BLOG LÍDER EN HUMANIDADES MEDICAS Y FILOSOFIA DE LA MEDICINA.- FUNDACION LETAMENDI- FORNS Comité Editorial: Francesc Borrell. Juan Carlos Hernández Clemente. Director del blog: F. Borrell Carrió; Secretario de Redacción: Juan Medrano Albeniz.

BOLETÍN IATROS ISSN 2014-1556

Este Boletín tiene por objetivo difundir y compartir comentarios de libros y artículos en Humanidades Médicas y Filosofía de la Medicina y difundir las actividades de la Fundación Letamendi Forns y Fundación Iatrós.
BOLETIN IATROS, ENERO 2016.

CIRCULO DE CIBERLECTURA

INDICE.-
Noticias.-  13th World Congress of Bioethics.
Comentario de libros.-  
Michael S. Gazzaniga  ¿Qué nos hace humanos? La explicación científica de nuestra singularidad como especie. Editorial: Paidós, 2010.
L, Grimaltos T. Teoria del coneixement. Universitat de València, València 2003
Webs de interés.-  Selección de webs relativas a discapacidad.
Artículo comentado.-       Effectiveness of motivational interviewing in patients with dyslipidemia: a randomized cluster trial  

Vídeo recomendado.- Robert Waldinger: What makes a good life? Lessons from the longest study on happines.


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Noticias.- 

Boletin de Bioética de la Complutense nº 24
Lidia Feyto edita este interesane boletín. Encontraréis entre otros un artículo sobre Franklin y el “grounchomarxismo” comentado por Diego Gracia.


Simposium Internacional “Naturaleza Humana 2.0”  Universidad Pontificia de Comillas.  Del  11-02-2016 al 13-02-2016



13th World Congress of Bioethics.

The 13th World Congress of the International Association of Bioethics will be held in Edinburgh in 14 -17 June 2016.  The Congress theme is Individuals, Public Interests and Public Goods: What is the contribution of bioethics? 



Comentario de libros.-

Michael S. Gazzaniga  ¿Qué nos hace humanos? La explicación científica de nuestra singularidad como especie. Editorial: Paidós, 2010.

