CIRCULO DE
CIBERLECTURA
INDICE.-
Noticias.- Filosofía de la Salud Pública; Curso de Bioética Narrativa.
Comentario de libros.- El arte de volar; biografia del silencio.
Artículo especial.- “El teatro como
experiencia”, MA Brfoggi.
Video recomendado.- La experiencia de meditar, por Pablo d´Ors.
Noticias.-
-Filosofía de
la Salud Pública. Seminario de la Universidad Autónoma de Barcelona,
Facultad de Filosofía. 10 de Enero. El
profesor J.Lázaro impartirá una conferencia sobre la violencia.
-12° Congreso Mundial
de Bioética
-Curso de Bioética
narrativa, Valencia 5-7 marzo . Dirigen el
curso: G. Moratalla y L Feyto.
-Podéis leer el Boletín del Grupo de
Bioética de la U. Complutense de Madrid en:
También encontraréis información sobre el último libro de Lydia Feyto sobre
Etica Narrativa.
Comentario de
libros.-
EL ARTE DE VOLAR
Antonio Altarriba y Kim
Edicions de Ponent
Kim y Altarriba |
Seguimos al protagonista en sus primeros años de vida en un entorno rural y
caciquil aragonés, con un padre despótico y una madre afectiva aunque ausente
el relato. Fascinado por la velocidad y el motor desde su infancia, tras la
primera pérdida de un amigo y un fracaso aún niño en la huida hacia la ciudad, un
joven Antonio curtido por la experiencia del amor vuelve a intentar
establecerse en una Zaragoza atribulada en los años de la República. Influido
por un compañero de pensión, auténtico teórico e iniciador, se decanta
gradualmente hacia posturas anarquistas. Al estallar la guerra civil, el
protagonista se ve en “zona nacional”, pero consigue alcanzar las filas
republicanas, donde convertido en conductor de vehículos militares compartirá
la utopía anarquista con tres amigos que plasman su fraternidad en unos anillos
de plomo elaborados por uno de ellos a partir de una bala. La muerte en combate
del orfebre dejará a Antonio como depositario de su anillo.
Tras la guerra civil y después de sufrir el duro trato que recibieron los
exiliados republicanos en Francia, Antonio se integra en la resistencia contra
los invasores alemanes. Son años en los que experimentará múltiples
decepciones, desde la delación por parte de uno de los miembros de la familia
que le acogía, tal vez del que menos cabía esperar que lo entregara, hasta el
desinterés y el puro abandono al que le somete un alto funcionario de la
república española. Terminada la contienda, Antonio colaborará en la Francia de
la postguerra con uno de sus camaradas anarquistas en un lucrativo estraperlo. A
pesar del éxito económico de su empresa, gradualmente se instaura en él una
sensación de fracaso y decepción que le llevará a abandonar el negocio y a
regresar vencido a España, no sin antes reclamar a su camarada que le entregue su
anillo de plomo, que no es digno ya de portar por haber abandonado los ideales
anarquistas con su afán de enriquecerse vilmente.
De nuevo en Zaragoza, Antonio se inserta en una sociedad triste y opresiva
y se encuentra con que su iniciador en el anarquismo se ha convertido en un
apóstol de la “Nueva España” que glosa con apasionamiento las virtudes que
encuentra en el régimen de Franco. También en la pensión conocerá a su esposa,
sobrina de la patrona, y se casará siguiendo los dictados del nacional –
catolicismo y la religiosidad de su esposa. Desencantado de sí mismo, envía su
anillo a Mariano, el único de los camaradas que mantenía todavía la llama de la
utopía anarquista en su exilio francés. Antonio, que no tardará en ser padre,
trabaja para el marido de su prima, un industrial oportunista y crápula que se
beneficia de sus conexiones con el régimen hasta que sus empleados de
confianza, entre ellos el propio protagonista, siguiendo las instrucciones de una
esposa harta de sus infidelidades, consiguen arruinarle y hacerse con la
empresa. Convertido en empresario, un Antonio desencantado por la distancia
emocional y sexual que le separa de su propia esposa, colabora en la traición
de la mujer de uno de sus socios y es a su vez traicionado por otro, hasta perder
la empresa y quedar en una situación financiera muy comprometida. Únicamente le
quedan en estos años de desengaño y frustración la relación con su hijo y el
contacto con Mariano, en cuya casa Antonio hijo pasa los veranos y adquiere el
francés.
