BLOG LÍDER EN HUMANIDADES MEDICAS Y FILOSOFIA DE LA MEDICINA.- FUNDACION LETAMENDI- FORNS Comité Editorial: Francesc Borrell. Juan Carlos Hernández Clemente. Director del blog: F. Borrell Carrió; Secretario de Redacción: Juan Medrano Albeniz.

BOLETÍN IATROS ISSN 2014-1556

Este Boletín tiene por objetivo difundir y compartir comentarios de libros y artículos en Humanidades Médicas y Filosofía de la Medicina y difundir las actividades de la Fundación Letamendi Forns y Fundación Iatrós.

BOLETIN IATROS, MAYO 2014

CIRCULO DE CIBERLECTURA

INDICE.-
Noticias.- XXV CONGRESO DE ENTREVISTA CLINICA  Y COMUNICACION ASISTENCIA
Comentario de libros.-  Patologías de la razón. Historia y actualidad de la Teoría Crítica.Autor: Axel Honneth. Platt FW. Conversation repair.  Little, Brown and Company Boston 1995.
Webs de interés.-  Steinhof: La lucha contra los “inferiores”: Historia de la medicina nazi en Viena
Artículo comentado.- Optimistas a pesar de todo.
Video recomendado.- El autismo en el foco de atención.

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Noticias.- 

XXV CONGRESO DE ENTREVISTA CLINICA  Y COMUNICACION ASISTENCIAL
6-8 Noviembre, cAsa Convalescencia, Barcelona
Información e inscripciones:
http://semfyc.eventszone.net/eclinica2014/

Comentario de libros.-

Patologías de la razón. Historia y actualidad de la Teoría Crítica.
Autor: Axel Honneth
Editorial: Katz Editores, 2009.

