INDICE.- Noticias.-
Comentario de libros.- Mosterín J., Lo mejor posible. Racionalidad y acción humana. Alianza Editorial. Madrid 2008.- De Waal,Frans. Primates y filÓsofos: la evoluciÓn de la moral del simio al hombre . Bayés, R. (2012) Aprender a investigar, aprender a cuidar. Una guía para estudiantes y profesionales de la salud
Webs de interés.- OpenCourseWare (OCW) de la UNED.
Artículo comentado.- Avances en Neurociencias.
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Noticias.-
*Recovery & Social Justice Conference - 9th October 2013 at University of Central Lancashire, UK, healthconferences@uclan.ac.uk
*Dialogues in Philosophy, Mental and Neuro Sciences has been published, it is freely readable at : www.crossingdialogues.com/current_issue.htm
*Royal College of Psychiatry Special Interest Group in Philosophy & Psychiatry Conference 3rd and 4th October 2013 in Edinburgh http://www.rcpsych.ac.uk/workinpsychiatry/divisions/rcpsychinscotland/meetingsandevents.aspx
Comentario de libros.-
Mosterín J., Lo mejor posible. Racionalidad y acción humana. Alianza Editorial. Madrid 2008.-Mosterín empieza el prólogo de este libro declarando: “¿cómo vivir? Lo mejor posible. La estrategia para conseguirlo es la racionalidad” (pág 11). Mas adelante precisa el esfuerzo que se propone: “a lo largo de la historia reciente es posible observar cómo las discusiones en torno a un concepto que parece interesante e importante resultan estériles e inacabables por falta de claridad y precisión de ese concepto”. Por el contrario cuando logran exactitud devienen semilla de una teoria científica. Mosterín quiere con esta obra aportar luces sobre el concepto de racionalidad de la acción humana, y para ello seguirá el siguiente esquema: encontrar para cada uno de los conceptos clave, (a saber, racionalidad, creer, saber, conocer…) los usos que la gente hace de estos términos, precisarlos hasta donde sea posible, y engarzarlos en una teoría material de la racionalidad práctica, o traducido al castellano paladín: cómo hacer que nuestros actos sean mas racionales y nos conduzcan a la felicidad, (o al menos al bienestar).

¿Qué podemos entender por racionalidad? A lo largo de la historia se ha usado –según Mosterín- en 5 acepciones: como capacidad de usar un lenguaje, como capacidad de justificar con razones mis actos, como moralidad (los demás como fines y no medios), como manera de alcanzar la verdad y finalmente como la manera de alcanzar mis metas de manera óptima (capítulo 5). Mosterín apuesta por esta última acepción y establece como condición previa al uso de la racionalidad que existan varias alternativas en el curso de nuestra vidas, varios caminos que conduzcan a diferentes resultados. Suponiendo que nos importe el resultado final de nuestra decisión el ser humano se esforzará para decidir “lo mejor posible”. Para ello tiene que establecer unos fines propios, biográficos, acordes a sus necesidades e intereses. Estos fines en general serán próximos pero también pueden ser a largo plazo, y sobre todo en este último caso deberá trazar una estrategia para hacerlos realidad mediante logros mas o menos inmediatos. Eso constituye un Plan de Vida.
El Plan de Vida tiene que ser coherente con estos fines y con la manera de lograrlos (viable), tiene que jerarquizar los fines (es decir, mostrar preferencias por unos en detrimento de otros), tiene que ser razonable (es decir, dispuesto a redefinir y revisar el plan), e interesado (en el sentido de respetuoso con las necesidades propias y de quienes nos rodean). Un concepto interesante que pone en juego para este Plan de Vida es que tiene que ser justo con las edades del sujeto. ¿Qué significa esto?, significa que no podemos lanzar cohetes y quemar nuestra salud en los años mozos, a costa del bienestar en nuestra edad adulta o en la vejez. El lector de este blog recordará que algo de eso analizamos en el libro de Gervás “Sano y salvo”. Debemos encontrar un equilibrio entre hedonismo y persecución de fines. Disfrutar de cada edad sin “pasarnos” ni quemar la salud, al contrario, pensando en las siguientes edades, planificando nuestro bienestar para las siguientes fases. De manera coherente la felicidad queda definida por dos componentes: un componente de goce o placer, es decir, un componente hedonista, y otro componente de satisfacción por las metas conseguidas.