La vejez es para Antonio una época de soledad y frustración en la que
añadir nuevos desengaños. Definitivamente separado de su esposa, ingresa en una
residencia de ancianos, donde experimentará una tras otra las pérdidas de
compañeros de la residencia, de su esposa, que muere alejada de él, e incluso
de su camarada Mariano, quien tras enviudar consigue fundir los cuatro anillos
de plomo en una nueva bala con la que se quita la vida. La angustia y la
depresión invaden el cuerpo de Antonio como un topo que anida en su pecho y le
corroe las entrañas. Tras intentar tirarse al río es ingresado en Psiquiatría,
donde se le trata. Al alta y supuestamente mejorado sume a su hijo en la
angustia al suplicarle que le mate. Finalmente se lanza al vacío terminando con
su vida y su dolor.
Al margen de lo que de catártico tiene para el autor contar la muerte de su
padre, “El arte de volar” es un
homenaje, un ejemplo de amor filial que permite una lectura de la depresión
geriátrica y del suicidio desde la perspectiva erikssoniana de los ciclos
vitales, en la que la vejez se caracteriza por la dicotomía integridad /
desesperación. Según esta visión, el fenómeno psicológico de la ancianidad es la
reminiscencia, la vuelta de la memoria al pasado, la revisión de vida. El viejo
sano e íntegro concluye en el proceso que su vida ha merecido la pena, mientras
que el anciano que en su personal revisión encuentra solo fracaso y decepción
llega a la desesperación al constatar que no queda tiempo para enmendar esa
sensación. No hay oportunidad para rehacer o deshacer, para compensar o
enmendar. La depresión se asienta irremisiblemente y el suicidio es un escape
de la angustia y el sinvivir. En la vejez del protagonista de esta novela
gráfica se asienta la vivencia de la frustración de sus ideales, de su fracaso
vital y de la decepción que la historia, las personas y hasta él mismo, sin
quererlo, le han causado. La culpa por todo ello se plasma en el juicio onírico
al que es sometido por las personas ya muertas que han sido significativas en
su vida, y cuyo conmovedor veredicto es que el tribunal ha acordado por
unanimidad liberar a Antonio de la vida, de noventa años de condena a
existencia forzada. Refleja así “El arte de volar” la desesperación y el dolor
sin esperanza de la experiencia depresiva grave y la vivencia que de liberación
tiene para el sujeto la muerte.
Juan Medrano, Bilbao
Antonio
Altarriba y Kim. EL
ARTE DE VOLAR
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Concepto
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Puntuación
sobre 10
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Comentarios
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Interés
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9
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El libro es la reivindicación de un hombre,
de sus penas, y de sus errores.
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¿Volverías
a leerlo?
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10
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Una obra maestra que será apreciada como
tal por los amantes del comic, y que no defraudará a quienes no sean unos
apasionados del llamado noveno arte
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¿Realiza
aportaciones significativas?
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9
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Ejercicio catártico para el autor, valor
histórico y descripción acertada de la depresión en la vejez
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Elogio del
silencio.-
D´Ors, Pablo.
Biografía del silencio. Siruela, 5ª Edición, Madrid, 2013.
