel en el cual las
propiedades mentales están por encima de los procesos físico-químicos del
cerebro y solo aparecerían cuando el desarrollo del cerebro supera un
determinado nivel de complejidad. Y también estaría la corriente llamada interaccionista de las propiedades, que
difiere del anterior al afirmar que las propiedades mentales no sólo están por
encima de los procesos físico-químicos, sino que interactúan, o sea, que los
procesos mentales tienen efectos causales sobre el cerebro y debido a eso sobre
la conducta. Este enfoque también mantiene que estas propiedades emergentes, no
aparecen de ninguna manera hasta que la materia física común haya podido
organizarse, evolutivamente, en un sistema lo suficientemente complejo.
La otra gran corriente, ya clásica, sobre
el denominado problema ontológico es el materialismo y dentro de este enfoque
estarían el materialismo reduccionista y el materialismo eliminativo,
fundamentalmente.
Sobre el primero, también conocido como
teoría de la identidad, cabe decir que “su afirmación central es la simplicidad
misma: los estados mentales son estados físicos del cerebro”. Además cada tipo
de estado o proceso mental es numéricamente idéntico (es una y la misma cosa
que) a algún estado o proceso físico dentro del cerebro o del sistema nerviosos
central.
Sin embargo, para el materialismo
eliminativo no podrán encontrarse las correspondencias biunívocas dentro del
marco de referencia psicológico que utilizamos corrientemente porque según este
enfoque, el actual marco de referencia de términos psicológicos aceptados es
una concepción falsa y radicalmente engañosa sobre las causas de la conducta
humana y la naturaleza de la actividad cognitiva. El materialismo
eliminativo aboga por la eliminación
lisa y llana de la ontología de una teoría anterior (la existente en la
actualidad) y su cambio por una nueva ontología con un marco de referencia no
basado en las concepciones psicológicas de la vida corriente.
Lo cual nos conduce directamente al
problema semántico, que analizaremos tras el epistemológico.
El
problema de las otras mentes trata de resolverse mediante la observación de la
conducta, incluida la conducta verbal, de otras personas o seres dotados de
mente. Por ejemplo, a partir de sonrisas y risas podemos inferir placer. Pero
el problema aparece en conocer qué es lo que justifica los tipos de inferencias. Dicho de otro modo,
inferir la aparición (oculta) de ciertos estados mentales, a partir de la aparición de ciertas conductas
observables. Esto nos lleva a suponer que existen conexiones entre conductas y
estados mentales que podrían ser generalizables, aunque a ciencia cierta sólo
podemos observar la mitad de la conexión, la conducta de la persona o del ser dotado de ciertos estados mentales.
Sin lugar a dudas el llamado argumento de
la analogía es el más extendido para dicha justificación: “si las
generalizaciones valen para mí, también deben ser válidas para otros seres
humanos”. Pero nuevamente estamos cayendo en una forma de conductismo para
explicar realmente la existencia de estados mentales.
Igualmente complejo es el problema de la autoconciencia que, al menos,
requiere el autoconocimiento de uno mismo, pero no solo el conocimiento de los
propios estados físicos, sino también de los propios estados mentales y según
el enfoque más contemporáneo se trataría de una actualización permanente en forma de autopercepción de nuestros
propios estados mentales, al igual que requerimos constantemente de nuestra
percepción del mundo circundante y nuestros estados físicos. Algo que contrasta
con el enfoque tradicional sobre la introspección la cual no estaría mediada o
mediatizada por impresiones o sensaciones de algún tipo sino que sería algo
inmediato y directo. La mente se conoce
a sí misma en primer lugar, de un modo único, y mucho mejor de lo que puede
llegar a conocer el mundo externo, y por tanto, es lógicamente imposible que
esté equivocada.
Este punto de vista tendría que ver con
uno de los enfoques semánticos (que en realidad están íntimamente asociados al
problema ontológico y epistemológico) el
que se denomina de ostensión interna.