Lo mas complicado del asunto, como imagina el lector, es establecer estos fines. Cada persona tiene que definir en su estrecho margen de libertad individual lo que para él/ ella es “bueno”, por lo que deberá desarrollar cierta racionalidad teórica, (como apuntaba Mc Intyre). En esta tarea Mosterín destaca el papel que juega aceptar o rechazar creencias, lo que el autor llama “aceptaciones”. Las creencias pueden ser explícitas o implícitas. Si digo creer en la bondad de las personas me refiero a una creencia explícita, si procedo a conducir un coche uso para esta actividad muchas creencias implícitas, por ejemplo que podré frenar accionando la palanca del freno. Las creencias explícitas o conscientes puede a su vez ser dubitativas o asertivas, en tanto las implícitas pueden ser subconscientes o preconscientes. A su vez las creencias explícitas pueden ser justificadas o no justificadas. Las creencias justificadas serían este tipo de creencia que Mosterín llama “aceptaciones”, un tipo de creencia que no vendría dictada por las emociones, sino por la voluntad de discernir y quedarnos con la opción mas lógica o acorde a nuestras necesidades e intereses. Las creencias emocionales las llama Mosterin “cartesianas”, pues Descartes defendía que las creencias nos vienen dadas por la afectividad. A las creencias aceptadas por intermediación de la voluntad las llama humeanas, pues Hume afirmaba la existencia de creencias asentadas por un acto de voluntad. Nos preguntamos en este punto donde se ubicarían las actitudes y las disposiciones innatas del ser humano.
Mosterín desde luego no es psicólogo y no tiene vocación de serlo. Por ello las conductas ilógicas son eso, conductas a erradicar…. Y ¡solo eso! (ver pág 224). Uno esperaría que los últimos capítulos de la obra arrojaran algo de luz sobre el drama humano, ese querer hacer el bien pero conducirse mal, ese querer tenerlo todo para perder lo poco que tenemos, esta ambición que en palabras de Gandhi no cabe en la Tierra, y quizás sea nuestra ruina… Por desgracia el marco teórico que nos ofrece se adapta mejor a los robots que en un futuro podamos ser capaces de crear que al ser humano real. Veamos porque….
En el capítulo 9 relativo a la acción humana distingue entre intención (consciente) e inclinación (no forzosamente consciente) y afirma que “toda acción es intencional. Si no hay intención no hay acción, aunque haya movimientos observables. Y si hacemos movimientos observables con varias intenciones, hacemos (con esos movimientos), tantas acciones distintas como intenciones distintas tengamos” (pág 264). De un plumazo ha dejado al psicoanálisis en dique seco, y no solo al psicoanálisis,a buena parte de la filosofía de la acción ocupada en discernir sobre los actos akrásicos (ver entrada del blog “A companion to philosophy of action”)… Eso sí, la tesis que defiende no sería del agrado de los conductistas, porque deja una puerta abierta a lo cognitivo, a lo mental… aunque se complica enormemente el análisis.