Algo prefiero a la música: el silencio. Pocas cosas me son mas amables que
la música, pero entre ellas, sin duda,
el silencio. Por ello compré sin pestañear este librito de Siruela para
descubrir no solo un texto cautivador, sino también un personaje. Quien
conociera Eugeni d´Ors, ensayista, puede ahora conocer a su nieto Pablo
(Madrid, 1963), escritor y sacerdote
educado en ambiente cultural alemán y que ha estudiado en Viena, Roma y Praga. Se
ordena sacerdote en 1991, se doctora en teología en 1996 y publica diferentes
obras (novela, cuento) en Anagrama. Ha sido coadjutor parroquial y profesor de
teología mística y fenomenología de la religión (1996-2000), entre otros
cargos.
Pablo d´Ors |
Lo primero que nota d´Ors cuando se pone a meditar es inquietud. El
silencio produce rechazo, sentimos malestar corporal porque el cuerpo ocupa su
lugar, el lugar central de aquello que somos. No tenemos un cuerpo, somos este
cuerpo. Surgen unas primeras dudas ¿Será la meditación una actividad “provechosa”? Sacar partido a
todo pero sobre todo al tiempo… ¿no parece contradictorio con la meditación? La
meditación nos lleva a un ahora y aquí que anula muchos supuestos e ideas
gratuitas relativas a lo que somos, y por ello para meditar debemos tener
coraje y una importante dosis de paciencia con nosotros mismos. Paciencia y en
algún sentido compasión, compasión por lo que descubrimos, no siempre
agradable. Pero frente a este pánico que se hace presente, (un pánico que solo
experimentará la persona suficientemente honesta consigo misma para reconocer
los fantasmas y miedos que surgen en el silencio), también hay luz. La luz de
este jardín interior, (d´Ors le llama Edén), que está en nuestro interior y lo
podemos descubrir, a condición de poder practicar cierto desprendimiento.
La práctica budista llama al desasimiento, y no se si este es el sentido
que le da también Pablo. A mi personalmente el desasimiento budista me parece
incompatible con la filosofía cristiana, pero no es esta una cuestión que
aborde el libro. Pablo hace sinónimo de desprendimiento a la confianza, confianza en nosotros mismos, en nuestro
futuro, en la validez de lo que experimentamos, (yo
añadiría: confianza en las ocurrencias que cruzan nuestra mente, aunque a veces
no sean “políticamente correctas”). Pero en este punto el lector puede pensar
que se ha producido un juego de palabras y que quizás lo que trata de decirnos
Pablo quedaría mejor definido apelando a aceptarnos como somos y en todo caso
tenernos compasión y paciencia.
El siguiente paso de Pablo fue el asombro: asombro ante la mutabilidad de
todas las cosas, de las personas, de uno mismo. Cambiamos para ser nosotros
mismos. Meditar para ser conscientes de la conciencia equivale para Pablo a
habitar el ahora y el aquí, el asombrarse por la las pequeñas novedades de nuestras pequeñas (grandes)
vidas. Tocar la realidad de nuestras vidas desechando las quimeras, “darnos un
baño de realidad” (pág 38). De esta manera la meditación se hace hábito:
“medito para que mi vida sea meditación: vivo para que mi meditación sea vida”.
La vida, nos dirá mas adelante, “es un
viaje espléndido, y para vivirla solo hay una cosa que deba evitarse: el miedo”
(pág 94)
Para verse a uno tal cual es no hay que intentar mirarse directamente, sino
oblicuamente, para no espantar a nuestro ser. Entonces el ser permanece, no
dice Pablo, y nos encontramos por espacios cada vez mas amplios para conocernos.
Cuando eso ocurre a uno le dan ganas de reírse… ¿ese soy yo? La alegría espanta
al miedo.
Vivir es preparase para vivir, y la gracia de la vida está en el camino, no
en la meta, (ya nos lo advertía también Kavafis). Por eso la meditación seria,
tomada en serio, nos hace sentir quienes somos, nos afirma, y con esta
afirmación empequeñece los cálculos utilitaristas de ser alguien en la
sociedad, de hacernos un hueco para triunfar… (Recomendamos sobre este tema el
libro de Alain de Bottom, “Ansiedad por el estatus”). Pero si eso es así… ¿por
qué escribir este libro?, ¿por un afán de notoriedad?.... no, se responde
Pablo, para aprender a confiar en la meditación, en el silencio. Callemos pues,
cerremos esta páginas y lancémonos a “este océano oscuro y luminoso que es el
silencio” (pag. 110).