Los seres humanos buscamos sentido a nuestras vidas. Somos seres de sentido, y si me apuran, sentido que pueda razonarse. En este libro Axel Honneth trata de demostrarnos la actualidad de los autores de la Escuela de Frankfurt, en la búsqueda de sentido a nuestras vidas. Fueron autores dispares en  métodos y objetivos, pero coinciden  en una idea troncal:  que las patologías sociales, expresadas en la manera de vivir de sus ciudadanos, se deben a la pérdida del ideal hegeliano. ¿A cual ideal hegeliano se refieren?  Al concepto de  que siempre es necesario un universal racional –una idea compartida de qué tipo de sociedad deseamos-, que posibilite una autorrealización plena de los sujetos dentro de una sociedad. Las desviaciones de dicho ideal de autorrealización pueden describirse como patologías sociales… ¿Por qué?... porque van acompañadas de “una pérdida dolorosa de oportunidades de autorrealización intersubjetiva”.
Axel Honneth
Los autores de la Escuela de Frankfurt (Horkheimer, Marcuse, Adorno, Benjamin o Habermas)  coinciden en que  la Teoría Crítica permite una crítica racional de los hechos sociales si conocemos estos ideals que se toman como referencia en cada momento histórico. “El pasado histórico debe entenderse en sentido práctico como un proceso de formación”… Es decir un ideal compartido por las personas orienta la actividad de las mismas y las dota de sentido y racionalidad. Así mismo, permitirá comprender  las deformaciones patológicas que se generen dentro de una sociedad concreta en un momento histórico concreto. La Teoría Crítica es, por tanto, el ensamblaje de teoría e historia que busca fundamentar la racionalidad de cada época histórica.
Para estos autores de la Escuela de Frankfurt, además, las deformaciones patológica propias del capitalismo sólo pueden superarse si los implicados inician un proceso de ilustración, es decir, a través de la educación. En el fondo reeditan la idea de una sociedad ilustrada… Pero este esfuerzo educativo tiene que estar amparado por instituciones que permitan a los individuos proyectar su vida hacia metas y objetivos reconocidos socialmente permitiendo así encontrar un sentido a su existencia.  Nuestras vidas ganan sentido mediante este proceso de ilustración, educación…
¿Y qué ocurre si esta ilustración no sucede? “Todo aquel que no permita que esos fines racionales objetivos determinen su vida, sufrirá en cambio, las consecuencias de la “indeterminación” y desarrollará síntomas de desorientación”. Aparecen nuevamente ideas de Hegel, quien estaba convencido de que las patologías sociales deben entenderse como resultado de la incapacidad de la sociedad de expresar adecuadamente sus inquietudes e ideales en las instituciones, las prácticas y las rutinas cotidianas. Todos los actos de los individuos, incluidas las rutinas, vendrían   impregnadas de racionalidad, entendida ésta, como autorrealización individual dentro de una sociedad.
El autor nos expone de modo sintético por qué caminos cada uno de los autores de la Teoría Crítica trata de encontrar el ideal de autorrealización, así como, las formas de evitar las patologías sociales. El propio Axel Honneth hace su propuesta  estableciendo tres modelos diferentes de crítica de la sociedad que los denomina con los conceptos: construcción, reconstrucción y genealogía.
Construcción.- Los enfoques constructivos tratan de servirse de un método de justificación susceptible de aprobación general para llegar a principios normativos a la luz de los cuales se pueda criticar fundadamente el orden institucional de una sociedad; del consenso a las normas.
Reconstruccion.-En los enfoques reconstructivos se hace el intento de poner al descubierto en las instituciones y en las prácticas de la propia realidad social ideales normativos que puedan resultar adecuados para criticar la realidad existente. De la realidad cotidiana, lo aceptado por todos, a las normas.
Genealógicos.- Y en los enfoques genealógicos se critica la realidad social demostrando cómo sus ideales normativos se convierten forzosamente en prácticas que estabilizan el dominio (quizá por un desplazamiento de su significado original hasta hacerse irreconocible). Lo que ha funcionado deviene norma.
El autor también se hace eco de la importancia que tuvo el pensamiento freudiano y el psicoanálisis prácticamente en todo el siglo XX y muy concretamente en la primera mitad del mismo y lo relaciona con la patología social que está desvelando en este libro  (hasta ahora desde el punto de vista puramente sociológico). Distanciándose de la mayoría de las propuestas freudianas el autor sí se queda irrevocablemente con una que describe así: “el haber  comprendido que el ser humano en principio siempre es un ser escindido, desgarrado, pero que gracias a su interés intrínseco por ampliar su libertad “interior” posee la capacidad de reducir e incluso de superar ese desgarramiento mediante la actividad propia, reflexiva […] Freud añade a la imagen tradicional del ser humano una idea esencialmente nueva, cuyo núcleo respectivo constituye una ampliación del concepto de la relación del ser humano consigo mismo: el sujeto solo tiene acceso a sus actividades psíquicas desde la perspectiva interior de una representación de su propia libertad que ya le es familiar, que directamente le obliga a volver retrospectivamente sobre los momentos aislados de su propia biografía para apropiarse finalmente, a posteriori y por el camino del recuerdo, de lo aislado. Sólo presuponiendo una apropiación crítica del propio proceso de formación, se podría decir también, que el ser humano conquista la oportunidad que se le ofrece de la libre voluntad”.
Hegel
Esa libertad de la voluntad requiere de  un auto-activador (motivador) que lleve a iniciar, ante las limitaciones vividas desde lo subjetivo, el proceso de reelaboración de la propia biografía. Honneth afirma: “que el centro de mis reflexiones lo ocupa por lo tanto el vínculo absolutamente estrecho que Freud trazó entre la autonomía individual y la elaboración reflexiva del pasado, entre la libre voluntad y la “reelaboración” de la biografía; pretendo mostrar que Freud jamás dudó ni por un momento de la “libre voluntad”, pero que le antepuso como condición necesaria el paso de la apropiación de la voluntad propia”. La presencia de un ideal hegeliano nos da la oportunidad de separarnos de nuestra vida, reflexionarla y volver a ella cargados de mejores propósitos.
El autor, finalmente, analiza a algunos autores seguidores de la originaria escuela de Frankfurt como  Franz Neumann y  Albrech Wellmer, así como a Alexander Mitscherlich, médico y psicólogo alemán muy unido a la antropología médica en la cual le introdujo su maestro Victor von Weizsäcker.
De Neumann destaca el artículo Angustia y política y como este autor observa que el “miedo” es el mayor obstáculo desde el punto de vista intrapsíquico para cualquier forma política democrática porque impide que los sujetos alcancen y ejerciten las capacidades que son irrenunciables para formar una voluntad común, para este autor  “los miedos masivos intensificados neuróticamente como una especie de patología social que puede intervenir profundamente en la capacidad individual de participar en la formación democrática de la voluntad: para poder formarse una opinión con autonomía y poder articularla públicamente se necesita estar libre de angustias que menoscaben el sentimiento de autoestima, restringen la capacidad de deliberación y por eso hacen recurrir a todos los sustitutos ajenos al yo”.
Marcuse
Neumann considera que al Estado de derecho le cabe esencialmente la tarea de dar seguridad jurídica y predictibilidad política para minimizar de ese modo la formación de angustias. Mitscherlich también analizará esa relación entre angustia y política, entre la debilidad del yo y los requisitos de la conducta democrática. Pero para entender a este autor  es necesario entender la categoría de “tolerancia” porque para él la forma de tolerancia social, interpersonal, entre representantes de otras culturas  o de una comunidad de valores que nos resulta extraña, debe estar precedida por un proceso en  el que el sujeto individual aprende a conducirse consigo mismo  con “tolerancia” y liberalidad. “Esta capacidad de tolerar los deseos, las necesidades o los anhelos que me resultan ajenos en mí mismo es lo que Mitscherlich llama “tolerancia interior” o “libertad”; es el presupuesto intrapsíquico del tipo de conducta interpersonal que cada uno espera del otro cuando hablamos habitualmente de tolerancia”.
Finalmente Wellmer se une a la corriente filosófica denominada giro lingüístico, paso paradigmático de la filosofía de la conciencia a la filosofía del lenguaje y trata de contrarrestar la ortodoxia marxista demostrando que con ayuda del análisis del lenguaje “el potencial de la razón liberadora en el que podemos poner las esperanzas de emancipación no se basa en  los procesos de trabajo de la sociedad sino en la estructura de la intersubjetividad lingüística”