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Jesús Mosterín |
En resumen, no podemos recomendar el libro mas que a filósofos interesados en la temática o en la obra de Mosterín, pero en todo caso el libro tiene dos ideas fuerza que cabe alabar: la racionalidad entendida como método, como camino, pero no como estado o propiedad de nada ni nadie, (sería interesante contrastar esta visión con otras, por ejemplo la de Rawls, que la define como apetencia de bienes primarios), y la idea de ser justo con aquella persona que en un futuro serás, (la justicia entre edades, tratarte bien para hacer posible tu bienestar futuro). Las distinciones entre creencia, ocurrencia, idea y opinión creo que vienen mejor matizadas en el libro que hemos comentado de Lázaro, (ver en este mismo blog la crítica de “la violencia de los fanáticos”). El análisis de la acción humana queda muy incompleta, (para paliarlo sin duda dirigimos al lector al texto de O´Connor T., Sandis C (Editors). A Companion to the Philosophy of Action. Wiley-Blackwell, que hemos comentado en este blog), así como el concepto de felicidad, (dirigimos en este punto al lector al libro de Kahneman “Well being”).
Francesc Borrell Sant Pere de Ribes, Barcelona.
RUBRICA IATROS
Mosterín J. Libro valorado:
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Concepto
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Puntuación sobre 10
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Comentarios
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Interés
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6,5
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Interesará a filósofos profesionales y lógicos.
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¿Volverías a leerlo?
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5
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Solo párrafos concretos
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¿Realiza aportaciones significativas?
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4,5
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La racionalidad como método, necesidad de revisar nuestras creencias, estatuto especial de las
creencias “aceptadas”, justicia entre edades.
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De Waal,Frans. Primates
y filosofos: la evolucion de la moral del simio al hombre. PAIDOS IBERICA, 2007
ISBN 9788449320385
ISBN 9788449320385
Este
pequeño libro recoge la disertación del afamado primatólogo de origen
holandés Frans de Waal en las Tanner
Lectures celebradas en la universidad de Princeton en 2004.
Las Tanner Lectures on Human Values son
unas sesiones sobre humanidades, creadas en Julio de 1978 por Clark Tanner, que
al constituirlas definió su objetivo como una búsqueda de una mejor comprensión
de la conducta y los valores humanos.
La
estructura del libro es una exposición inicial por parte de De Waal en la que
plantea su visión sobre las raíces de la moralidad humana. Le responden
cuatro filósofos (Philip Kitcher,
Christine M. Korsgaard, Peter Singer y Richard Wranghan) y un periodista,
Robert A. Wright, que ha sondeado la moralidad humana en su libro “The Moral
Animal”. Finalmente, De Waal formula una síntesis que viene a ser al mismo
tiempo una matización de su exposición inicial y una contrarréplica a sus
compañeros.
Todos
los participantes asumen la teoría de la Evolución desde el punto de vista de la Biología , y comparten la
visión de que la Bondad
moral es algo real sobre lo que pueden formularse afirmaciones ciertas, y que
entraña una consideración adecuada de los demás. En contraposición, la maldad
sería una forma de egoísmo que lleva a tratar a los demás sin tener en cuenta
sus intereses y como meros medios o instrumentos.
La
pregunta a responder, desde esta doble perspectiva y sin invocar para
justificarlo a visiones teológicas o religiosas, es si el propio interés del
individuo es claramente un potente elemento de la selección natural, ¿cómo es
que los humanos estamos tan apegados al valor de la bondad y seamos capaces de
compartir en ocasiones de manera desinteresada e incluso sacrificada?
De
Waal parte de la crítica de lo que llama una Teoría del Barniz Moral (Moral Veneer), según la cual la
moralidad sería en nuestra especie una capa tan vistosa como tenue que recubre
un núcleo inmoral o amoral. Atribuye esta teoría nada menos que Huxley. Según
ella, los seres humanos son malvados, bestiales, egoístas, y tienden a actuar
mal y tratar impropiamente a los otros, pero existe sobre esa naturaleza el
citado barniz moral, de origen indeterminado. De Waal rechaza la idea. Para él,
el ser humano es bueno, y esa bondad - no podría ser de otra manera – tiene un
contexto biológico y evolutivo y puede rastrearse en nuestros parientes más
cercanos y en otros mamíferos sociales.
