BLOG LÍDER EN HUMANIDADES MEDICAS Y FILOSOFIA DE LA MEDICINA.- FUNDACION LETAMENDI- FORNS Comité Editorial: Francesc Borrell. Juan Carlos Hernández Clemente. Director del blog: F. Borrell Carrió; Secretario de Redacción: Juan Medrano Albeniz.

BOLETÍN IATROS ISSN 2014-1556

Este Boletín tiene por objetivo difundir y compartir comentarios de libros y artículos en Humanidades Médicas y Filosofía de la Medicina y difundir las actividades de la Fundación Letamendi Forns y Fundación Iatrós.

BOLETIN IATROS, JUNIO 2020.

CIRCULO DE CIBERLECTURA

INDICE.-
Noticias.- 
Comentario de libros.-  Promesas incumplidas. Científicas que conducían ambulancias en la guerra y otras mujeres en la ciencia.
Artículo especial.- Eso que es feo nombrar
Artículo comentado.-     La batalla contra la desinformación del COVID
Vídeo recomendado.-  Reabrir la economía en tiempos del COVID
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Noticias.- 

Comentario de libros.-

Moscoso J. Promesas incumplidas. Una historia política de las pasiones. Ed Taurus. Barna 2017

J.Moscoso
Estamos frente a un autor que mezcla erudición y profundidad. Moscoso ya nos ofreció una “Historia cultural del dolor”, libro  que mereció una amplia reseña en nuestras páginas, (Boletin Iatros Abril 2012). El trabajo que hoy comentamos sigue la estela de aquel, a saber, el intento de explicar la arqueología de nuestras emociones y sentimientos a través de relatos históricos. Pero no cualquier relato, sino relatos que suponen una transformación en la mirada colectiva.