Juan Carlos Hernández Clemente.
Madrid.

Platt FW. Conversation repair.  Little, Brown and Company Boston 1995.

En el Boletin Iatros de abril prestábamos atención a la obra poética de Frederic W Platt y mencionábamos algunos de sus libros. Algunos lectores nos han solicitado una reseña de estos libros, muy en la línea de la ahora llamada “medicina narrativa”. En efecto, Frederic Platt es conocido sobre todo por el libro que hoy comentamos, (puede adquirirse por Internet a un módico precio). El libro desarrolla 53 interacciones médico-paciente agrupadas en 7 secciones y un epílogo. Cada sección se inicia con una exposición algo más teórica que sirve de marco para los comentarios mas concretos.
Prestemos atención a la primera de estas secciones: “descubriendo el significado”.  Descubrir el significado de lo hablado, de la demanda del paciente, en ocasiones de los síntomas mas allá de su expresividad semiológica. El paciente, nos dice Platt, quieren saber el “por qué” de su dolencia y suelen establecer relaciones causales que introducen en los diálogos:
-Dr.- ¿Desde cuando tiene este dolor?
-P.- Desde que me trasladé a Denver.
¿Tiene este traslado a  Denver un significado especial para el paciente? “Si sabemos de donde viene el paciente (en sentido figurado),  estaremos en mejor disposición de saber hacia donde quiere ir”, nos dice F.Platt. Pero… ¿qué necesitamos saber del paciente? He aquí algunas ideas del autor, (cito literal de la pág 3):

-¿Qué tipo de persona es nuestro paciente, una persona de pocas palabras que lleva su sufrimiento de manera silenciosa, o una que fácilmente y a la primera de cambio busca ayuda?
-¿Cuáles son las cosas importantes que construyen el mundo del paciente: la gente, el trabajo, cuáles son sus mayores intereses y preocupaciones? ¿Y en el pasado? ¿Cuáles son sus principales motivos de ilusión y preocupación?
-¿Qué aspectos del pasado influencian la manera actual de ver el presente?
-¿Qué efectos tiene la enfermedad actual sobre la vida del paciente, (en su trabajo, relaciones interpersonales, esperanzas de futuro, auto- definición)?
-¿Qué piensa el paciente que ha causado la enfermedad? ¿Le ha generado algún tipo de responsabilidad o culpa?
-¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad? Cuáles son los parámetros de la misma, (el cuándo, dónde, cómo de malo, que empeora o mejora, síntomas asociados etc.).
-¿Qué le han dicho otras personas de su enfermedad? ¿Qué otros diagnósticos, etiologías, o consideraciones terapéuticas maneja?
-¿Qué esperanzas tiene el paciente en relación a la ayuda que le estamos prestando? ¿Qué espera de nosotros? ¿Tiene otras preocupaciones al respecto?

