CIRCULO DE
CIBERLECTURA
INDICE.-
Noticias.- Seminarios de la Fundación Iatrós
Comentario de libros.- Martha C. Nussbaum. Crear capacidades.
Propuesta para el desarrollo humano. O´Connor T., Sandis C
(Editors). A Companion to the Philosophy of Action. Wiley-Blackwell
Webs de interés.- Salud
y dinero, blog de J. Simó
Artículo comentado.- Persona corriente y filosofía moral:
reglas, virtudes y bienes Alasdair MacIntyre
Video comentado.- La enfermedad broncémica, de Francisco Occhiuzzi
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Noticias.-
Seminarios de la Fundación Iatrós.-
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Prof.E. Baca |
de la UAM (Arzobispo Morcillo, 4, 28029 Madrid). Hora: 16:30
Temas:
Abril: 23 .-
" El
médico como ‘lector’ del relato del paciente: Conocimientos, ideología y
contratransferencia”.
Ponente: Enrique Baca.
Mayo: 28.- Influencia
de la narratividad en la toma de decisiones médicas. Ponente:
Juan Carlos Hernández-Clemente
José Lázaro
Madrid
Comentario de
libros.-
Martha C.
Nussbaum. Crear capacidades. Propuesta para el desarrollo humano.
Paidós. 2012.
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M.Nussbaum |
El libro intenta situar el enfoque dentro del contexto
narrativo de las vidas humanas definiendo el rendimiento y el éxito de las
personas en función de las oportunidades que se abren para cada una de ellas.
Este enfoque necesariamente, aunque teórico, toma como referencia los relatos
de las vidas de las personas reales y el significado humano que para éstas
tienen los cambios en las políticas generales.
Según la autora este enfoque “concibe a cada persona como un fin en sí misma y no se pregunta
solamente por el bienestar total o medio, sino también por las oportunidades
disponibles para cada ser humano. Está centrado
en la elección o en la libertad,
pues defiende que el bien crucial que las sociedades deberían promover para sus
pueblos es un conjunto de oportunidades (o libertades sustanciales) que las
personas pueden luego llevar, o no llevar, a la práctica: ellas eligen. Es, por
lo tanto, un enfoque comprometido con el respeto a las facultades de
autodefinición de las personas. Es decididamente pluralista en cuanto a valores […] y se ocupa de la injusticia y la desigualdad sociales arraigadas”.
Pero curiosamente para definir la capacidad o capacidades la autora recurre a
una definición dada por Amartya Sen y nos dice:
¿Qué son las capacidades? Son las respuestas a la pregunta: “¿Qué es capaz de
hacer o de ser esta persona?”. Por decirlo de otro modo, son lo que Sen llama
“libertades sustanciales”, un conjunto de oportunidades (habitualmente
interrelacionadas) para elegir y actuar. Según una de las definiciones del
concepto típicas de Sen, “la capacidad” de una persona hace referencia a las
combinaciones alternativas de funcionamiento que le resulta factible alcanzar.
La capacidad viene a ser por lo tanto una especie de libertad: la libertad
sustantiva de alcanzar combinaciones alternativas de funcionamiento”.

Una vez que la autora ha desarrollado su enfoque sobre el
desarrollo humano basado en las capacidades lo contrasta con otros enfoques que
se han ocupado del bienestar de las personas y de su calidad de vida: enfoque
del PIB, enfoque utilitarista, el basado en los recursos, el basado en los
derechos humanos y los va contrastando con su propia teoría. También nos aporta
un ejercicio interesante de reflexión tratando de encontrar las influencias,
que tanto la filosofía oriental (fundamentalmente hindú) como la occidental
desde Aristóteles, están presentes en el desarrollo de su propia teoría.
Finalmente, aplica su teoría de las capacidades a alguno
de los problemas existentes en este momento a nivel mundial. Problemas como el
de la educación, la asistencia sanitaria, el envejecimiento o las
discapacidades son sólo algunos de los problemas a los que trata de aplicar su
teoría de las capacidades para el desarrollo humano.
Juan Carlos Hernández-Clemente.
Madrid.
O´Connor T.,
Sandis C (Editors). A Companion to the Philosophy of Action. Wiley-Blackwell. Oxford 2013. 638 pág. Indice temático.