Los
grandes simios compartimos respuestas involuntarias (no escogidas y
pre-racionales), fisiológicamente apreciables (observables) ante las
circunstancias de otros. Una parte fundamental de esta respuesta es la empatía,
que para De Waal es un contagio emocional que permite identificar las
necesidades de otros. La empatía puede apreciarse en diversas especies
animales, mientras que solo en los grandes simios puede observarse la simpatía,
un concepto relacionado que según Eisenberg es la respuesta afectiva
consistente en sentimientos de pena o preocupación por otro individuo
necesitado o en apuros y que va más allá que sentir la misma emoción que el
otro individuo. La empatía en una identificación, un sentir lo que el otro
siente, pero la simpatía es una elaboración ulterior, un sentirse afectado por
cómo el otro siente.
Las
respuestas emocionales, entre ellas la empatía, son la base de la moralidad. A
partir de ella existen otras, como el altruismo recíproco (ubicuo en la Biología como mecanismo
evolutivo) o un cierto sentido de justicia que De Waal ha intuido
experimentalmente en comportamientos de simios. La moralidad de los seres
humanos, por lo tanto, está en continuidad con la conducta de otros animales,
es constitutiva y biológica y no se limita a un mero barniz.
En la
síntesis final en respuesta a sus compañeros, De Waal introduce el concepto del
círculo de la moralidad. Afirma que la moralidad surgió evolutivamente para
tratar primero con la propia comunidad, después con otros grupos, más tarde,
con los humanos en general y finalmente, ha englobado a los animales no
humanos. Al decir de De Waal, el círculo de la moralidad se extiende más y más
solo si está garantizada la salud y la supervivencia de los niveles y círculos
más internos. Cuando los recursos se reducen el círculo se encoge y las
conductas morales se pliegan hacia lo más íntimo, algo que está en consonancia
con la afirmación de Singer de que un aumento de la riqueza entraña un aumento
de las obligaciones para con los necesitados. O, alternativamente, podría
ponerse en relación con el hecho de que la crisis actual ha motivado que la
población reduzca sus ayudas y su apoyo a organizaciones que gestionan la ayuda
a personas necesitadas. En época de necesidad prevalecen en todo caso las
obligaciones para con los más cercanos, las obligaciones más básicas, las
presididas por la lealtad, que para De Waal es un deber moral básico.
Asimismo,
establece una evolución de la moralidad en tres niveles. El primero es el del
sentimiento moral, constituido por la empatía y la reciprocidad, pero también
por la retribución, la resolución de conflictos y un cierto sentido de la
justicia. Para De Waal, este nivel está presente en humanos y primates.
El
segundo nivel es el de la presión social, orientada a que todos los miembros de
la comunidad se comporten de forma que se favorezca una forma de vida en
cooperación. Las herramientas constitutivas son la recompensa, el castigo y la
reputación (todas ellas, elementos de control y presión social). De Waal
encuentra este nivel en otros primates, pero el bien de la sociedad en su
conjunto es una dimensión netamente humana.
El
tercer y último nivel es el del Juicio y el Racionamiento, que entraña la
internalización de los objetivos y necesidades de los demás, de forma que esta
internalización pueda dirigir nuestra propia conducta y se razone lógicamente.
Esta dimensión de la moralidad sería netamente humana.
Con posterioridad, De Waal ha profundizado su estudio de
la biología y la evolución de la moral en otros libros -The Bonobo
and the Atheist o The
Age of Empathy: Nature's Lessons for a Kinder Society- que sin
duda merecen una lectura y un comentario.
Juan
Medrano
Bilbao
Frans de Waal. PRIMATES Y FILOSOFOS:
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Concepto
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Puntuación sobre
10
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Comentarios
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Interés
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8
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De interés para biólogos, filósofos y en
general todos aquellos que se pregunten por la naturaleza humana
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¿Volverías a
leerlo?