En esta primera parte Fred Platt nos ofrece 6 casos a estudio de los que rescato para nuestros lectores el caso número 3. Se trata de una paciente de 84 años que ingresa por insuficiencia cardíaca y en el curso de la hospitalización desarrolla una taquiarritmia y un infarto de cara diafragmática. De todas maneras el tratamiento es efectivo y los parámetros biológicos mejoran en los siguientes 7 días, pese a lo cual la enfermera nos advierte de un brusco cambio conductual: “no quiere comer y no quiere abrir los ojos”. Se produce el siguiente diálogo que resumo:

Dr.-Selma parece que no le guste el desayuno…
(silencio)
Dr.- Selma, ¿sabe quién soy yo?
P.-Desde luego, es usted mi doctor, el Dr X.
Dr.- Si,  ¿y por qué tiene usted los ojos cerrados? ¿Los puede abrir?
(silencio)
Dr.-¿Qué le sucede?
(largo silencio)
P.-el Padre R vino y me dio la extremaunción.
Dr.- Ah ¿si?
(silencio)
Dr.- Selma, ¿cree que va a morir?
(Pausa)
P.- Si…
Dr.- Ya veo… (Pausa) Sin embargo no veo el motivo de que mantenga los ojos cerrados.
(silencio)
P.-No quiero mirar.
Dr.-¿No quiere mirar?
P.-No quiero ver lo que va a suceder.
Dr.-No quiere ver como usted se muere…
P.-Eso…
Dr.-Ya veo. Así que usted recibió la extremaunción, y ahora piensa que va a morir y cierra los ojos para no presenciarlo…
P.-Si, (abriendo los ojos y mirando fijamente al médico).
Dr.-En realidad no creo para nada que vaya usted a morir. Espero que eso no la disguste.
P.- No… ¿qué hay para comer?

El caso puede adjetivarse de curioso, o asombroso, (amazing es el adjetivo que Fred nos propone). Sin embargo recuerdo una paciente mía que un buen día cerró sus ojos y se negó a hablar. También había recibido la visita de un sacerdote y posiblemente la extremaunción, (eso no lo recuerdo con precisión). Yo no fui tan afortunado como Fred y no conseguí que articulara una sola palabra. Había una diferencia notable con el caso que relata Platt, en mi caso se trataba de una paciente terminal y ella lo sabía. Así acabó sus días la pobre señora… quizás sin el alivio de un médico que con mayor acierto la supiera “desencallar” del auto-impuesto silencio, como sí supo hacer el Dr. Platt.
El libro que comentamos tiene por consiguiente estas resonancias para el clínico avezado, pero sin duda será un acicate para el primerizo. En el mejor estilo narrativo, sea dicho de paso, y con una idea central: cualquier conversación con el paciente es susceptible de ser reparada, mejorada, por mal que nos haya funcionado en una primera instancia. Si tan solo pudiéramos retener esta idea ya habríamos sacado partido a la lectura de este libro.

Francesc Borrell
Sant Pere de Ribes, Barcelona.


Webs de interés.- 



Steinhof: La lucha contra los “inferiores”: Historia de la medicina nazi en Viena

plano de Steinhof
Durante la época nazi, la Medicina contribuyó activamente a la política de eliminación de personas consideradas “inferiores”. La comunidad del pueblo alemán, según la visión nazi, no era para individuos con minusvalía, enfermos mentales, marginales o sujetos disconformes con el régimen o la sociedad que este propugnaba.

El Hospital Steinhof de Viena, saludado con motivo de su inauguración (1907) como innovador, puntero y destacado, se convertiría tras la anexión (Anschluss) de 1938 en un centro de exterminio acorde con las ideas nacionalsocialistas.

Entre 1940 y 1945 existió una sección infantil, ubicada en dos pabellones y denominada “Am Spiegelgrund”, en la que murieron unos 800 niños enfermos o con discapacidades, inicialmente mediante la aplicación de procedimientos de eutanasia activa. Hasta 1980 se conservaron en el hospital preparaciones de cerebros y muestras anatomopatológicas de algunas de las víctimas.