41 E.
¿Cuáles son los fundamentos de la acción humana? ¿Por qué
actuamos? ¿Lo hacemos libremente o porque somos seres autónomos? ¿En qué
consiste darnos razones para actuar y cómo tomamos decisiones mediante la
deliberación? Todas estas cuestiones (tan relevantes para la Bioética) y aún
otras son la sustancia de este importante libro liderado desde la Universidad de Oxford
pero con contribuciones básicamente de EE.UU.
A*Presentación de la obra (pase el lector con prisas al
siguiente párrafo).-
El libro se divide en tres secciones, cada sección con unos
25 capítulos de unas 8-10 páginas con su particular bibliografía. Las secciones
son:

-Agency and Causation: en esta sección se aborda la
diferencia entre querer (volición) y voluntad, (podemos actuar con libertad de
movimientos sin ser propiamente libres), qué es la intención humana, la
diferencia entre deseo e intención, y la relación de ambas con el placer. Otra
línea de análisis es la diferencia entre
una acción humana presidida por una finalidad (teleological explanation) y una
acción humana presidida por razones y/o
causas. El ser humano es entendido como “agente”, eso es, lugar donde se
efectúa un tipo de deliberación (o una serie de cálculos) que conducen a
actuar. ¿Cómo razonamos, cómo decidimos, en base a qué acontecimientos,
conocimientos o influencias? Aparecen conceptos tan importantes como fuerza de
la motivación, akrasia (= realizar
una acción a sabiendas de que va en contra de nuestro propio interés, por
ejemplo fumar), cálculo de probabilidades, marcadores somáticos, etc.
-Action in Special Contexts: entiéndase por “contexto especial” lugares
metafísicos como racionalidad, motivación interna, determinismo o libertad…
Estos conceptos se analizan con todo tipo de instrumentos: desde las
aportaciones de la psicología social, la etologia, la psicología cognitiva, la
filosofía del Derecho y de manera especial las neurociencias, (se explica de
manera detallada el llamado “epifenomenalismo modular”, una suerte de
ingenuidad científica que ya detectó entre nosotros González-Quirós, (ver en
este mismo blog el artículo especial colocado en la columna derecha).
-Prominent figures.- en esta última sección se analiza el
pensamiento de 23 filósofos fundamentales en la materia que nos ocupa, solo
para mencionar a los mas recientes: Reix T, Hume, Kant, Nietzsche, Hegel,
Weber, Wittgenstein, Ryle, Sartre, Chisholm, von Wright, Davidson, Anscombe y
Ricoeur.
B*Visión popular (Folk) del acto humano versus otras
perspectivas.-
Varios son los argumentos que atraviesan el libro de
manera transversal. Uno de estos argumentos dice, “¿qué hay de cierto en la
visión que cualquier persona tiene de sus actos?”. Esta concepción ingenua y
espontánea se la llama en filosofía “Folk Psychology”, es decir, teoría
psicológica popular que trata de explicar sobre qué bases realizamos una
acción. Esta teoría popular de la acción humana es la que las personas sin una
especial formación científica ni filosófica creen que explican sus actos
cotidianos. La figura 1 sintetiza dicha teoría. Actuamos porque nos impulsa un
deseo, este deseo a su vez se asienta en una o varias creencias, y todo eso nos
lleva a actuar movidos un una intención. Voy al kiosco a comprar el periódico.
Deseo informarme de la actualidad económica del país, y creo que ya habrán
distribuido el periódico que me interesa. Creo también que las monedas que
llevo en el bolsillo bastarán para comprarlo, etc. ¿Qué puede aportar sobre
este esquema tan diáfano la filosofía de la acción?
Cada uno de los conceptos de la figura 1 se trata
detalladamente, como también el modelo general que nos propone. En cuanto a
modelos alternativos destacaremos dos que se discuten en profundidad:
a)Modelo
causalista. En la figura 2 vemos dicho el modelo. Este modelo lo que nos quiere
indicar es que no todas las acciones humanas tienen por causa una intención.