Según este enfoque una manera habitual de incorporar un término al vocabulario
de alguien, por ejemplo: caballo, consiste en mostrarle un caso concreto del
tipo correspondiente y decirle algo así como: “Eso es un caballo”; según este
enfoque algo similar sucede con los términos del lenguaje psicológico
tradicional que designan estados mentales. Cuando pensamos en vocablos como
dolor, comezón o sensación de rojo, la fuente obvia de conocimiento parece ser
la ostensión, pues según esta teoría cómo podría uno conocer el significado de
alguno de estos términos si no hubiese experimentado nunca un dolor, comezón o
sensación de rojo. Nos dice el autor que a primera vista esto parece imposible
y es lo que se ha denominado “el criterio normal”.
Sin embargo, según los conductistas el
significado de un término mental queda establecido por las múltiples relaciones
que mantiene con algunos otros vocablos “vocablos que se refieren a
circunstancias y vocablos por todos observables”, lo que a su vez, supera el
solipsismo semántico al que conduce la teoría de la ostensión interna. A pesar
de que los seguidores del “criterio normal” están dispuestos a sostener la idea
que en el mundo de las sensaciones el lenguaje es irremediablemente privado,
Wittgenstein intentó demostrar, con bastante éxito, que la posibilidad de un
lenguaje necesariamente privado era algo absolutamente imposible “pues ningún
término puede tener sentido en ausencia de conexiones sistemáticas con otros.
Al parecer, el significado es algo que un término sólo puede tener en el
contexto de un sistema de otros términos conectados entre sí por medio de
enunciados generales que los contengan”. Si esto es así podría haber una
explicación y predicción de las conductas a partir de leyes o enunciados
generales que conecten los diversos estados mentales con “ 1) otros estados
mentales, 2) circunstancias externas y 3) conductas manifiestas”.
Por tanto, dentro del problema semántico
podríamos decir que “puesto que el significado surge a partir del lugar que
ocupa un elemento en una red de supuestos
y a partir de la función
conceptual resultante que cumple el elemento en la economía inferencial actual
del sistema, por tanto [se puede decir] que nuestros estados mentales pueden
tener el contenido proposicional que tienen
nada más que a causa de sus intrincados rasgos relacionales. Esto
significa que no hay ningún problema en suponer que estados físico puedan tener
contenido proposicional, puesto que en principio fácilmente podrían poseer los
rasgos relacionales correspondientes”.
El libro continúa analizando de manera
descriptiva los avances en neurociencia
tanto desde el punto de vista evolutivo como desde la neurofisiología y la
neurobiología y además hace un repaso de los avances en la denominada
Inteligencia Artificial. También nos hace una llamada de atención sobre el
hecho de que el problema cerebro/mente o filosofía de la mente sigue estando
presente en filósofos posteriores a Descartes, con quien empezábamos esta
reseña. Baste recordar lo que Immanuel Kant afirmaba en la Crítica de la razón pura “ que la experiencia humana conocida del
mundo material es en gran medida construida
por la mente humana en actividad” y sigue Kant “el mundo de los sentidos
internos, el mundo de las sensaciones, pensamientos y emociones, también es un mundo construido. Del mismo modo en que la mente accede al mundo externo,
el acceso de la mente a sí misma también está mediatizado por sus propias
contribuciones estructurales y conceptuales […] y en general creía “que las
cosas así como son (independientes de la percepción y conceptualización
humanas) son incognoscibles por los seres humanos para siempre”. Frente a este enfoque de construcción
objetivizante del mundo interno y externo, la fenomenología de Husserl quiere
encontrar en la búsqueda introspectiva de las actividades de la mente la
revelación de la fuente de nuestros “contenidos” mentales, los cuales nos
conducen a un conocimiento purificado e incuestionable de un yo trascendental individual detrás del yo empírico o fenomenológico. Y es que
la idea de que se puede tener algún conocimiento supracientífico del yo, alguna forma especial de
conocimiento sobre sí mismo, es bastante común a lo largo de la historia.
Juan Carlos Hernández Clemente.