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6
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El esquema del libro permite volver sobre
él o sobre las argumentaciones del autor o las contraargumentaciones de los
comentaristas
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¿Realiza
aportaciones significativas?
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8
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La moralidad es un rasgo consustancial y
biológico de nuestra especie, con asiento emocional y no necesariamente
racional
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Bayés, R. (2012)
Aprender a investigar, aprender a
cuidar. Una guía para estudiantes y profesionales de la salud, Barcelona, Plataforma
Editorial.
Es
bien sabido que la fiabilidad y el rigor del método científico suele ser
inversamente proporcional a la amplitud y complejidad del objeto al que se
aplica. Por eso el estudio de los fenómenos físicos o químicos resulta
metodológicamente menos problemático que el de los fenómenos biológicos (y el
de estos segundos a su vez más sencillo que el de las vivencias humanas).

En el capítulo quinto de su reciente
libro Aprender a investigar, aprende a
cuidar, Ramón Bayés plantea la necesidad (y las dificultades) de una
investigación sistemática y académicamente correcta sobre la manera de fomentar
en los estudiantes una personalidad equilibrada, sobre el nivel de dignidad con
que se gestiona una residencia de ancianos o sobre el concepto de lo que es una
“buena muerte” y sus aplicaciones en una Unidad de Cuidados Paliativos. En el
capítulo nueve (y no sólo en él) reflexiona sobre la importancia que tienen las
narraciones de la experiencia personal en la práctica clínica; son ejemplos,
entre otros, de la amplitud mental con que escribe Bayés. Su conciencia sobre
la necesidad de reafirmar el método científico no es menor que su convicción de
que la práctica clínica exige una atención exquisita a las inabarcables
circunstancias personales de cada paciente, a los sentimientos y a los valores
personales tanto como a los datos biológicos objetivamente contrastables. No es
extraño en su caso (aunque no es, por desgracia, habitual en muchos otros
profesionales de la sanidad) pues, como él mismo reconoce al principio de la
obra, su trayectoria personal y profesional como profesor de Psicología en la Universidad Autónoma
de Barcelona tuvo una primera fase de fuerte predilección hacia los datos
científicos, seguida de otra en la que fue dando cada vez más relevancia a los
valores de la “ética del cuidado”, para alcanzar por último, ya como
respetadísimo Profesor Emérito, la plena convicción de que las aportaciones
fundamentales de las ciencias empíricas deben ser cultivadas y aprovechadas por
los profesionales de la sanidad siempre subordinándolas a los valores
personales, culturales y sociales que determinan las actividades orientadas a
la curación y al cuidado de los enfermos.
Esta trayectoria profesional y estos
valores personales se reflejan claramente en las páginas de su nuevo libro, que
se suma a la excelente serie de los que Bayés viene publicando en los últimos
años. Siempre alternando los trabajos más técnicos y profesionales con los más
didácticos, Bayés ha redactado ahora un brillante manual introductorio a la
doble faceta de la disciplina que él cultiva: la Psicología de la salud,
con sus aspectos más académicos (la investigación) y más clínicos (la
asistencia).
En uno y otro campo el autor se mueve con soltura entre
las cuestiones más teóricas y las más concretas: desde la teoría del método
científico a las técnicas de documentación, desde las reflexiones sobre subjetividad
y conducta hasta la forma de planificar el tiempo de trabajo, desde el concepto
de “valores intrínsecos” a la utilidad del cine en la pedagogía sanitaria. Y
así, a la vez que sintetiza con rigor y amenidad la metodología básica de la
psicología clínica, va salpicando sus observaciones con citas bien escogidas de
aquellos otros “psicólogos” que no serían reconocidos como tales por la Academia , pero que el
lector reconoce con agradecimiento como mucho más valiosos que la mayor parte
de los académicos: Camus, Kavafis, Proust, Popper o aquel capitán de Enrique el
Navegante (1391-1460) que dejó escrito: “Con el debido respeto al renombrado
Ptolomeo, lo encontramos todo exactamente al revés de lo que él había dicho”.