Muchos actos los impulsan causas muy variadas, por ejemplo de tipo biológico,
(las palabras soeces de un Gilles de la Tourette serían un caso extremo),
social o incluso mecánico, (un acto reflejo).
b)Epifenomenalismo modular, (figura 3). Antes de que mi
consciencia delibere sobre la mejor acción a emprender, mi cerebro
computacional ha realizado los cálculos necesarios y ya ha decidido. La
consciencia raramente decide, según este modelo, sino que toma nota de la
decisión “computacional” y la defiende (o asume) como propia. Los actos
voluntarios son actos tomados por la parte no consciente de nuestra mente, pero
que luego asume la parte consciente para cargarla de razones y justificaciones.
Este modelo desde luego es contraintuitivo, y se basa en experimentos de
neuroimagen en los parecería como si la decisión (y por tanto la acción)
antecediera a la deliberación cognitiva. Hay que tomarse estas evidencias con
mucha cautela, desde luego, pero no cabe duda de que muchas decisiones las guía
la intuición, que viene a ser un camino trazado en nuestra memoria para
orientar nuestros actos en el futuro.
C*Intención, causa del acto, “doble poder” y causas
inconscientes.-
Veamos ahora algunos de los conceptos considerados en la
Figura 1.
Se entiende por acto humano aquella conducta dirigida a
un fin. Para hablar de acto se precisa un deseo (=motivación) + una creencia
(al menos creer que mi acto sirve para algo). Estamos dentro del paradigma del
modelo “Folk”, (figura 1). ¿Qué ocurre sin embargo cuando la persona X
desconecta el respirador de su anciano tío, (del cual es el heredero), para que
no sufra una previsible y larga agonía? ¿Lo hace por piedad o por interés? En
otro ejemplo Davidson nos sitúa en una cordada en la que un alpinista,
consciente de que un paso en falso le hará perder el equilibrio y pondrá a todo
el grupo en peligro, justamente por su estado de ansiedad realiza una maniobra
intempestiva y resbala. Para complicarlo un poco mas imaginemos que este
alpinista quiere acabar con la vida de su compañero de cordada, pero no se
atreve. Sin embargo está tan nervioso que acaba por resbalar y permite que su
compañero caiga por un precipicio. Su única acción es cortar la cuerda para
salvar su propia vida, algo que desde luego no es tan reprobable como empujar a
su amigo hacia el precipicio.
La discusión de este tipo de ejemplos lleva a diferenciar
intención de causa del acto humano. Tal vez había pasado por la imaginación de X
matar a su amigo, pero en el momento que resbala, (por efecto de su nerviosismo),
puede que intente honestamente salvarle la vida. En este caso la causa del
accidente plausiblemente fue el nerviosismo de pensar en un hipotético
asesinato, algo que estaba únicamente en su imaginación. Pero no podemos decir
que este acto de imaginación fuera una verdadera intención. El análisis de este
acto llevaría por consiguiente a afirmar que lo desencadena una causa, no una
intención. Sería un acto bajo el paradigma de la figura 2.
![]() |
María Álvarez |
Cuando mencionábamos mas arriba el caso del alpinista,
algunos autores apelarían al concepto psicoanalítico de “acto fallido”. Desde
esta óptica el alpinista resbalaría movido por una pulsión inconsciente. Sin
embargo, ¿qué debemos entender por inconsciente? ¿La irritabilidad de un
diabético que sufre hipoglicemia y agrede a un vendedor ambulante, entra en
esta categoría? Edward Harcourt disecciona lo que puede entenderse por “causas
inconscientes” de un acto humano y distingue:
a)El acto motivado por un desencadenante corporal que no
percibimos, (por ej.- la hipoglicemia).
b)Un estado emocional, por ejemplo estar deprimido, del
que tampoco tengo apercibimiento. Los médicos sabemos bien las dificultades de
que un paciente depresivo reconozca o admita que lo está. No es nada extraño
que a los pocos meses de tomar medicación el paciente declare: “ahora me doy
cuenta de lo muy deprimido que estaba”.
c)Un deseo o estado emocional no percibido, (la madre que
le tiene miedo a uno de sus hijos), el
cual a su vez puede ser:
-reconocible, es decir, una vez
alguien me lo indica se me hace la luz y digo: “en efecto, actué movido por
este deseo o emoción”.
-no reconocible, es decir, a pesar
de que alguien me lo indica, (“¿no será que le tienes miedo?”) yo no lo valido
como cierto.
d)Un deseo o estado emocional reprimido, (por ejemplo el
sacerdote que se enamora de una feligresa), el cual a su vez también puede ser
reconocible o no reconocible.
