CIRCULO DE
CIBERLECTURA
INDICE.-
Noticias.- Acuerdo Fundación Iatrós & Common Ground
Publishing, contreso Internacional en Humanidades Médicas.
Comentario de libros.- Sin fines de
lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades. Marha C. Nussbaum.
Gomá Lanzón J. Ingenuidad aprendida. Galaxia Gutenberg.
Barna 2011. 180 pág.
Webs de interés.- Blog de Eduardo Sanz, Industria Farmacéutica.
Artículo especial.- Carlos Alonso Bedate sj.- En recuerdo de
Francesc Abel. Conferencia de clausura pronunciada en el Acto de Homenaje del 7
de Junio. Institut Borja de Bioètica.
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Noticias.-
Acuerdo entre la Fundación
Iatrós y Common Ground Publishing: se crea la Revista Internacional de Humanidades
Médicas:
Mas información,clicar aquí.
TERCER CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE HUMANIDADES MÉDICAS
Escola Paulista de
Medicina – Universidade Federal de São Paulo, São Paulo, Brazil
15-16 marzo 2013
Mas información clicar aquí.
Comentario de
libros.-
Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades. Marha C. Nussbaum.
[Traducción de María Victoria Rodil. Buenos Aires/Madrid, Katz editores,
2010.]
Sostenía Ortega
y Gasset, que la claridad debe ser la cortesía del filósofo. Martha C. Nussbaum
( Nueva York, 1947),
mujer que desafía su edad cronológica con una imagen que sugiere sutileza y
fortaleza a la vez, filósofa considerada entre las
más relevantes de la actualidad, concibe a los filósofos como “miembros
de una comunidad que tienen la responsabilidad de hablar y de estructurar sus
argumentos con claridad”. Cualidad que pone en práctica sorprendiendo gratamente al lector.
Estudió teatro,
enseñó filosofía y letras clásicas en Harvard, trabajó con Amartya Sen
(Premio Nobel de Economía, 1988) en temas relacionados con el desarrollo y la
ética, y fue galardonada en 2012 con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.
Conviene conocer esa rica trayectoria, porque la sabiduría es circular, y
Nussbaum consigue cerrar un círculo de
conexiones entre filosofía, sociología, psicología, política y ética aplicada.
De Aristóteles a John Dewey, de Rousseau
a Winnicott.
Paradójicamente
como señaló F. Savater, y haciendo un guiño a la educación en nuestro país,
poco después de que esta defensora a
ultranza de la formación cívica en la escuela pública ganara el Premio Príncipe de Asturias, aparecieron
las primeras modificaciones del Ministerio de Educación a la asignatura de
Educación para la Ciudadanía. Modificaciones basadas en recortes de los
contenidos “socialmente controvertidos”, que muchos consideramos un verdadero
giro ideológico.
Nussbaum es
autora de interesantísimos libros como La
fragilidad del bien: fortuna y ética en la tragedia y la filosofía griega
(1995), El conocimiento del amor: ensayos sobre filosofía y literatura
(2005), o Las fronteras de la justicia:
consideraciones sobre la exclusión (2007).
Martha C. Nussbaum |
Señala que en
la escuela se puede enseñar a tener interés genuino por los demás, pero desde
Rousseau sabemos que cultivar la comprensión de forma abstracta, no es
suficiente. En este sentido algunos
experimentos psicológicos observan como
las personas que conocen los problemas concretos de sujetos en
situaciones complicadas a través de sus relatos, tienen una respuesta más
empática que aquellos que conocen
situaciones más distantes y menos
concretas. John Dewey despreciaba como Rousseau el aprendizaje abstracto
desvinculado del ser humano, resume Nussbaum. Por eso, es difícil no deducir,
que educar en la escuela pública sobre ideas sin rostro, prescindiendo incluso
de nombrar situaciones concretas (homosexualidad, aborto...), empobrece el
debate y el estímulo para una argumentación racional pero empática, dificulta
el control de la repulsión hacia aquellos que se perciben como diferentes, y
limita la incorporación de los aspectos positivos de lo que somos: un “yo
plural de sombra única”, como expresaba maravillosamente Borges en el poema de
los dones.