Madrid, 2018
Bullshit Jobs
.Trabajos de Mierda , una teoría
David Graeber
Editorial Ariel
Tras leer el libro de David Graeber, a uno
le queda la idea de que los trabajos inútiles “de mierda” proliferan en gran
parte porque una forma de capitalismo
gerencial extractivo va dominando todas las economías del mundo, especialmente
las ricas. Se crean infinidad de trabajos que las personas sienten que no
contribuyen en nada a la mejora de la sociedad y como consecuencia de esta
falta de valor social de su trabajo, al que cada vez deben dedicar más tiempo,
las personas sufren y se sienten infelices. Ya Marx había alertado de que “solo
el tiempo de trabajo socialmente necesario determina la magnitud de su valor” y
por ello dedicar más tiempo del necesario al trabajo no genera más valor sino
solamente frustración.
A partir de las opiniones de más de 200
empleados de diversas disciplinas, el
autor considera que un trabajo de mierda es un empleo tan carente de sentido,
tan innecesario o tan pernicioso que ni siquiera el propio trabajador es capaz
de justificar su existencia, a pesar que como parte de las condiciones de
empleo, dicho trabajador se siente obligado fingir que no es así. Ya en 1930 John Maynard Keynes, acuñando el
término, “desempleo tecnológico” predijo
que la automatización
provocaría un desempleo masivo, pero
este hecho se ha ocultado creando innumerables empleos ficticios para que no se note, aunque algunos estudios
consideran que entre un 50 i 60 % de la
población se ha quedado sin un trabajo real.
Este tipo de fenómeno no hace distinción entre el sector público o
privado, de hecho, entre 1975 y 2005 el crecimiento de supervisores y
administrativos en las universidades publicas americanas se incrementó un 66%,
mientras que en las privadas aumento un 135%, Aunque muchos son los sectores
que generan puestos de trabajo inútiles , incluido el sanitario, donde
realmente es importante la proliferación del trabajo de mierda es en el sector
financiero.
¿Como es posible que en una sociedad
capitalista exista tal grado de ineficiencia que permitan mantener tantos
trabajos inútiles?. La respuesta que da Graeber, es que en un sistema
político-económico basado en la apropiación y distribución de bienes antes que
en su fabricación, traslado y mantenimiento, una parte de las personas se
dedica a mover los recursos de un lado para otro, organizándose en una compleja
jerarquía de múltiples niveles, cargos con nombres sofisticados que ocupan
personas que pasan la mayor parte del tiempo tratando de imaginar que pueden
hacer. Dentro de estos sistemas jerárquicos, que recuerdan al feudalismo, la
frontera entre siervos y subordinados a menudo se difumina, ya que la
obediencia a los superiores suele ser un elemento crucial del trabajo. A
semejanza de la edad media, el objetivo de este “feudalismo gerencial” es
conseguir el máximo botín mediante un sistema de extracción de rentas de los
plebeyos. La mayoría de los que reciben los beneficios son a la vez señores y
vasallos que se distribuyen favores políticos y recompensan las
fidelidades.
Graeber distingue cinco tipos de empleados
que realizan trabajos de mierda:
Los lacayos, que se crean porque los que
ocupan un puesto de poder en una empresa ven a los subalternos como un signo de
prestigio -secretarias, recepcionistas, subordinados con cargos rimbombantes
pero nulo contenido-.
Los esbirros, que se contratan por un
deseo de superioridad (si nuestros rivales contratan a un prestigioso bufete de
abogados nosotros no vamos a ser menos) –también forman parte de este grupo los
vendedores telefónicos, abogados corporativos, grupos de presión bancarios-
mayormente son personas que intentan que otras personas hagan o compren cosas
que no desean.
Los parcheadores, que existen porque a
veces a las empresas les resulta más difícil arreglar un problema que lidiar
con las consecuencias - muchos servicios de atención al cliente o de
información de demoras, de técnicos programadores y reparadores de déficits de
diseño a los que el buen funcionamiento de las empresas haría innecesarios.
Los marcacasillas, que están ahí porqué en
muchas grandes empresas son más importantes las pruebas de que una acción se
está realizando que la acción en sí misma – una práctica que parece que va
extendiéndose sin fin en el entorno sanitario -.