 Si en su anterior libro, Historia cultural del dolor, abogaba Moscoso por la tesis de que el dolor no sólo se representa sino que se aprende, se imita, y solo entonces tiene un significado para la  colectividad, en “promesas incumplidas” la piedra angular es el análisis de la pasión. La tesis del libro es que el Romanticismo lanza una serie de ideales como la igualdad, la fraternidad, la justicia, y estas grandes promesas cabalgan los siglos XVIII y XIX para estrellarse en revoluciones ineficaces. Promesas que no llegan a cumplirse. Pero promesas que educan nuestra sensibilidad y la manera de comprender el mundo.   
El libro se trufa de relatos de personas peculiares; algunas de ellas acaban ingresando en sanatorios de salud mental, y allí médicos de diferentes orientaciones tratarán de dar sentido a sus delirios u obsesiones. Descubrimos en este quehacer cómo las ideologías del momento, incluso las ideologías de tipo político, influyen en las interpretaciones que estos médicos elaboran. Así, por ejemplo, ante pacientes que creen ser Napoleón, (no olvidemos que estamos en las postrimerías del siglo XVIII y siglos XIX), lo que ahora etiquetaríamos como delirios de grandeza, (quizás ahora se estilaría mas creerse James Bond, o Donald Trump, ¿o quizás este último se cree Bond?), en el siglo XVIII y XIX se interpretaba como una pasión desbocada de ambición. ¿Una simple proyección de prejuicios? No, el alienista de la época ponía en marcha una habilidad novedosa: “La circunstancia de que Leuret pudiera analizas a su paciente sin interferir en su conducta constituye una de las prerrogativas del nuevo régimen observacional que se abre camino a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. El alienista no se distingue en esto del historiador natural o de otros interesados en el registro atento e imparcial de la naturaleza y de sus procesos” (pág 35).
La promesa de la Igualdad
El choque que produce en la sociedad la presencia de locos es tan tremendo que se solicitan explicaciones a los médicos alienistas de por qué sucede tal cosa, y por supuesto se les pide que recluyan a estos sujetos perturbados y, si pueden, logren que regresen a la sociedad “curados”. En este punto distingue Moscoso dos “escuelas”, la de los alienistas que no dudan en castigar cruelmente a los locos hasta lograr que reconozcan su delirio y prometan callarlo, ya sea por miedo o por convicción. Y la de los médicos que prefieren escuchar y persuadir.
El lector habrá percibido que estamos en un momento histórico que podemos interpretarlo como eminentemente represivo, (en la línea de Foucault), pero también como el inicio de intentar escuchar y dar sentido a un discurso hasta entonces tan incomprensible para las personas “normales” que ni tan siquiera se le escuchaba. Moscoso subraya en este punto que no solo se valoraba el contenido discursivo de los locos, sino también su capacidad de prometer: “lo que permite construir un régimen de moralidad de los cuerdos, y no de los locos, no es mas que la capacidad de hacer promesas” (pág 54). En este sentido surgía otra duda: cuando un paciente prometía, (tras un duro régimen de duchas frías), no volver a hablar de sus delirios, ¿podíamos confiar en su palabra?
El siglo XIX explora por consiguiente la capacidad de las personas de prometer, y la novedad de esta época estriba en que se le otorga al individuo otra capacidad que es previa a la de prometer: la capacidad de disentir, de tener una opinión propia. Solo una persona a la que creemos libre puede comprometerse a no hablar mas de sus ideas delirantes. Pero, ¿puede un loco verdaderamente elegir?
El loco estaba transido y poseído por las pasiones. Pero tampoco el ciudadano estaba libre de “apasionarse”, de verse inundado por algún tipo de pasión. La medicina de la época identificaba estas pasiones con órganos y vísceras, a las que observaba en busca de claves que ayudaran a identificar un fenómeno tan importante en la vida humana. No solo se atribuían a las pasiones las conductas desnortadas o los discursos orates, sino que se creía que muchas enfermedades tenían por origen algún tipo de pasión desbocada. “Este régimen observacional de las pasiones se estableces sobre tres parámetros: la observación anatómica, la indagación fisonómica y la construcción de relato” (pág  73).
El desbordamiento pasional conduce inexorablemente a algún tipo de enfermedad, física o mental. “Las pasiones, decían los tratadistas, enferman cuando no tienen contrapoder, cuando una sola de ellas somete a toda la economía animal” (pág 81).  Si por un lado gracias a la ambición de riqueza el panadero madruga para proveernos de pan, y con la suma de muchos esfuerzos similares se crea la riqueza de una nación, (A. Smith), el desbordamiento de esta misma ambición conduce al delirio de determinadas personas, o a nivel político a un régimen de terror. Y a nivel médico, el lujo y el bienestar había originado una sociedad incapaz de distinguir entre la realdiad de la enfermedad y la creencia subjetiva de malestar, (pág 86).
El siglo XIX también ve nacer la idea de probabilidad. Las cosas no son ineluctablemente como son, sino que son así también por azar. El monarca no lo es por ley divina, lo es por casualidad, y el que nace pobre no lo es por designio de alguien, sino por azar. En consecuencia las personas quieren y exigen igualdad de oportunidades, y por primera vez se origina un sentimiento generalizado de indignación ante injusticias de tipo político. Es ahí donde el siglo XIX lanza la promesa igualitaria, que tanto transformaría el desarrollo político de los estados. Alumbra por primera vez la meritocracia, dar a quien se lo merece, no a quien tiene el poder o influencia. También la convicción de que un régimen democrático tenía que crear condiciones de vida radicalmente mejores, y que si eso no era así se debía, forzosamente, a la presencia de corruptos o boicoteadores.
La pasión contrariada, la promesa de igualdad incumplida, la ambición fracasada, cualquiera de ellas desemboca en enfermedades imaginarias o reales, en procesos somáticos que pueden conducirnos incluso a la muerte o a delirios que nos lleven al manicomio. Y si la ambición gozaba de gran estima por parte de los alienistas, los escritores y filósofos del siglo XIX fijan su mirada también en la envidia, el resentimiento, la rivalidad, en suma, de la vida social. De la envidia va a derivar los celos, hasta entonces poco comprendidos como pasión humana. Poco a poco emerge la paleta con todos los colores emocionales que presidirán el siglo XX, y donde veremos cómo persisten los ideales de igualdad, las reacciones de ira colectiva, tan bien manipuladas por los populismos, y las explicaciones fisiopatológicas de como influyen las emociones sobre la salud. Es lo que Moscoso llama fenómeno de cristalización. El siguiente párrafo señala el interés del autor por el estudio histórico de las pasiones: “la historia de las emociones no atañe tanto a los procesos de construcción del conocimiento como a las circunstancias culturales que permiten la transformación de una singularidad en un relato. La dificultad no radica en saber cómo podemos acceder a las experiencias subjetivas de los otros, sino en cómo una pasión, una pasión singular, se ha transformado en historia” (pág 222). Moscoso en este libro se propone entender como se produce este proceso de comprendernos a nosotros mismos, (“encontrar el yo en el nosotros”), a partir de relatos de personas peculiares, y las reflexiones de médicos, filósofos, políticos y escritores de la época que tratan de comprenderlos. Para nosotros, lectores del siglo XXI, este libro es puro estudio geológico de nuestra urdimbre emocional. Los estratos culturales que subyacen a fenómenos tan habituales como el de los indignados, o las referencias a un “trauma infantil” como explicación de una enfermedad somática o mental. Porque la geología estudia como cristalizan los minerales, y Moscoso estudia como cristalizan las pasiones en la cultura moderna.