En
esencia, Nussbaum repite a lo largo del
libro estos mensajes: las humanidades promueven una clase de racionalidad que
no se mide por su rentabilidad económica; impulsan el desarrollo de un tipo de
comprensión crítica y reflexiva, que no puede pasar por alto las desigualdades
y las diferencias; promueven una racionalidad
contraria a la tendencia homogeneizadora; y forjan ciudadanos que piensan
más allá del consumismo.
Sostenía Donald
W.Winnicott (1896– 1971), pediatra y psicoanalista referido por Nussbaum
en varias ocasiones en este libro, que un criterio de salud mental es la riqueza psíquica. Concepto relacionado
con la capacidad para soportar paradojas, dudas e incertidumbres, que parte del
cuidado inicial de la madre (o figura que ocupe su lugar) desde los primeros
meses de vida, y precisa de la madurez
(evolutiva, no cronológica) del niño, y de todo aquello que impulse su
creatividad. Dando una vuelta de tuerca a la teoría de Winnicott, las
humanidades conjuran la mediocridad, combaten la aridez
psíquica, contienen la sociedad de la huida y la diversión, fertilizan
el campo inagotable del pensamiento, abren las posibilidades de un mundo
infinito, sin salir del nuestro (recordemos que Kant nunca salió de Königsberg,
su ciudad natal en Prusia) y conceden un lugar prioritario a la palabra en la
construcción de los ciudadanos y de la democracia. La educación que tiene en
cuenta las humanidades invierte en salud mental a través de esta riqueza
psíquica, apostando por individuos maduros y creativos.
Con sesgo
pediátrico, esta obra sugiere que una sociedad que no nutre el pensamiento y la
imaginación (aquello que nos hace humanos)
y sin embargo satura de alimentos el cuerpo, gesta mentes planas en cuerpos
obesos. Y una educación consumista y sobrepasada de estímulos externos, sin
entrenamiento de nuestros ojos internos, niños hiperactivos. Sin duda, hay que
buscar en esta línea los factores etiológicos para estas dos “epidemias” de la
actualidad (obesidad e hiperactividad). Pero parece que gestores y políticos,
ni calibran en la dirección adecuada la pacífica pero poderosa arma (la
educación) que tienen en sus manos para construir una sociedad mejor y más
democrática, ni sienten, como Spiderman,
que “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.
Carmen
Martínez. Pediatra.
Madrid.
Gomá Lanzón J.
Ingenuidad aprendida. Galaxia Gutenberg. Barna 2011. 180 pág.
Javier Gomá Lanzón |
Otros, pocos, filósofos, cuelgan el cartel de “en
construcción” a sus libros, lo que es advertencia de muy agradecer. Es el caso
de Gomá. Pero ¿cuál es la especificidad de su enfoque? Uno de los ejes de su
pensamiento estriba en ver la evolución social como una pugna entre
fuerzas civilizadoras y bárbaras. Esta
pugna sucede a un nivel histórico y personal, pero es en lo personal donde
centra su interés. ¿Por qué deberíamos apostar, como personas, por adecuar
nuestra conducta a los fines sociales de la solidaridad, la cohesión o la
emancipación? ¿Por qué no orientar nuestras energías a la satisfacción de
nuestras necesidades, apetencias o vicios? ¿Cuál es la mejor estrategia para no
ser pasto de la barbarie a la que determinadas dinámicas colectivas nos
arrastran? La respuesta de Gomá es: por medio de la ejemplaridad pública y
privada. Las personas, nos dice, adquirimos pautas de comportamiento por lo que
vemos y vivimos, no por conceptos o valores que aprendemos en abstracto. Por
consiguiente debemos analizar los patrones de conducta que aparecen como
ideales, apetecibles, estar alertas a los que logran el estatus de veraces,
creíbles, porque arrastran una constelación de valores y conductas.