Gazzaniga M.
A lo largo del libro el autor se va interrogando sobre aquellas características que nos hacen únicos como especie y que nos diferencian del resto del Reino animal y sobre todo de nuestros parientes más cercanos, el resto de los homínidos. Para ello se apoya en numerosos estudios científicos tanto de biología evolutiva, neurociencia, psicología, antropología etc. que le permiten buscar bases científicas sobre las que sustentar eso “que nos hace humanos”.  Para el autor, el cerebro humano “es en verdad un extraño mecanismo, diseñado para la selección natural con un propósito principal: tomar decisiones que favorezcan el éxito reproductivo”. La genética está muy presente en todo el libro y nos aporta informaciones  sorprendentes como la presencia de los genes MCPH1 y el ASPM como responsables del fulgurante incremento del tamaño cerebral en nuestros antepasados. Los genetistas piensan que si dichos genes han evolucionado adaptativamente a lo largo de la constitución de la especie humana probablemente continúen evolucionando. Así mismo, el llamado gen del lenguaje FOXP2  que, al parecer, en el ser humano habría mutado en dos ocasiones durante los últimos doscientos mil años, lo cual está dentro del mismo marco temporal estimado para la aparición del lenguaje hablado en seres humanos. Gazzaniga continúa repasando todo aquello que desde el punto de vista biológico nos hace humanos: el bipedismo que nos permitió liberar las manos y cambió los patrones respiratorios, nuestros pulgares oponibles que permiten una coordinación motora más fina,  nuestra laringe que permite emitir sonidos que usamos en el habla, nuestro sistema de neuronas espejo más desarrolladas que las descubiertas en otras especies, la habilidad para poder saber que los demás tienen pensamientos, creencias, deseos, es decir,  lo que se denomina Teoría de la mente.
Pero además de nuestros orígenes biológicos surge el ser social, obligadamente social, que es el ser humano. Según palabras del autor: “Somos sociales hasta la médula. Es imposible olvidar este hecho. Nuestro gran cerebro está ahí para manejar asuntos sociales. Todo lo demás deriva de este hecho, del hecho de que para poder sobrevivir y prosperar tuvimos que convertirnos en seres sociales”, y parece ser que fueron tres los factores que interrelacionadamente impulsaron el desarrollo de nuestra mente social: la selección natural, la selección sexual y las consecuencias de necesitar más comida con la que alimentar nuestro cerebro en crecimiento. Sin embargo, el grupo social de cada individuo tiene sus límites, al parecer cada persona no se relacionaría con más de 150-200 personas, en forma de grupo social establecido. Dumbar propone cinco capacidades cognitivas que podrían limitar el tamaño del grupo social: la capacidad de interpretar información visual para reconocer a otros, la memoria para las caras, la capacidad de recordar quién está relacionado con quién, la capacidad de procesar información emocional y la capacidad de manipular información sobre un conjunto de relaciones. Para este autor esta última habilidad cognitiva, que tiene que ver con la gestión de los asuntos sociales, sería la que determinaría en mayor medida el tamaño del grupo social. La comprensión de lo que significa ser social en el ser humano es fundamental para comprender la condición humana más allá de su naturaleza.
Gazzaniga también apuesta por una programación ética innata, fruto de la selección natural y además, en contra de lo que pudieron pensar Platón o Kant  sobre la responsabilidad de la conciencia racional en nuestras acciones morales, recientes descubrimientos (A. Damasio) sugieren que las emociones desempeñan un papel fundamental en la toma de decisiones y que un cerebro totalmente racional no es un cerebro completo. Independientemente de cuántas ideas racionales pueda tener una persona, la emoción es necesaria para la toma de una decisión y esto también incluye decisiones morales. El ser humano es el único ser vivo que se interroga sobre la corrección de la decisión elegida, sobre sus consecuencias, sobre la prudencia de las acciones o decisiones tomadas. El concepto de un cerebro con circuitos especializados en problemas específicos se denomina “Teoría del cerebro modular” y se definen los módulos como unidades de procesamiento mental que han evolucionado en respuesta a presiones selectivas, o bien, se definen por lo que hacen con la información recibida. Pues bien,  con respecto a la moral que también nos constituye como humanos, la propuesta del autor es que un estímulo induce un proceso automático de aprobación (aproximarse) o rechazo (alejarse) que nos lleva a cierto estado emocional, y este estado emocional produce una intuición moral, que puede impulsar a un individuo a la acción. El razonamiento sobre el juicio o la acción viene después, cuando el cerebro busca una explicación racional. Para el autor “este proceso incluye juicios morales, que raramente son el resultado de un verdadero razonamiento moral. Alguna que otra vez, sin embargo, el yo racional participa realmente en el proceso del juicio”. Los módulos morales de nuestro cerebro serían: el módulo de la reciprocidad, el de sufrimiento, el de la jerarquía, el de la coalición endogrupo/exogrupo y el  de la pureza.
Las personas, también, somos capaces de pasar voluntaria y deliberadamente de una perspectiva abstracta a otra con gran facilidad y flexibilidad. Tenemos la capacidad de simular emociones con el lenguaje y la imaginación y de alterar nuestras simulaciones mediante el uso de la perspectiva y para proyectarnos hacia el futuro y hacia el pasado enriqueciendo nuestro mundo social,  haciendo que nuestras simulaciones sean más poderosas y complejas que en el resto de las especies.
La creación artística es nueva en el mundo animal. En el cerebro humano sucede algo más que nos ha permitido  la simulación, cierto cambio en la conectividad que nos permite escindir lo real y lo imaginario y usar información contingente. Esta capacidad única  ha hecho que seamos muy flexibles y adaptables a diferentes entornos rompiendo  los rígidos patrones a los que están sujetos otros animales. Será esta capacidad imaginativa la que está en la base de la creación artística pero también comprendemos que existen fuerzas invisibles, inobservables y razonar sobre ellas, dando paso a lo que hoy en día conocemos como ciencia.
Juan Carlos Hernández Clemente.
Madrid

Blasco JLL, Grimaltos T. Teoria del coneixement. Universitat de València, València 2003

En este blog nos hemos ocupado reiteradamente de la validez de un argumento, la retórica y la filosofía del lenguaje. Todo ello nos conduce a na pregunta: ¿qué significa saber algo? Resulta una obviedad que conocemos el mundo que nos rodea a través de la percepción, pero cuando afirmamos conocer algo lo expresamos con palabras. Una parte de los conocimientos que cualquier persona atesora es mera conducta, formas de actuar o de hacer. ¿Alguien duda de la sapiencia de la modista que a través de un patrón monta un vestido, o de un cirujano que cambia la válvula mitral? Algunas conductas son fácilmente traducibles a palabras, otras de manera muy dificultosa…. Por ejemplo la motricidad exquisita de una bailarina…. ¿es eso también sapiencia? ¿Lo es la interpretación de un pianista?
Grimaltos T.
El libro que nos ocupa traza una magnífica síntesis de las aportaciones filosóficas relativas al conocimiento, - qué es, cuales son sus condiciones de verdad-  expresado con palabras. Es decir, al conocimiento que el sujeto reconoce como tal y lo expresa en una conversación. Quizás para un filósofo le sea mas complicado hablar por ejemplo de conocimientos tácitos, pues sería tanto como reconocer la vertiente psicológica de la epistemología. Esta naturalización del concepto conocimiento… ¿hacia dónde nos conduciría?