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¿Acto fallido? |
Francesc Borrell
Barcelona.
Webs de
interés.-
Salud y dinero.-
Blog que dinamiza J.
Simó tiene unos 30 documentos con análisis originales y casi siempre enjundiosos de la realidad
sanitaria de nuestro país. El Dr. Simó es médico de familia formado en economía
de la salud, y su interés se centra en el análisis del uso del medicamento y
farmacoeconomía, las diferencias de gasto entre CCAA, y economía de la salud en
Atención Primaria. Su portal contiene también documentos de interés relativos a
equidad, cobertura sanitaria y utilización de servicios. He aquí como presenta la última entrada de su
portal, que analiza los “otros” usuarios del Sistema Nacional de Salud, los que
tienen un trato preferente:
El principal problema
de equidad que presenta nuestro sistema sanitario es su dualización.
Parafraseando a Dumas en el lema de los mosqueteros, España no tiene “un
sistema sanitario público para todos y todos para un mismo sistema”. Se trata
de un doble sistema (a two tier system) consecuencia de la multiplicidad
de “regímenes” o “subsistemas” de aseguramiento, formas de provisión y acceso a
las prestaciones sanitarias financiadas públicamente.
Saludos
J. Simó
La Redacción.-
Artículo
comentado.-
PERSONA CORRIENTE Y FILOSOFÍA MORAL: REGLAS, VIRTUDES Y BIENES
Alasdair MacIntyre.
Texto de la conferencia pronunciada por el autor el 24 de enero de 1991
en la Universidad de Dallas con motivo de la celebración de la festividad de
Santo Tomás de Aquino
El lector puede descargar el original del repositorio de
la Universidad de Barcelona:
¿Qué relación hay entre los juicios del filósofo moral
sobre la vida
práctica y las cuestiones, juicios y acciones morales que
cada día realiza una persona corriente?
![]() |
Alain MacIntyre |
La vida concebida como un progreso a la plenitud es
paradigma aristotélico, y como tal influye poderosamente en muchas concepciones
de la vida humana, como en Kant, Sartre o el mismo Nietzsche. MacIntyre asume
el paradigma aristotélico e interpreta bajo el prisma de una búsqueda de lo que
es “mi bien supremo” la vida particular de cada cual.
El joven descubre que la vida está ordenada por reglas, y
que estas reglas están ligadas a bienes que se obtienen cuando las respetamos.
Sin embargo hay motivos para conseguir mayores bienes sin respetar estas
reglas, y ahí empiezan los problemas.
¿Debo aprovecharme de una información privilegiada y ganar un dinero
aunque sea a costa de la infelicidad de otras personas? No, no estamos hablando
de los desahucios, sino de dilemas mas triviales pero mas constantes en la vida
de cada cual. Si este joven escoge el beneficio inmediato, o el hacer lo que le
place, y no el camino de la excelencia, o si no aprende a distinguir lo que es
bueno de lo que es “bueno para mi y lo es ahora”, estará apostando por una
biografia en la que reglas, bienes y virtudes – estas últimas necesarias para
lograr estos bienes-, estarán
desligadas.
Afirma nuestro
autor: “Cuando a veces la persona
corriente retrospectivamente se pregunta qué significa la totalidad de su vida,
a menudo con la intención de elegir entre futuros alternativos, lo que de hecho
se está preguntando es: ¿con qué concepción de mi bien he estado comprometido
hasta ahora?, y ¿tengo motivos para cuestionarla? La unidad de la vida como un
todo sobre la que cada ser humano investiga es la unidad de una narración
dramática, de una historia cuyo resultado puede ser un éxito o un fracaso para
cada protagonista. De: no ser así, carecería de aplicación la noción de un bien
en general, cuya persecución a lo largo de la vida provee a ésta de cánones de
éxito y fracaso. Así, cuando alguien escribe una narración, ya sea la de la
propia vida o la de otro, se puede juzgar si es adecuada por la eficacia en
responder a las siguientes cuestiones: ¿qué bien escogería la persona cuya vida
ha sido narrada? ¿concibe erróneamente su bien? ¿con qué obstáculos y
frustraciones se enfrentó? ¿poseía las aptitudes y carácter necesarios para
superarlos?