Los supervisores, que representan diversas
formas de autoridad impersonal y que pueden realizar un “trabajo de mierda” si
considera que los subordinados son perfectamente capaces de realizar su trabajo
sin su intervención, o más perjudiciales si encargan trabajos inútiles del que
después supervisaran su cumplimiento.
Las personas atrapadas en alguno de estos
tipos de trabajos pueden sufrir “el trauma de la influencia fallida” al sentir
que hacen algo inútil y tienen que fingir que hacen algo útil. Es un ataque al
ego de la persona y a los propios cimientos que le sostienen como individuo.
Hubo un tiempo en que el prestigio social
se obtenía reconociendo la utilidad de lo que se hacía o se fabricaba. Uno
podía sentirse orgulloso de la mesa que había hecho o del enfermo que había
curado, pero esto cambio a principios del siglo XX cuando empezó a valorarse a
las personas por su capacidad adquisitiva. Debe dedicarse más tiempo al trabajo
insatisfactorio para poder adquirir más. Un tiempo que también cambió su
significado al iniciarse la revolución industrial. Se acuñaron las expresiones
de malgastar el tiempo, perder el tiempo ir a contrarreloj. El trabajo que
fundamentalmente había tenido un carácter discontinuo- se sembraba y se recolectaba
- se sometió a la disciplina de un horario comportando una pérdida de libertad,
porque cuando un trabajador está sometido a un reloj su tiempo no le pertenece,
sino que es propiedad de la persona que lo compra.
Algunas personas gracias al fingimiento
logran evitar el estrago que, realizar tareas inútiles, puede suponer sobre su
salud mental. En ocasiones reducen su trabajo de mierda a uno o dos días a la
semana y ocupan el resto de tiempo en proyectos que realmente les interesan y
les ayudan a sentirse realizados. Pero esto no siempre es posible y en muchos
entornos laborales se crean dinámicas de poder sadomasoquistas que lentamente
se van instaurando como una cultura laboral en la sociedad que estimula el
consumismo compensatorio. El impacto es mayor en la juventud a los que se les
prepara para realizar trabajos inútiles o se les entrena para fingir que
trabajan.
Aunque es difícil desarrollar una medida
universal para medir el valor del trabajo, no parece que este tenga valor para
los demás si no lo tiene para quien lo realiza. En el libro se reseñan algunos
intentos de analizar este valor social en algunas profesiones. Uno de ellos es
el de la New Economics Foundation en el Reino Unido que muestra como un
financiero de la banca destruye lo que equivaldría a un valor social de 7
libras por cada libra recibida de un salario de 5 millones, mientras que un
operario de reciclaje por cada libra de su salario de 12.500 libras genera 10
libras de valor social. Parecería que
para muchos trabajadores rige la máxima de Epicteto, “la virtud es su propia
recompensa”, y que la sociedad ha asumido que cuanto mayor valor social tiene
un trabajo, (barrer la calle, hacer la higiene a un discapacitado, o trabajar
en el mundo sanitario) menos se debe retribuir por él. Da la sensación que
aquellos que escogen beneficiar a la sociedad y en especial los que tienen la
gratificación de saber que benefician a la sociedad no tienen derecho a esperar
un salario decente. Al contrario, son aquellos que tienen que sufrir por el hecho
de saber que realizan un trabajo inútil o incluso nocivo, solo por dinero, los
que deben ser recompensados con más dinero.
Una alternativa a esta modelo seria
reconocer que actualmente la mayor parte del trabajo no radica en producir,
sino en cuidar, tratar bien a nuestros semejantes, en especial a los más
cercanos. Según Nancy Folbre, a quien recurre el autor, casi cualquier forma de
trabajo puede describirse como de cuidados en el sentido de que tiene como
resultado actividades que cubren las necesidades de los demás. El trabajo de cuidado siempre implica un
esfuerzo de comunicación, empatía y comprensión, ponerse en el lugar del otro e
intentar comprender lo que piensa y siente. La capacidad de leer las emociones
de los demás es un efecto directo del trabajo, que los ricos ociosos, los
gerentes y burócratas no necesitan desarrollar, por ello es comprensible que
escape a su comprensión el sufrimiento de muchas personas víctimas directas o
indirectas de este tipo de trabajos.