Posiblemente nos conduce a la misma conclusión que llegan los autores, siguiendo a Quine: el conocimiento no puede analizarse concepto a concepto, sino de manera global, como sistema de conceptos o teorías del mundo. “La epistemología es lingüística mas psicología” (pág 31).  Pero tratemos de sintetizar el camino que nos proponen Blasco y Grimaltos.

Tras una revisión histórica de cómo ha evolucionado la epistemología, los autores nos proponen una definición: conocimiento es una creencia justificada. Ahora bien, podemos tener sólidas justificaciones y creer algo falso. Puedo creer que mi sobrino vendrá a comer el día de Navidad a mi casa, porque así lo ha manifestado, pero él puede haber decidido (y no comunicado) que cambia de planes. Es decir, hay condiciones que cancelan las creencias. Ahora bien, si la causa de mi creencia es razonable, es la mas probable y fiable, y estoy dispuesto a cambiarla si mis justificaciones son canceladas… podemos afirmar que en esta situación tengo un conocimiento bien asentado. Lo cual no garantiza que sea cierto. Sencillamente es plausible.

En este punto los autores nos señalan tres tipos de canceladores que atacan a la justificación de la creencia (los ejemplos que a continuación los ilustran son míos): a) un dato que desmiente directamente el soporte de mi creencia, por ejemplo, creía que el fármaco “a” era idóneo para la diabetes, pero sale un ensayo que nos indica que tiene efectos secundarios inaceptables; b) resulta que creemos que el fármaco “a” es idóneo, pero en realidad lo que está resultando idóneo es un excipiente que se usa en la fabricación del compuesto farmacológico. En todo mi creencia es funcionalmente correcta, pero a la postre resulta ser  falsa. Estoy dando un fármaco que funciona, pero funciona por una razón diferente a la que yo creo; obsérvese que todo el desarrollo de las llamadas variables de confusión van precisamente hacia este tipo de cancelador; veamos el tercer tipo…  c) Todos pensamos que el fármaco “a” e idóneo para la diabetes, pero salen dos estudios que lo desmiente. Ambos estudios incurren en un craso error  que nadie detecta, de manera que la comunidad científica deja de recomendar el fármaco “a” cuando éste continúa siendo una buena opción. Sin embargo yo no he leído estos trabajos ni las recomendaciones que se derivan de los mismos y continúo creyendo que el fármaco “a” es válido, en contra del criterio de la comunidad científica; de estge modo y de manera paradójica, pues no dispongo de una base de razonamiento o justificación suficiente sdi alguien de la comunidad científica impugnara mi práctica clínica, soy el único que cree lo que es verdad. Puede parecer una situación rara, pero eso ocurrió en los años 70 cuando determinados médicos recomendaban mezclar diferentes antidiabéticos orales, en contra de lo que en aquel entonces era la práctica académica. Solo 15 años mas tarde la comunidad científica avaló esta práctica.

Los ejemplos que me acabo de inventar son del tipo “Gettier”, en honor al primero de los autores que los puso de relieve. Estos ejemplos obligan a redefinir lo que entendemos por conocimiento: es una creencia justificada en la que el sujeto ha examinado de manera suficiente si existen canceladores, y está dispuesto a rectificarla en caso de que aparezcan (dichos canceladores). Dicho de otra manera: admite que su creencia es plausible pero no 100% segura, y le atribuye a esta creencia diversos grados de probabilidad.

Ahora bien, considerando al conjunto de mis creencias, ¿cómo puedo afirmar que no vivo en Matrix?, ¿cómo puedo estar seguro que no soy un cerebro en una cubeta en un laboratorio marciano?... Y  desde un escepticismo no tan radical… ¿las justificaciones de nuestras creencias tienen que basarse en algunas de ellas que tengan la consideración de “indudables”? Responder que “si” nos llevaría al llamado fundamentalismo epistemológico.

El fundamentalismo epistemológico no es una posición “talibán”, aunque la palabra que lo adjetiva suene terrible. Lo que solicita es que haya un tipo de experiencia de conocimiento lo mas fiable posible, y que sobre ella se asiente el resto. Otra posición quizás menos exigente sería tratar que mis creencias sean coherentes entre ellas, es decir, que dibujen un sistema de creencias sin contradicciones. Si esta fuese finalmente mi posición estaría abonando lo que ha venido en llamarse coherentismo epistemológico.