Francesc Borrell
Sant Pere de Ribes.   

Prego C. Científicas que conducían ambulancias en la guerra y otras mujeres en la ciencia. Ed Libros.com. Jaen 2020.

Marie Curie
Libros.com es una editorial basada en proyectos de crowdfunding. Si usted tiene un buen proyecto, puede optar a crowdfunding, y cuando las aportaciones de amigos y personas interesadas superen un determinado monto, (alrededor de unos 3000 euros), la editorial le publicará su libro, (debidamente revisado y maquetado), y sus mecenas recibirán el libro, que además estará disponible en librerías e Internet. La obra que hoy comentamos la escribe un joven periodista, (1987), especializado en comunicación científica por la UNED.
Digamos en primer lugar que el libro está bien escrito, bien editado y resulta entretenido a la par que formativo. En un mundo “macho” y que de una manera u otra siempre tiende al pensamiento único, resulta enormemente estimulante presenciar la lucha de tantas mujeres talentosas, ávidas no solo de aprender, sino también de crear conocimiento. Ya en el prólogo nos enteramos de la curiosa historia de Fanny Hesse, una mujer que tuvo el acierto de proponer el agar-agar como medio de cultivo. Como tantas cosas en la vida el hallazgo fue fruto de coincidencias: una buena cocinera metida en un laboratorio de microbiología, (que era de su marido).
Hildegarda de Bigen
Otras historias no tienen tanto que ver con el azar, sino con una persistente motivación por la investigación. Tal fue el caso de

También resulta destacable la historia de mujeres con capacidades fuera de lo común. Hildegarda de Bigen nació a principios del siglo XII en una familia acomodada, lo que le permitió adquirir una cultura sobresaliente para la época. Monja benedictina con amplios intereses llegó a abadesa y fundó su propio monasterio. Se la conocía como la sibila del Rinn, pues aprovechaba el cauce del rio para predicar por pueblos y ciudades. Autora de una docena de libros destaca entre ellos Lengua Ignota, con 900 palabra inventadas a partir de un alfabeto propio… Pero quizás uno de los relatos mas apasionantes es el que da título al libro: Marie Curie y su hija Irene, recorriendo las trincheras francesas durante la I Guerra Mundial, con camionetas en las que trasportaban equipos de radiodiagnóstico, una técnica que empezaba a diseminarse, y que permitía diagnosticar fracturas y cuerpos extraños en las heridas. Desafortunadamente se desconocía en aquella época los efectos perjudiciales de las radiaciones, y la pobre Irene, hija de Marie, falleció a los 58 años debido a una leucemia. Ambas recibieron el Premio Nobel de Química.

Irene Curie
Muchas de estas mujeres tienen en común que desde la mas tierna infancia disfrutaron de una educación refinada en su hogar. O quizás el acceso a una biblioteca paterna o de algún abuelo bien provista, (fue el caso de la china Wang Zhenyi, que vivió a finales del siglo XVIII y se le reputaba haber leído 10.000 libros, cosa improbable cuando la biblioteca de su abuelo tenia apenas 100 ejemplares, y era considerada una de las mayores). En todo caso tuvieron que abrirse camino en un mundo patriarcal oprimente, parco en reconocerles sus aportaciones.
En fin, aquí tienen ustedes un libro entretenido, que pueden cogerlo por el capítulo que mas les apetezca, y que les entretendrá en la misma medida que les mostrará tiempos pasados no forzosamente mejores a los actuales.