![]() |
Ramón Bayés |
El libro de Bayés va dirigido específicamente a los estudiantes y profesionales en formación de Ciencia de
José
Lázaro
Madrid.
Webs de interés.-
Cursos en abierto de la UNED.-
El
sitio WEB que proponemos recoge materiales de asignaturas, carreras ,
cursos, masters y expertos que se imparten oficialmente en la UNED. No es la única
universidad española que se ha sumado a esta plataforma OCW, pero
consideramos que puede ser una buena manera de acercarse al
magnífico proyecto OCW. Proyecto internacional que ayuda a conocer
materiales de calidad de todo el mundo sobre muy diversas materias y
listos para ser utilizados.
Para
saber más sobre OCW, os ofrecemos este párrafo de wikipedia:
Se conoce como OpenCourseWare (OCW) la publicación
de materiales docentes como "contenidos abiertos". Es decir,
son propiedad intelectual que asegura la cesión de algunos
derechos de autor, como la distribución, reproducción, comunicación
pública o generación de obra derivada. Es decir, no solo
son contenidos de acceso libre y gratuito en la web, sino que
además se puede reutilizar libremente respetando la cita del autor
original. Estos materiales suelen corresponder a asignaturas
de la educación superior universitaria, tanto de grado como
de postgrado.
Los autores ceden los derechos de los contenidos con el
modelo de "copyleft". La mayor parte de los OCW de las
universidades han elegido la propuesta de Creative Commons de atribución
no comercial. Dichos contenidos no se publican con el fin de
que los usuarios obtengan titulación o certificación alguna,
sino con el fin de potenciar la sociedad del conocimiento
y fomentar proyectos ulteriores entre instituciones y
docentes relacionados con los contenidos abiertos.

Fue el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) la institución creadora de esta iniciativa. En el año 2001 anunció públicamente que daría acceso libre y gratuito a los materiales de todos sus cursos oficiales. En 2009 alcanza la cifra de 1900 cursos publicados de grado y posgrado. El principal desafío en implementarlo no ha sido la resistencia docente, sino los obstáculos logísticos encontrados al determinar la posesión y obtener permisos para la cantidad masiva de elementos de propiedad intelectual que están incluidos en los materiales de cursos de la facultad del MIT, además del tiempo y el esfuerzo técnico empleado para convertirlos en formato utilizables en línea. El Copyright del material OCW generalmente permanece en la institución, miembros de su facultad, o sus estudiantes.
Recogido de http://es.wikipedia.org/wiki/OpenCourseWare (27-7-2013)
Y
sobre Innova, decir que es el nombre que identifica al grupo de desarrollo
de la Sección
de Innovación de la
Universidad Nacional de Educación a Distancia
(UNED), que e ocupa del desarrollo de herramientas e-Learning y de
proponer soluciones alternativas, basadas en la investigación e
innovación.
Si
estáis interesados en navegar por alguno de los cursos os recomendamos:
Psicología
Diferencial. Psicologia de las diferencias interindividuales:
Filosofia
de las ciencias sociales:
Mabel
Marijuán.
Bilbao.
Artículo comentado.-
Avances en Neurociencias.
Fernando
Orozco
Zaragoza
En la
presente colaboración voy a referirme a dos trabajos bastante diferentes, pero
que me han llamado la atención. El primero se refiere a la influencia de la
flora intestinal sobre la función cerebral. El segundo sbre como borramos las
trazas que nos deja en la memoria el miedo y el dolor. Ambos artículos nos
acercan a la variedad de enfoques que en la actualidad están presentes en el
estudio del cerebro.