Pero “trabajos de mierda”, no es un libro
que intente aportar recomendaciones de cómo hacer frente al fenómeno de la
proliferación de trabajos inútiles, sino que intenta alertar de un problema que
mucha gente ni siquiera reconoce que existe. Tampoco propone iniciativas que
sean difíciles de ser asumidas por las elites, o que incrementarían la
“mierdificación”, sino que, apuesta por dar apoyo a movimientos ya existentes,
como el que promueve la renta básica universal. Según el autor, esta renta,
supondría una reducción de la burocracia asistencial, gubernamental, de
fundaciones y ONGs, que lo único que consiguen es que a través de innumerables
tramites se humille y se sientan maltratadas las personas que tienen derecho a
una prestación asistencial. Pero, además, al tener garantizado el sustento
vital, las personas no deberían estar sometidas a tratos humillantes y indignos
de sus superiores jerárquicos mediante la imposición de trabajos inútiles. La
mayoría de la población optaría libremente por realizarse a través de cosas que
verdaderamente les interesara, muy pocos optarían por la ociosidad o por la
inactividad perpetua porque también es lesiva para la salud mental. Ciertamente algunos proyectos resultarían
absurdos a la vista de determinadas personas, pero muchos otros contribuirían
al bien común. En todo caso parece difícil superar el 40 % de trabajos
inútiles, que los empleados sienten que realizan actualmente.
Sin duda falta profundizar buscando
alternativas al problema planteado, pero es de suponer que, si el artículo
publicado en 2013 “Sobre el fenómeno de los trabajos de mierda” genero tantas
complicidades, en los lectores para relatar
experiencias que sirvieron para elaborar el libro, la contundencia de
muchos de los argumentos, suponen una aproximación inestimable para el estudio
de la evolución de la concepción futura del trabajo.
Josep
María Busquets i Font
Barcelona
Webs de interés.-
BLOG DE HUMANIDADES
MÉDICAS:
The Medical Humanities blog works in tandem
with the leading international journal Medical Humanities,providing a place for
succinct scholarly interventions into the conversation around medicine, as practice
and philosophy, as it engages with humanities and arts, social sciences, health
policy, medical education, patient experience and the public at large. The blog
showcases Medical
Humanities articles, provides book reviews, and intervenes in
current or unfolding issues in medical humanities through submissions which are
subject to rigorous editorial review. We have a Global Health correspondent and
a Film and Media correspondent who promote critical conversation in these
particular areas.
INSTITUTE MEDICAL ETHICS
The Institute of Medical Ethics (IME)
is
a charitable organisation dedicated to improving education and debate in
medical ethics. The IME is founder and co-owner of the Journal of Medical
Ethics (JME) a leading international journal reflecting the whole field of
medical ethics.
Our
mission is "promoting
and supporting the impartial study and understanding of medical ethics and its
integration into clinical practice through education, research, and
publication". We are currently involved in organising
conferences, providing grants to students interested in medical ethics and in a
project to support and develop medical ethics and law teaching in UK medical
schools.
El Instituto publica:
Medical Humanities:
Journal of medical Ethics
BIBLIOTECA DIGITAL
MUNDIAL
La Biblioteca Digital
Mundial pone a disposición en Internet, de manera gratuita y en formato
multilingüe, importantes materiales fundamentales de culturas de todo el mundo.
Los objetivos de la
Biblioteca Digital Mundial son:
- Promover el entendimiento
internacional e intercultural;
- Ampliar la cantidad y la variedad
de contenidos culturales en Internet;
- Facilitar recursos a los
educadores, estudiosos y el público en general;
- Permitir a las instituciones
asociadas reducir la distancia digital dentro de y entre los países.
- Junio de 2005: El bibliotecario del
Congreso James H. Billington propone el establecimiento de una Biblioteca
Digital Mundial a la UNESCO.
- Diciembre de 2006: La UNESCO y la Biblioteca del
Congreso copatrocinan una reunión de expertos con los principales
interesados de todas las regiones del mundo. La reunión de expertos tuvo
como resultado la decisión de establecer grupos de trabajo para elaborar
normas y directrices de selección de contenidos.