Francesc Borrell
Sant Pere de Ribes.

Artículo especial
Eso que es feo nombrar

Juan Medrano
Bilbao.

En el mundo de la Psicología, la Psicopatología y la Psiquiatría las heces ocupan un lugar notable. El control esfinteriano es un hito en el desarrollo psicológico, como lo es el atractivo infantil por el humor basado en el caca-pedo-culo; humor, por cierto, que se mantiene a menudo en la edad adulta y que en el peculiar terruño en el que uno creció y vive se plasmó en “Arlotadas”, las aventuras de Peru Arloteagabeitia, un aldeano de Leioa, que en sus memorias Mario Onaindía veía como una triste muestra de humor marrón del que los vascos no podíamos sentirnos satisfechos.
Frerud y Fliess
Es casi superfluo recordar que Freud (influido por Fliess) estableció una fase anal del desarrollo libidinal con significadas características. En clínica psiquiátrica la preocupación mórbida de algunos pacientes por su ritmo intestinal adquiere en algunos casos ribetes melancólicos y ocasionalmente pueden observarse en pacientes con afectación cognitiva aguda o crónica, conductas como la coprofagia o el manchar o pintar con heces (por si lo pide algún crucigrama, se llama escatolia). A un nivel más profundo, el desarrollo de la repugnancia por las heces podría ser un exponente de la importancia del asco como mecanismo psicológico y conductual útil para la supervivencia y según algunos autores, el punto de partida de la moralidad
Campaña Mundial Retretes


Desde ha ya unos años se viene celebrando el Día Mundial del Retrete, una conmemoración auspiciada por la ONU, cuyo objetivo es concienciar acerca de la importancia que tienen para la salud los aseos y el saneamiento. Como señala en la web al efecto la ONU, unos 2.500 millones de personas no tienen acceso a instalaciones de saneamiento adecuadas, como retretes o letrinas, lo que “conlleva unas consecuencias trágicas para la salud, la dignidad y la seguridad humanas, así como para el medio ambiente y el desarrollo social y económico”. Hace unos años se celebró el Día Mundial del Retrete con el lema “Igualdad y Dignidad”, con el que se perseguía mostrar la amenaza de violencia sexual a la que se enfrentan las mujeres y las niñas debido a la falta de intimidad, y también las desigualdades presentes en el acceso al saneamiento.
Concurso de ideas para retretes
En palabras de Ban-Ki Moon, entonces secretario general de la ONU, “tenemos la obligación moral de acabar con la defecación al aire libre y tenemos el deber de velar por que mujeres y niñas no corran peligro de ser víctimas de agresiones o violaciones simplemente porque carecen de acceso a servicios de saneamiento”. Y como recordaba la web conmemorativa, a nivel internacional los retretes siguen sin adecuarse a las necesidades específicas de ciertos grupos de población, como las personas con discapacidad, los ancianos y las mujeres y niñas, que requieren instalaciones para atender su higiene durante la menstruación. El empeño de la fundación Bill & Melinda Gates por premiar al diseño más práctico e innovador en materia de retretes no es, por lo tanto, ninguna necedad.
Tampoco lo es reconocer que el descubrimiento de los riesgos para la salud de las aguas fecales, así como el desarrollo de la tecnología para el tratamiento de las mismas, han aportado enormes réditos a la Humanidad. Londres, la gran metrópoli del siglo XIX, era una ciudad literalmente fétida por la concurrencia de material fecal humano y animal (especialmente de caballerías). El año 1858 fue el de la gran peste (aunque en este caso no la negra, sino la que tiene que ver con apestar). El hedor a estiércol llegó a ser tan abrumador en el centro de la ciudad que se tendieron en las ventanas de la Cámara de los Comunes cortinas empapadas en hipoclorito de calcio –desinfectante universal y atemporal utilizado hoy día contra el COVID-19- y finalmente hubo de suspenderse la actividad parlamentaria. La comparación con el hedor a corrupción existente en parlamentos más modernos en los cuales paradójicamente no parece necesario el hipoclorito de sodio sería demasiado obvia, fácil, oportunista y demagógica, así que de momento no la haremos.
Londres fue también la ciudad en la que John Snow había atado cabos en 1854 en torno a la fuente de Broad Street, descubriendo el reservorio del Vibrio cholerae y consiguiendo su clausura, con lo que salvó la vida a miles de personas. De paso, inauguró la Epidemiología, pero es que nadie es perfecto.