Gomá no pretende tampoco hacer una taxonomía de vidas
virtuosas, o actualizar una hagiografía, sino evitar que de manera casi
inaparente se instale en la sociedad la barbarie. Este concepto sin duda
merecería en el libro mayor credencial, pero asoma cierta explicación cuando
nos habla de la vulgaridad. Se ha perdido el límite entre arte y no arte, entre
lo banal y lo importante, en eso consiste la vulgaridad. Todo parece lo mismo
sin ser lo mismo. La vulgaridad es una enfermedad en la manera de valorar, por
la que apreciamos lo que mucha gente aprecia por el simple hecho de que es
mucha la gente que lo aprecia. Hemos anestesiado nuestra facultad de apreciar
las cosas a partir de determinados valores o varas de medir, o hemos
anestesiado sencillamente nuestra percepción emocional cediendo al gregarismo.
El individuo moderno, nos dice, se debate entre una vida pública hiper-
normativizada y una vida privada sin reglas (anómica). Todo parece permitido en
el ámbito privado. Sin embargo cuando permitimos que la barbarie inunde
nuestras vidas privadas estamos hipotecando seriamente la ejemplaridad. Nuestra sociedad carece en
muchos sentidos de vidas ejemplares y
por el contrario está inundada por la mala ejemplaridad de los bárbaros.
Este punto argumental me lleva a considerar el concepto
que introdujo Hunderst de currículum inaparente. Los profesores de ciencias
clínicas nos esforzamos para enseñar a los estudiantes el valor de la empatía,
pongamos por caso, y en una charla de café con estos mismos estudiantes un
médico hace broma del sufrimiento de un paciente. Le acaba de transmitir un
valor pragmático: “toma distancia del sufrimiento mediante la burla”. Y el
mensaje curricular es: “yo logro sobrevivir en mi tarea clínica porque no me
tomo en serio la empatía”. Barbarie.
Se impone para acabar un comentario algo mas filosófico.
La visión de Gomá se asienta en un modelo de conducta humana orientada por la
perfección. Necesitamos modelos de perfección, modelos que situamos en un
pedestal y que en determinados momentos recordamos como los “debidos”, a los
que nos debemos y a los que seguimos. Podríamos aludir a esta manera de mirar
el mundo como metafísica de la perfección, una corriente de pensamiento que ha
dado lugar al modelo lingüístico de Austin, de pragmática del lenguaje de
Grice, de comunicación de Habermas, de justicia de Rawls, el hombre económico
de Adam Smith… En lo referente a
conductas sociales Gomá aplica este modelo metafísico con intención pragmática
y teleológica. En la versión pragmática borra el límite entre vida privada y
pública y nos alerta de los beneficios de una virtud que impregna la totalidad
de la vida personal, y construye una persona fiable para las demás,
incluso ejemplar (y por consiguiente
admirable). Esta ejemplaridad debe ser coherente con las costumbre prexistentes
en la sociedad (comunitarismo), pero en una visión renovada del civismo (neo-
republicanismo). En el ámbito de los
fines (teleología), Gomá se propone ofrecer un repertorio de modelos vitales
cargados de sentido para inspiración de los jóvenes. Ello debería ser un acicate
a la “emancipación social”, un concepto que cita en un par de ocasiones pero
que no desarrolla. Un concepto que
anuncia un punto de idealismo en su manera de pensar y que será interesante ver
como lo ensambla en una visión más bien naturalista del ser humano.
En lo referente al sentido de la vida Gomá critica la
posición “deportiva” y nietzscheana de Ortega y Gasset para defender un cierto
sentido trágico de finitud. Se le nota en estas páginas la mala conciencia del
alumno que mata al maestro pero que no acaba de
edificar donde ha derruido. Por
un lado evita posiciones existencialistas en favor de un ser humano con fuerte
componente social. Pero en este punto detecta la flaqueza de los argumentos
éticos para sublimar las pulsiones animales y decide que el quid de la cuestión
es pedagógico: dar a la persona modelos ejemplares que le inspiren… ¿No
caeremos así en algún tipo de mito, las “ejemplaridades” como nuevos “mitos”?