- Octubre de 2007: La Biblioteca del Congreso y
cinco instituciones asociadas presentan un prototipo de la futura
Biblioteca Digital Mundial en la Conferencia General de la UNESCO.
- Abril de 2009: La Biblioteca Digital
Mundial se lanza a un público internacional, con contenido acerca de cada
estado miembro de la UNESCO.
Descripción: Una de las características más impresionantes de la
Biblioteca Digital Mundial son las descripciones de cada artículo, que
responden a las preguntas: "¿Qué es este artículo y por qué es importante?
Esta información, escrita por conservadores y otros expertos, proporciona un
contexto esencial para los usuarios y está diseñada para despertar la
curiosidad de los estudiantes y del público general de querer aprender más
acerca del patrimonio cultural de todos los países.
- Multilingüismo: Los metadatos, la
navegación y los contenidos de apoyo (por ejemplo, los vídeos de los
conservadores) están traducidos a siete idiomas: árabe, chino, inglés,
francés, portugués, ruso y español. Esta característica ha alargado el
tiempo de desarrollo del sitio y complica su mantenimiento, pero acerca
más a la Biblioteca Digital Mundial a su meta de ser realmente universal.
- Desarrollo técnico de la
biblioteca digital: El trabajo del equipo de la Biblioteca Digital Mundial
con herramientas y tecnología de última generación, ha llevado a
importantes avances en catalogación y en desarrollo de sitios web
multilingües:
- Se desarrolló una nueva
aplicación de catalogación para responder a los requisitos de los
metadatos.
- Se utilizó una herramienta
centralizada con una memoria de traducción, que evita que los traductores
tengan que traducir la misma palabra o frase dos veces.
- Se desarrolló una interfaz, que
muestra el contenido de la Biblioteca Digital Mundial de manera atractiva
para los usuarios no tradicionales y que fomenta la exploración de las
fuentes primarias.
- Se continúan desarrollando nuevas
tecnologías, mejorando el flujo de trabajo y reduciendo el tiempo que
transcurre entre la selección de contenido y la disponibilidad en el
sitio.
Como ejemplo de los
materiales que podéis encontrar hemos seleccionado este repertorio de links
donde encontraréis los textos que a entender de la Biblioteca Mundial
constituyen auténticos mojones en la Historia Universal de la humanidad: http://project.wdl.org/publications/WDL_Firsts.pdf
Cada documento tiene un link que os permitirá consultarlo.
Pablo Oliveres
Murcia
Pablo Oliveres
Murcia
Artículo comentado.-
Discutir, pensar, razonar es algo que
todas las personas practicamos con mayor o menor frecuencia y, por lo general,
la mayoría, lo hacemos con bastante asiduidad. Por otro lado la época en la que
vivimos se caracteriza por estar plagada de información, tanta que es
prácticamente imposible digerir toda la que se produce diariamente sea del tema
que sea (política, filosofía, religión...), es tal que nos expone a sufrir una
"intoxicación". La otra cara de la moneda sería que este flujo
continuo de información con base razonablemente científica, nos abre horizontes
increíblemente excitantes para la conservación de nuestra plasticidad mental
sin la cual se hace muy árido y duro vivir.
En cuanto a la primera palabra: discutir, me parece
interesante el vídeo-conferencia en Intra Med (19 ENERO 2019) (https://www.youtube.com/watch?v=rYXTnr72OuI),
del Dr. Daniel Fichtentrei:
¿Cómo discutimos? Razones, emociones y tribus
morales.
Empieza preguntando si vivimos en la era de la información o de la
crispación y cómo funcionan las controversias en los tiempos de la posverdad.
De cómo nuestras controversias actuales expresan más lealtad a una tribu
intelectual que el intercambio de ideas que busca el conocimiento común. En la era de la posverdad
simulamos intercambiar ideas mientras luchamos por nuestras identidades
tribales. Ninguna controversia se resuelve cuando los disputantes afirman
"yo pienso", pero en realidad sienten: "yo soy".