Y Londres, también Londres, fue la ciudad en la que Joseph Bazalgette diseñó una red de alcantarillado construida con 318 millones de ladrillos que sería un ejemplo a seguir por otras grandes ciudades y que todavía está en funcionamiento.
Cl.difficile
Y en Londres y en otros muchos lugares del mundo, la materia fecal ha adquirido en los últimos años una especial connotación, hasta ahora inédita, que es la terapéutica a través del llamado trasplante o, más propiamente, infusión, de heces. Esta técnica fue inicialmente una astuta maniobra para combatir al siempre perverso Clostridium Difficile, del que es portadora un 10% de la población en su tubo digestivo (en especial en el intestino grueso). Una bacteria que a malas puede producir un rebelde cuadro con diarrea acuosa, fiebre, pérdida del apetito, náusea, dolor y malestar abdominal. El C. difficile prolifera después de tratamientos antibióticos que dejan diezmada la flora intestinal habitual y más o menos beneficiosa, y su eliminación es complicada.
Fuente de Broad Street
El fundamento es que transferir heces de un donante sano y con una flora bacteriana equilibrada permite recolonizar el intestino grueso dando lugar a un ecosistema bacteriano que limitaría el crecimiento del C. difficile. Según nos cuentan en la Cleveland Clinic, para ser donante hay que estar limpio de algunos microorganismos como el VHA, VHB, VHC, HIV1, HIV2, HTLV1, HTLV2 y Treponema Pallidum (todo ello verificado mediante las oportunas serologías). Y ahora, de COVID-19, como oportunamente ha informado la FDA, siempre al quite. Además, las heces deben estar libres de C. difficile (faltaría más), parásitos y bacterias como la E. Coli 0157:H7, que es también un microbio con muy mala idea. Además no han debido tomar antibióticos en las tres semanas previas, no deben tener diarrea crónica, enfermedad inflamatoria intestinal ni cáncer colorrectal; no deben tener relaciones sexuales con riesgo elevado de contagio de enfermedades de transmisión sexual, y no deben tomar antineoplásicos.
La tarde previa se aplicará un microenema y a la mañana siguiente recogerá un puñado de heces en un recipiente al efecto, al que añadirán 500 cc de solución salina. Las heces se disuelven y filtran (se utiliza un filtro de café) y se aplican en una unidad endoscópica, debiendo utilizarse en las seis horas siguientes a su recolección. Según relata Juan Revenga en su blog, esta actividad es remunerada y se podrían ganar hasta 1000 dólares al mes a través de sucesivas donaciones fecales.
J.Bazzalguette
No menos sugerente (y mediático) es el uso del transplante (o infusión) de heces en el abordaje de los Trastornos del Espectro Autista, en los que se han constatado anomalías en la composición cualitativa y cuantitativa de la flora intestinal. Pues bien: un estudio abierto encontró una mejoría en síntomas digestivos y conductuales tras aplicar lo que los autores denominan “Terapia de Transferencia de Microbiota”, una técnica que incluye un bombardeo antibiótico y un lavado intestinal para despejar el colon, seguidos de un trasplante fecal. La mejoría fue consistente, duradera tras ocho semanas, y se asoció a un cambio sostenido en las poblaciones bacterianas.
¿Qué sentido tiene este somero y escatológico repaso? Tal vez invite a reflexionar sobre la negación puritana y escrupulosa de la materia fecal en nuestra cultura, a pesar de su presencia, de sus riesgos y de su recientemente descubierta utilidad terapéutica. Además, podríamos reparar en que nuestra próspera sociedad occidental ha olvidado el que muchos urbanitas del pasado murieron por enfermedades transmitidas por aguas fecales y vive ajena a los dramas que suponen hoy en día la falta de retretes y alcantarillado en vastas áreas del planeta. Tan ajena que en el colmo de la injusticia ecológica, medioambiental y humanitaria utiliza para eliminar el contenido del excusado otro bien tan escaso en el mundo “en vías de desarrollo” como los retretes: el agua potable.
Fuentes:
Agito MD, Atreja A, Rizk MK. Fecal microbiota transplantation for recurrent C difficile infection: ready for prime time? Cleve Clin J Med 2013; 80: 101-8 [Abstract]
Food and Drug Administration.
Safety Alert Regarding Use of Fecal Microbiota for Transplantation and Additional Safety Protections Pertaining to SARS-CoV-2 and COVID-19. Publicado el 23 de marzo de 2020 [Texto completo]
Mangiola F, Ianiro G, Franceschi F, Fagiuoli S, Gasbarrini G, Gasbarrini A. Gut microbiota in autism and mood disorders. World J Gastroenterol 2016; 22: 361-8 [Texto completo].
Rohlke F, Stollman N. Fecal microbiota transplantation in relapsing Clostridium difficile infection. Therap Adv Gastroenterol 2012; 5: 403-20 [Texto completo].
van Nood E, Vrieze A, Nieuwdorp M, Fuentes S, Zoetendal EG, de Vos WM, et al. Duodenal infusion of donor feces for recurrent Clostridium difficile. N Engl J Med 2013; 368: 407-15 [Texto completo].
Kang DW, Adams JB, Gregory AC, Borody T, Chittick L, Fasano A, et al. Microbiota Transfer Therapy alters gut ecosystem and improves gastrointestinal and autism symptoms: an open-label study. Microbiome 2017; 5(1):10 [Texto completo].