(Vea el lector interesado el video sobre el mismo autor, que completa este
breve resumen).
Francesc Borrell
Sant Pere de Ribes, Barcelona.
D´Ors, Pablo.
Biografía del silencio.
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Concepto
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Puntuación
sobre 10
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Comentarios
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Interés
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8
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Para aquellas personas que hacen de la
meditación un hábito.
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¿Volverías
a leerlo?
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8
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Este es un libro que gana plenitud en la
relectura. Sería un desacierto quedarse en una primera y única lectura.
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¿Realiza
aportaciones significativas?
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7
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Se trata de una traslación del pensamiento
zen a la cultura cristiana, redescubriendo valores que por sabidos y a veces
menospreciados han pasado casi a ser un contravalor. Uno de los aciertos es
descubrir hasta qué punto forman parte de nuestro ADN.
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Artículo especial.-
Marc Antoni Broggi |
Vamos al teatro a ver jugar y, en parte, a jugar también. A jugar a ser
ciudadanos crédulos, ingenuos, solidarios, alegres, críticos y comprometidos
con las formas de imaginación fértil. No es casual que la imagen más
descriptiva del teatro sea la máscara (uno no se la puede imaginar para el cine).
Porqué tras la máscara se estimula mejor que la imaginación juegue sin
cortapisas, demasiado pudor. Persona quiere decir “máscara” en griego, y
es lo que cada cual es, o lo que quiere ser: es algo que evoca detrás un
trabajo creativo de autorrealización.
Para leer este artículo especial pinchar aquí (también disponible en la
columna lateral del blog).
Vídeo
recomendado.-
La experiencia de meditar, por Pablo d´Ors.-
Meditación es para Pablo nostalgia, pánico y revelación.
Nostalgia porque el silencio nos hace bien, pues estamos bombardeados por
sonidos, imágenes, que no nos construyen, nos destruyen. El silencio nos recrea
en el ser personas. Nostalgia –por tanto- de querer ser a lo que estamos
llamados. Anhelo de realización, de experiencia de vida. Meditar es mirar este
anhelo. Darle contornos a las cosas. Nos
hace bien las cosas concretas, no las ideas abstractas. La vida interior es
habitar este anhelo.
El silencio es también pánico. La meditación nos conduce a la inquietud de
hacer algo, no soportamos la quietud, no nos soportamos a nosotros mismos en
silencio, necesitamos llenarnos de palabras. Somos maestros de la fuga, humos
de nosotros mismos. Y ello porque en la meditación emergen las sombras, porque
somos codicia en el tener, ambición en el poder y vanidad en el ser. Pero los
problemas de fondo no se solucionan por la vía de la acción, sino por la vía
del silencio y del padecimiento. A las sombras que surgen con la meditación no
hay que lucharlas sino atravesarlas. Y esa es la experiencia de la meditación:
la sombra (nuestros fantasmas siempre dispuestos a acuciarnos), permanece, pero
lo que es miedo y adversidad se convierte en oportunidad. Superar un problema es redimirlo. Redimir es
sufrir por (o con) amor. La sombra deja de ser venenosa y deviene experiencia
de vida, bagaje personal.
Pero dentro de nosotros hay también un Edén. El anhelo es esta nostalgia de
luz. Queremos dar forma a una identidad, queremos que el anhelo nos conforme.
Descubrir quienes somos no es una conquista, sino una revelación que da dos
tipos de frutos: paz interior y alegría. Experiencia de unidad, tú no eres sin
el otro, tú eres mas grande de lo que habías pensado, (véase una lúcida glosa
de la mística crsitiana en “Gracia D. Construyendo valores. Triacastela Madrid
2013, capítulo “los valores espirituales”).
La Redacción.-