Todo lo que venimos comentando resulta importantísimo para la ética narrativa. Por un lado se deduce de este posicionamiento que las virtudes son básicas para mantener el barco a flote. No sin razón el libro mas conocido de MacIntyre es “en pos de la virtud”. Sin templanza, valentía, renuncia… no hay manera de tener una mínima coherencia vital. MacIntyre cree que se produce un aprendizaje cotidiano de las virtudes. Por un lado “violar las reglas de la relación con los otros comporta verse privado de su cooperación en el logro de un bien”. Si aprendemos las consecuencias de transgredir poco a poco se instaura en nosotros los hábitos virtuosos, y a partir de aquí “poder llegar a ser capaces de extrapolar, sin sometimiento a reglas, a otras situaciones en las cuales coraje, justicia o veracidad, siempre junto con la prudencia, requieren de nosotros como mínimo cambios parciales”.
En este punto, sin embargo, MacIntyre no se llama a
engaño y se pregunta el por qué tanta gente fracasa en su vida moral. Este fracaso tiene 4 momentos, un ciclo que
conduce a fragmentar bienes, reglas y
virtudes, “que se conciben como aislados
unos de otros”, impidiendo un esquema moral de la persona sólido y consistente.
He aquí estos momentos:
1er momento: la persona se pregunta, ¿cual es mi bien?
2º momento: la persona aprende a renunciar a bienes de menor estatuto al que
ha señalado como su bien supremo. Se le requiere un ascetismo y templanza
que puede ver imposible, y decidir que
es major estratègia renunciar a un bien supremo.
3er momento: perdido el norte de un bien supremo “ la autoridad
de la regla se desvincula de toda relación con los bienes, de modo que la
obediencia a dichas reglas es valorada por sí misma”; pero también puede
suceder que “la autoridad de las reglas se reconoce si y sólo si su obediencia
es casualmente efectiva en el logro de los bienes finitos”.
El cuarto y último episodio “se inicia al descubrir el
protagonista que las principales cuestiones sobre las que se erige el
conflicto no son racionalmente resolubles. Nuestro protagonista sólo puede
responder a este descubrimiento de un modo: representando el papel de
persona prefilosófica”. Es decir, según
nuestro autor, la persona que ha perdido el norte de su mayor bien, de sus
valores “sagrados”, para decirlo de otra manera, pierde también el sentido de
las normas o reglas, y pierde el sentido de las virtudes necesarias para
sacrificarnos por los valores por los que apuesta. Y en este momento de
fragmentación interior en lugar de reconocer sus inconsistencias, (pensemos por
ejemplo en un político corrupto), prefiere aniñarse, pensar que no tiene
entendimiento para dilucidar su mejor bien, para defender los valores en los
que creía, o simplemente relativizarlos o devaluarlos.
¿Cuál es la receta de MacIntyre para evitar el fracaso
moral?
“El joven tiene que aprender a razonar prácticamente, razonamiento que en el curso de la educación moral se muestra en la acción concreta, antes de poder ser adecuadamente expresado en palabras. Esta es una clase de hábito en la que o simultáneamente adquirimos tanto las virtudes como cierta capacidad para razonar prácticamente, o no adquirimos nada”
“El joven tiene que aprender a razonar prácticamente, razonamiento que en el curso de la educación moral se muestra en la acción concreta, antes de poder ser adecuadamente expresado en palabras. Esta es una clase de hábito en la que o simultáneamente adquirimos tanto las virtudes como cierta capacidad para razonar prácticamente, o no adquirimos nada”
Pero por encima de todo, “para asegurar la integridad de
mi razonamiento práctico, mi bien último tendrá que ser concebido de tal manera
que ninguno mayor pueda perseguirse”. Es decir, la persona tiene que apostar y
comprometerse con unos valores de vida.
F. Borrell
Barcelona
Vídeo
recomendado.-
LA ENFERMEDAD BRONCÉMICA , por Francisco Occhiuzzi
La enfermedad broncémica afecta de manera singular a
médicos que después de una fase de “importantitis” pasan a otra de
“inmortalitis”. Su pose se impregna de bronce, el bronce que deberá hacerlos
inmortales, y tras desayunar con Dios se dignan a pasar visita a los pobres
mortales. La conferencia también es una magnífica pieza oratoria, en la que los
“tempos” y los contenidos se anudan de manera magistral.
La Redacción.