Artículo comentado.- 



The epic battle against coronavirus misinformation and conspiracy theories

Analysts are tracking false rumours about COVID-19 in hopes of curbing their spread.

Philip Ball & Amy Maxmen


Internet revoluciona hábitos y costumbres, desde luego, y le debemos una democratización tremenda del conocimiento humano, pero pero también  crea fenómenos novedosos y no precisamente positivos, como son los fake news o la manipulación de grandes masas de población. ¿Quién difunde tantas teorías conspirativas, por qué lo hace, qué gana con ello? Estas preguntas son las que se plantean los autores de este artículo.
Un estudio en 2018 sugirió que las noticias falsas generalmente viajan más rápido que las noticias confiables en Twitter. Ello no se confirma para la actual pandemia.

 Para trazar la infodemia actual, los científicos de datos y los investigadores de comunicaciones ahora están analizando millones de mensajes en las redes sociales. Un equipo dirigido por Emilio Ferrara, científico de datos de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles, ha publicado un conjunto de datos de más de 120 millones de tweets sobre el coronavirus 1 . El físico teórico Manlio De Domenico en el Instituto Bruno Kessler, un instituto de investigación para la inteligencia artificial en Trento, Italia, ha creado lo que él llama un observatorio infodemico COVID-19 .", Utilizando software automatizado para ver 4,7 millones de tweets en la transmisión COVID-19 todos los días. Un resultado notable es que detectaron menor número de noticias o teorías falsas en la medida en que la información científica se abría paso. ¿Se imaginan ustedes una sociedad en la que la opinión de los científicos tuviera la misma importancia que cualquier otra fuente? Los días iniciales de la pandemia nos acercan a una situación de este tipo. Sencillamente estaríamos inmersos en un caos de teorías y contra-teorías conspirativas y paranoicas.
Estos investigadores han detectado diferentes fuentes de información falsa. Las estafas, prometiendo medicamentos preventivos o curativos. Las ideologías extremistas, singularmente las primacistas raciales de EE.UU. Los intereses políticos o ideológicos, de tipo milenarista (profecías de cambios drásticos en la economía del mundo, extinciones planetarias…).

Cabe preguntarse…. ¿cuándo aprenderemos a manejarnos en este nuevo mundo de las redes sociales? E incluso…. ¿aprenden los nativos digitales a sortear tanta patraña y tanta manipulación, (a veces disfrazada de escepticismo y de pensamiento libertario)?

Pablo Oliveras
Murcia.


Vídeo recomendado.-

Uri Alon
|
TED2020

A COVID-19 "exit" strategy to end lockdown and reopen the economy

Tenemos por delante largos meses de convivencia con el COVID…. ¿Cómo hacerlos compatibles con la actividad económica? En la siguiente charla se nos ofrece un modelo que da respuesta en parte a algunos de estos retos.

 

La Redacción.-