Por otra parte, el hospital “colaboró” entre 1939 y 1941 en la la Aktion T4,  un programa, llamado de eutanasia, precedido por una política de esterilización de enfermos mentales en los años precedentes. El Aktion T4 fue creado y llevado a la práctica ejecutado bajo la responsabilidad de médicos y enfermeras para eliminar enfermos incurables, niños con taras hereditarias o adultos improductivos. Se calcula que fueron asesinadas de forma sistemática y planificada hasta más de 200.000 personas, si bien fuentes más conservadoras establecen un total de 70.273 víctimas. El nombre T4 se debe a la dirección de los cuarteles generales de la organización que ejecutaba estos planes, en la Tiergartenstraße 4 de Berlín. El programa se realizó en seis centros situados en Alemania y en la Austria. En concreto, el centro austriaco se ubicaba en el castillo de Hartheim, próximo a Linz, donde fueron asesinados 3200 pacientes de Steinhoff. La colaboración entusiasta de la Medicina y la Psiquiatría de la época con este ignominioso “programa” hizo que algunos de los perpetradores del Aktion T4 terminasen participando activamente en la “Solución Final”. Un caso bien conocido es el del psiquiatra Eberl, que tras mostrar sus “habilidades” en el exterminio de pacientes llegaría a ser director del campo de exterminio de Treblinka, cargo del que sería destituido por su torpeza para el procesamiento de los cadáveres de sus víctimas (para una exposición de la vergonzante Psiquiatría nazi, puede accederse a la traducción del capítulo de Müller-Hill en la segunda edición de “Psychiatric Ethics” de Bloch y Chodoff).
Tras la terminación oficial del Aktion T4, en agosto de 1941, el exterminio de pacientes continuó en Steinhof por el procedimiento menos activo de unos cuidados deficientes y la nutrición insuficiente. Morirían de esta manera más de 3500 personas. En total, en los años del nazismo murieron más de 7500 pacientes del hospital.

En 2002 se enterraron en una tumba honoraria del cementerio central de Viena restos histológicos de los niños. En 2012 se enterraron nuevos restos.

Hoy en día el hospital lleva el nombre del arquitecto que lo diseñó, Otto Wagner, que no solo elaboró un conjunto de edificios funcional (y muy elogiado ) para sustituir a la “Torre de los locos” (Narrenturm) existente hasta entonces en el centro de Viena, sino que lo complementó, para uso del propio hospital, con la iglesia de San Leopoldo (1903-1907), una joya del arte modernista en la que participaron también otros artistas de la época, como Koloman Moser (que realizó las vidrieras) el escultor Othmar Schimkowitz.

El Pabellón V del actual OttoWagner aloja una exposición en recuerdo de los tenebrosos años del nazismo y en homenaje a sus víctimas en el hospital. La exposición puede recorrerse en una detallada página web disponible en alemán y en inglés.
Juan Medrano

Bilbao.

Optimistas a pesar de todo o.....