Son identidades y no ideas en pugna. Las afirmaciones dejan de referirse a los
hechos (fácticas) para referise a juicios morales (normativas). Pero el "deber
ser" nunca se deduce del "ser", es una falacia.
Deducir oraciones normativas a partir de oraciones descriptivas
es lógicamente imposible. Ejemplo: Una persona come mucho (se refiere al "ser",
descriptivo); entonces esa persona debe ser golosa e incontinente (se refiere
al "deber ser", normativo). En la era de la polarización y la
indignación, las discusiones son insolubles porque ignoran la fisiología. La certeza
es una emoción que se percibe como una cognición. Y esto es igual
para quien afirma una verdad basada en pruebas como para quien afirma
una falsedad sin ellas. Vivimos rodeados de afirmaciones plausibles,
creíbles, pero falsas. La verdad se ha subordinado a las pasiones.
Este fenómeno no es ni inocente, ni espontáneo, es manipulativo.
Neurobiología de la toma de decisiones: "El conflicto es entre una
decisión impulsada por la COGNICIÓN y otra impulsada por la EMOCIÓN.
Una vez decidido, la corteza frontal envía órdenes a la "corteza
premotora", que las pasa a la corteza motora, que las pasa a los músculos.
Y se produce un comportamiento o conducta".
AIAS
Guest Lecture: John Tooby, Prof. at University of California Santa Barbara, US
Orwell meets Darwin: Collective
stupidity and the evolutionary politics of information
(Orwell se encuentra con Darwin: la
estupidez colectiva y las políticas evolutivas de la información)
http://aias.au.dk/events/show/artikel/aias-guest-lecture-john-tooby-prof-at-university-of-california-university-of-california-santa-bar/
La
resolución exitosa de problemas requiere reunir toda la información verdadera
relevante disponible, pero los investigadores han demostrado que los sujetos
recuerdan los buenos argumentos de su lado y los malos argumentos de los
oponentes. Si las coaliciones compiten en una forma colectiva, de suma cero
para el estado (derecho relativo para determinar resultados), los criterios
para aceptar información, y para permitir que se vuelva operacionalmente
inferencial, deben variar con su efecto probable sobre el derecho relativo de
la coalición. El valor de la verdad solo debe ser un factor en la medida en que
sea demostrable públicamente de manera inminente, y por lo tanto, la aceptación
de errores puede ser desacreditadora La epidemiología del relativismo debe
hacer un seguimiento de la estimación implícita de cómo las reclamaciones de la
coalición central podrían ser evaluadas objetivamente. La polarización y el
aumento de la identificación de la coalición deben asociarse con una búsqueda
reducida de la verdad. La argumentación que se dirige directamente al estado de
los rivales (por ejemplo, los argumentos ad hominem) debe experimentarse como
no falaz y relevante porque el objetivo real es el estado de suma cero, no el
descubrimiento de la verdad. Nuestras arquitecturas cognitivas deben diseñarse
para poner en cuarentena conjuntos de representaciones subversivas al estado de
coalición, lo que hace que gran parte de nuestro conocimiento quede paralizado
e inerte. Los especialistas en la generación y transmisión de representaciones
cultivan sistemas de creencias emergentes sobre su propia autoridad moral y
experiencia que sistemáticamente exageran su imparcialidad, precisión y
libertad frente a la corrupción. Esto impulsa la dinámica de opinión de las
élites entre los intelectuales en los países avanzados, no menos que la
política de los mandarines, los brahmanes, los mulás, el clero, los rabinos y
otros conjuntos de escribas que saben leer y escribir.