Jane A. Foster, Karen-Anne McVey Neufeld Gut–brain axis: how the microbiome influences
anxiety and depression[i],
plantean como el proceso de ser colonizados cuando nacemos por la flora
intestinal comensal (microbiota), va a tener suma importancia en una función
cerebral saludable. Sus relaciones con el estrés, de cómo cualquier alteración
en la microbiota va a tener una repercusión en la conducta relacionada con el
estrés y de cómo las bacterias, incluidas las comensales, las patógenas y los
probióticos, en el tracto gastrointestinal pueden activar las vías neuronales y
los sistemas de señalización del sistema nervioso central (SNC), al mismo
tiempo que pueden proporcionar nuevos enfoques para el tratamiento de
enfermedades mentales, incluyendo la ansiedad y depresión.

Jürgen Sandkühler y Jonathan Lee (2013) en How to erase memory traces of pain and fear[ii]. Abordan los conceptos emergentes de dolor desadaptativo y del miedo, y sugieren que comparten circuitos neuronales y mecanismos celulares básicos de formación de la memoria. Estudios recientes han puesto de manifiesto procesos de borrado de huellas en la memoria del dolor y del miedo que pueden ser prometedores objetivos para terapias posteriores. El dolor y el miedo son dos experiencias aversivas que impactan fuertemente en la conducta y el bienestar. Son considerados protectores cuando conducen a un comportamiento adaptativo y útil, tal como la evitación de situaciones que son potencialmente peligrosas para la integridad del tejido (dolor) o el individuo (miedo). El dolor y el miedo pueden, sin embargo, llegar a ser desadaptativos si se expresan en condiciones inadecuadas o con intensidades excesivas durante periodos prolongados. Actualmente conceptos emergentes de mala adaptación al dolor y al miedo sugieren que los mecanismos neuronales básicos de la formación de la memoria son relevantes para el desarrollo de formas patológicas de dolor y del miedo.
Los
mecanismos que conducen y mantienen el
dolor crónico son fundamentalmente diferentes de los relevantes para el dolor
agudo. La farmacoterapias más empleadas actualmente, están, sin embargo,
derivadas directamente de los modelos animales de nociceptores y dolor
inflamatorio agudo. Esto incluye la aplicación continua de una dosis de
opioides moderada y fármacos anti-inflamatorios no esteroideos. Por lo tanto,
no es sorprendente que estas terapias funcionen bien para el dolor agudo, pero
son en gran medida ineficaces en la curación de dolor crónico. La verdadera
reversión de los cambios patológicos que contribuyen al dolor crónico requiere
la comprensión en profundidad de los distintos mecanismos que operan durante
las fases de inducción, consolidación y mantenimiento de los diferentes tipos
de dolor crónico. Del mismo modo, la reversión potencial de los
recuerdos del miedo aberrantes se basa en la comprensión de los mecanismos
de mantenimiento de la memoria y la reconsolidación. La interferencia con la
fase de inducción de la formación de la huella de memoria aversiva es más
relevante para el manejo del dolor que del miedo. Sin embargo, dicha terapia
preventiva no debe limitarse a los analgésicos, ya que el aumento de la
nocicepción aguda no es el único gatillo para el desarrollo de dolor crónico.
En la actualidad, parece más prometedora interferir durante la fase de
consolidación de dolor crónico para prevenir la plasticidad a largo plazo en el
sistema nociceptivo y dolor crónico. Por el contrario, un enfoque sobre la
reconsolidación de la memoria del miedo es el enfoque más prometedor para
interferir selectivamente con la plasticidad
del miedo a largo plazo.
BIBLIOGRAFÍA
[i] Foster, J. A.
and K. A. McVey Neufeld (2013). "Gut-brain axis: how the microbiome
influences anxiety and depression." Trends Neurosci 36(5): 305-312.
[ii] Sandkühler, J. and J. Lee
Ibid. (2013)."How
to erase memory traces of pain and fear."Trends Neurosci 36 (6): 343-352.