Fernando Orozco

El optimismo siempre ha sido un valor en alza con lo que al pesimismo respecta, máxime si tenemos en cuenta la asociación negativa de este último con enfermedades tales como la depresión.
Interesantes estos artículos de Sharot T et al., que abordan el tema del optimismo  desde una perspectiva científica y en los que se recoge el hecho de que ponemos al día nuestras creencias en base a la mejor información que recibimos, aunque esa información no esté contrastada . O dicho a la inversa: huimos de las malas noticias  para actualizar nuestras creencias. Al parecer esto se debe a un fallo en nuestro cerebro para codificar los errores que deberían reducir el optimismo. Según los autores (1),  las regiones del cortex prefrontal  (girus prefrontal inferior derecho), encargadas de rastrear la estimación de error cuando los individuos se encuentran ante una información positiva de actualización de creencias (que pueden puntuar alto o bajo en el rasgo de optimismo), los más optimistas realizan un rastreo de estimación de error para la puesta al día de creencias más reducido que los individuos menos optimistas o, lo que es lo mismo, que el optimismo está ligado a un fallo en la puesta al día selectiva y a una codificación neural disminuida de la información indeseable con vistas al futuro.
La investigación sobre el sesgo del optimismo sugiere una divergencia importante de los enfoques clásicos de entender la mente y el comportamiento(2), con la posibilidad de que la mente haya evolucionado mecanismos de aprendizaje para predecir errores de comportamientos futuros.
El papel de los sistemas neuromoduladores en la generación de creencias sesgadas en cuanto al optimismo(3), el empleo de drogas que estimulan la función dopaminérgica aumentan el sesgo de optimismo. La acción de la L-DOPA altera la capacidad de puesta al día de la creencia en respuesta a información indeseable sobre el futuro, es decir,  reduce las expectativas negativas cuando miramos al futuro.
Los autores(4), nos dicen como los humanos formamos creencias asimétricamente, tendemos a discutir las noticias malas y abrazamos las buenas y de cómo este impacto reducido de la información desfavorable sobre la actualización de las creencias puede tener importantes implicaciones sociales, incluyendo la generación de burbujas de mercado financieras, la preparación para enfermos frente a los desastres naturales y la toma de decisiones médicas demasiado agresivas.  Usando la estimulación magnética transcraneal  (eliminando de esta manera el arraigado efecto "buenas noticias/malas noticias"), se ha mejorado selectivamente la tendencia en la gente a incorporar las malas noticias a sus creencias mediante la interrupción del girus frontal inferior izquierdo (no el derecho). Paradójicamente, estos resultados proporcionan un ejemplo de cómo la interrupción selectiva de la función en una región cerebral humana, aumenta la capacidad para incorporar información desfavorable en las creencias vulnerables.
En este otro(5), muestras como el sesgo de puesta al día es mayor en los ancianos sanos. La unión de este sesgo con el volumen relativo del ACC (cortex cingulado anterior), sugiere un mecanismo compartido con un sesgo de positividad relacionado con la edad. Los adultos mayores con frecuencia tienden a tomar decisiones importantes en relación a cuestiones financieras, de salud y personales. Las implicaciones de comportamiento son más amplias en estos contextos, debido a que un sesgo de puesta al día optimista aumentado puede sesgar la toma de decisiones en el mundo real.
Por último en este artículo Moutsiana C et al(6)  plantean la capacidad para aprender de las malas noticias durante el desarrollo. Los humanos muestran una tendencia natural a discutir las malas noticias mientras incorporan las buenas noticias en sus creencias (El "efecto buenas noticias/malas noticias"), un efecto que puede ayudar a explicar la toma de riesgos aparentemente irracional. Comprender como este sesgo se desarrolla con la edad es importante debido a que los adolescentes son propensos a involucrarse en comportamientos de riesgo, así, educarles sobre el peligro es crucial. Revelamos una sorprendente asimetría valencia-dependiente en como la actualización de la creencia se desarrolla con la edad. Las edades analizadas (9-26 años) y más jóvenes estaban asociadas a una puesta al día inexacta de las creencias en respuesta a información indeseable con respecto a la vulnerabilidad. Por el contrario, la capacidad de actualización exacta de las creencias en respuesta a información deseable permanece relativamente estable con la edad. Esta asimetría estaba mediada por un uso computacional adecuado de estimación de errores positivo, no negativo, para alterar las creencias. Estos resultados son importantes para comprender como la formación de creencias desarrolla y puede ayudar a explicar por qué los adolescentes no responden adecuadamente a las advertencias.

1- Sharot, T., C. W. Korn and R. J. Dolan (2011). "How unrealistic optimism is maintained in the face of reality." Nat Neurosci 14(11): 1475-1479.
2- Sharot, T. (2011). "The optimism bias." Curr Biol 21(23): R941-945.
3- Sharot, T., M. Guitart-Masip, C. W. Korn, R. Chowdhury and R. J. Dolan (2012). "How dopamine enhances an optimism bias in humans." Curr Biol 22(16): 1477-1481.
4- Sharot, T., R. Kanai, D. Marston, C. W. Korn, G. Rees and R. J. Dolan (2012). "Selectively altering belief formation in the human brain." Proc Natl Acad Sci U S A 109(42): 17058-17062.
5- Chowdhury, R., T. Sharot, T. Wolfe, E. Düzel and R. J. Dolan (2013). "Optimistic update bias increases in older age." Psychol Med: 1-10.
6- Moutsiana, C., N. Garrett, R. C. Clarke, R. B. Lotto, S. J. Blakemore and T. Sharot (2013). "Human development of the ability to learn from bad news." Proc Natl Acad Sci U S A 110(41): 16396-16401.

Fernando Orozco
Zaragoza.

Vídeo recomendado.-  El autismo en el foco de atención.

Temple Grandin tiene en EEUU el aura de una super-star. He aquí una persona diagnosticada de autismo capaz de explicarnos el mundo del autista a los seres humanos “normales”. Su web: http://www.templegrandin.com/
y sus libros”Different… not less” y “The way I see it”, entre otros, son éxitos de ventas. Imparte clases en la Universidad de Colorado y según ella misma refiere, se solicitan sus servicios para el diseño de mataderos y granjas de animales, debido a su capacidad de comprender la manera de pensar de los rumiantes.
Lo cierto es que el autismo parece incrementarse, (se apela a la mayor edad de los padres como causa de ello), y ello supone un esfuerzo para educar a estos niños y, sobre todo, entenderlos.

La Redacción.-