El éxito en la
resolución de problemas requiere juntar toda la información verdadera relevante
disponible, pero los investigadores han demostrado que los sujetos recuerdan
los buenos argumentos de su lado y los malos
argumentos del oponente. Si las coaliciones compiten en una forma
colectiva de suma cero por el estatus (derecho relativo para determinar los
resultados), entonces los criterios para aceptar información y permitir que se
vuelvan inferencialmente operativos deberían variar con su efecto probable
sobre el derecho relativo de la propia coalición. El valor de la verdad
solo debe ser un factor en la medida en que sea demostrable públicamente de
forma inminente y, por lo tanto, al abrazar los errores corre el riesgo de ser
desacreditado. La epidemiología del relativismo debería
rastrear la estimación implícita de cómo les iría a los reclamos centrales de
coalición si se evaluaran objetivamente. La polarización y el
aumento de la identificación con la coalición deberían asociarse con una reducción
de la búsqueda de la verdad. La argumentación dirigida directamente al
estado de los rivales (por ejemplo, los argumentos ad hominem) debe
ser experimentada como no falsa y relevante porque el objetivo
real es el estado de suma cero compitiendo, NO el descubrimiento de la
verdad. Nuestras arquitecturas cognitivas deben diseñarse para poner
en cuarentena conjuntos de representaciones subversivas del estado de
coalición, dejando paralizadas e inertes grandes partes de nuestro
conocimiento. Los especialistas en la generación y transmisión de
representaciones cultivan sistemas de creencias emergentes
sobre su propia autoridad moral y experiencia que sistemáticamente exageran su
imparcialidad, precisión y libertad frente a la corrupción. Esto impulsa la
dinámica de la opinión de élite entre los intelectuales en los países
avanzados, al igual que la política de mandarines, brahmanes, mulás, clérigos,
rabinos y otros grupos de escribas letrados." Prof. John Tooby
- Los
juicios morales no surgen de la razón, sino del instinto, lo cual nos
impide escuchar y entender a nuestro adversario y convierten el debate
público en un griterío en el que todos creemos tener razón.
- Enfatizar
las identidades tribales es una idea muy mala en una democracia diversa.
- La
verdad más básica de la psicología social es el proverbio beduino que
dice: “Yo contra mi hermano. Mi hermano y yo contra mi primo. Mi hermano,
mi primo y yo contra el forastero.”
- Cada
vez que hay una nueva tecnología de diseminación de la información, desde
la imprenta a la televisión, la televisión por cable, internet o las
redes, cambia el equilibrio de las relaciones sociales y se forman grupos
de maneras más nuevas y más rápidas. Somos muy propensos al tribalismo y a
creer cualquier cosa que nos haga a nosotros buenos y a los otros malos, e
internet y las redes sociales han permitido a la gente que crea cualquier
cosa horrible sobre el adversario. Esto contribuye a crear un odio y miedo
hacia el otro lado, a desarrollar una cultura emergente que a veces llaman
posverdad. No tenemos buenas formas de limitar o examinar
información que se extiende ampliamente.
- Para
entender cualquier grupo tienes que entender qué es sagrado para ellos.
Alrededor, hay un espacio de ignorancia motivada en cuanto conviertes una
cosa en algo sagrado estás dispuesto a pisotear o descartar otros valores.
- La
psicología moral normal juzga a la gente por sus intenciones. Si alguien
se choca contigo sin querer por la calle, no creemos que sea agresivo, que
deba ser castigado. Solo debe pedir disculpas y ya está. Si es
intencional, si alguien te empuja, pensamos que es más grave. Pero en este
cambio del lenguaje para ganar batallas retóricas, algunas subculturas
políticas han desarrollado la idea de que no importa la intención sino
el impacto. Si un miembro de un grupo demográfico protegido se siente
incómodo por algo que se dice, la persona que ha dicho esas palabras ha
cometido un acto de agresión, aunque las palabras sean un elogio o una
expresión de curiosidad por el origen de alguien.
- Hay
que convencer a la gente para que renuncie a las afiliaciones tribales,
enseñarles a conceder el beneficio de la duda, la capacidad para hablar
con quienes son diferentes. Si sabemos hacer eso, la diversidad es una
verdadera bendición. Pero si no, solo trae sospecha mutua y odio, se
convierte en una maldición.
Interesante exposición que centra y desmenuza el complejo
y enrevesado terreno de la discusión, no solamente en el campo de la política
también con los diferentes.
Fernando Orozco
Zaragoza
NOTA DEL CONSEJO
DE REDACCIÓN: En el próximo número Iatrós publicaremos los artículos que
ilustran las otras dos palabras escogidas por nuestro autor, Fernando Orozco:
pensar y razonar. No os lo perdáis.