¿No hay algo de eso en la vida de los deportistas “famosos”? Por esta vía no
salvamos a los políticos ni a la política del infierno en que se encuentran –me
refiero a su descrédito social-, por lo que estamos condenados a que ocupen
este nicho ecológico las gentes menos capaces o mas aprovechadas, (primer paso
de la corrupción). ¿Hay suficiente medicina en la “ejemplaridad” como para que
nuestros mejores jóvenes se quieran dedicar “también” a la política?
El libro en su conjunto está bien escrito pero el lector
agradecería unas líneas argumentales mejor asentadas y, sobre todo, más visibles.
Quizás sea el defecto de aprovechar conferencias diversas y ensamblarlas como
libro. ¿Otra vez las prisas de un editor? Por otro lado se habla poco de la
ingenuidad, aunque el concepto abandere el título. El aprendizaje de la
ingenuidad, y el mismo concepto de ingenuidad se me antojan harto complejos y
enjundiosos como para despacharlo en unos breves párrafos. Queda tela para
cortar… Pero estoy seguro de que el autor tiene talento para esto y muchas
otras alegrías con las que nos sorprenderá en un futuro.
Francesc Borrell
Barcelona.
Webs de
interés.-
LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA A EXAMEN.-
El currículum de
Eduardo Sanz es impresionante: ha sido ejecutivo de laboratorios tan
importantes como Bristol Myers, Bayer,
Europharma, en cargos diferentes y relevantes. El blog que nos ofrece es
uno de los mas lúcidos y bien documentados sobre la materia. Destacaremos
varias entradas:
1) Penalizaciones
internacionales a grandes corporaciones farmacéuticas. Las causas más comunes de las infracciones: Precios,
Promoción ilegal, ocultación de resultados clínicos, distribución ilegal.
2) Nuestra
industria nacional de genéricos al desguace. ¿Por qué? El sistema de precios
menores nos remite directamente a comprar los genéricos manufacturados en
países asiáticos. Y encima, añado por mi cuenta, con un escaso control de
calidad:
3) La
guerra de las patentes y las normas de juego, realmente complejas.
Mucha atención pues se trata de un blog bien documentado,
interesante y valiente en sus apreciaciones.
La Redacción.-
Artículo especial.-
Carlos Alonso Bedate sj.- En recuerdo de Francesc Abel. Conferencia de clausura pronunciada en el Acto de Homenaje del 7 de Junio. Institut Borja
de Bioètica.
El 31 de Diciembre de 2011 falleció Francesc Abel, uno de
los pioneros de la Bioética en España. Ginecólogo, jesuita, trabajó en EE.UU
donde descubrió el incipiente movimiento de la bioética en los años 60. Fundó
el Instituto Borja de Bioética, uno de las primeras instituciones en este sector, liderando
posiciones críticas con los dogmas de la Iglesia Católica, notoriamente en el
tema de la limitación del esfuerzo terapéutico, la eutanasia y el aborto.
Carlos Alonso Bedate |
Libro póstumo con textos de referencia |
Acto Homenaje Francesc Abel |
"Por eso en
muchas ocasiones yo no hubiera presentado algunas propuestas sobre la naturaleza
del embrión humano en sus etapas iniciales de desarrollo, en razón de la
potencialidad intrínseca y autónoma que no tiene por diseño biológico, y la
investigación con células troncales embrionarias, y en una posible redefinición
del concepto de aborto en su dimensión moral, a menos que él me lo hubiera
pedido. ¿No cabría la posibilidad de pensar que determinadas propuestas de la Biología
pudieran matizar algunas de las argumentaciones
sobre el valor de lo que denominamos con el término Vida Humana, que en
realidad es una metáfora para expresar algo más profundo?: La existencia de un
Ser personal. La utilización de términos no bien definidos conduce a
discusiones interminables y a la autodefensa. Por eso, uno de los brazos de la
Bioética es preguntar y saber formular adecuadamente lo que se quiere preguntar
y definir".
PD.- El libro póstumo con los principales textos de Francesc Abel, puede solicitarse directamente al Institut Borja de Bioètica.
La Redacción.-