No podemos entrar a fondo en estas dos posiciones aparentemente opuestas, pero digamos que por “coherencia” los autores nos proponen un sistema de creencias sin contradicciones (es decir, consistente) y que entre ellas se encuentran relacionadas por inferencias.  Coherencia por consiguiente = consistencia + inferencia. Eso dibuja una red de creencias en las que podemos distinguir unas “nucleares”, que reciben el nombre de creencias “prima facie”: son las derivadas de la percepción, nuestra experiencia introspectiva y la memoria, (llamados técnicamente  juicios IPM, introspección/ percepción/  memoria). Observe el lector que esta versión del coherentismo nos aproxima a una visión fundamentalista, y que la barrera entre ambas se diluye.

Los autores nos advierten enseguida que un sistema coherente de creencias no resulta verdadero porque sea lógico y consistente, sino porque las creencias que componen dicho sistema son en sí mismas verdaderas. Algu8nso sistemas, la mayoría, tendrán parte de sus creencias correctas y otras falsas total o parcialmente. Y ocurre con harta frecuencia que las personas olvidamos las razones que nos han llevado a creer en algo, y continuamos creyendo simplemente porque en un momento determinado decidimos que “comprábamos” dicha creencia. Por consiguiente las personas, y sobre todo los profesionales de la salud (añado), tenemos el deber de buscar garantías (o justificaciones) de nuestras creencias “fuera de nosotros”, acercándonos a las mejores fuentes de conocimiento. Continuar creyendo en algo no porque en un momento dado así lo decidimos, sino porque revisamos las garantías de dicha creencia y no dudamos en rectificarlas si fuera el caso.

Puede ocurrir que tras esta revisión continuemos manteniendo creencias que han quedado obsoletas…, eso es, puede que nos equivoquemos de manera testaruda… o puede que no, puede que las pretendidas “novedades” no lo sean tanto… y permanezcamos en nuestros trece pero de manera razonada. En todo caso lo importante es que nuestra decisión venga de la mano de un obligado razonamiento. De lo contrario estaríamos faltando a un deber deóntico, el deber de buscar nuevas evidencias y revisar nuestras creencias sin amago de pereza (añado yo). ¿No estamos hablando en este punto de una ética de la medicina basada en evidencias?

Llegado aqui debemos plantearnos cómo manejarnos con estas evidencias, cómo llegar a formarnos una idea del mundo. Ello exige  distinguir lo que es el contenido del conocimiento de lo que hace que este conocimiento sea objetivo, sea verdadero. El silogismo aristotélico pone las bases de la lógica, pero no será hasta Kant que nos preguntaremos: “¿Cuáles son las leyes formales que rigen la formación de los conceptos y garantizan su valor de objetividad?” (pág 40).  El entendimiento humano produce juicios… ¿de qué tipo son? ¿En qué nos basamos para afirmar que tienen valor de verdad? ¿Qué principios mas allá de la lógica formal regula la producción de juicios objetivos y verdaderos?

De este esfuerzo nace la distinción kantiana entre  juicios analíticos y sintéticos. Los primeros parecen triviales, parecen aportar bien poco al conocimiento del mundo, pues expresan propiedades que están implícitas en las mismas palabras que usamos. Locke afirma que en primer lugar son frases que dicen cosas mas generales de cosas mas concretas. Por ejemplo: el plomo es un metal. Expresan propiedades que se deducen del concepto, por ejemplo, los metales son duros. Y pueden dar lugar a frases que son tautológicas (resultan verdad meramente por su forma lógica de ser enunciada), o usan sinonimias (el ser humano razona, el ser humano es persona, etc…).

Los juicios sintéticos afirman propiedades que hemos verificado con la percepción, verdades que son contingentes, en el sentido que podrían ser también de otra manera, (“todos los cuervos son negros”). La Escuela de Viena introdujo el concepto de verificación y falsación (Popper) en un intento de delimitar lo que es ciencia de lo que son otros tipos de crencias. La idea de Dios, por ejemplo, no seria falsable, (es decir, no encontraríamos a creyentes de Dios que admitieran un estado de cosas o un experimento que pudiera indicar la no existencia de Dios; ante una terrible catástrofe argumentarían que es compatible con la bondad de Dios como prueba de fe, etc.).

Ocurre con la ciencia que acepta definiciones del mundo con la pretensión de que dichas definiciones tienen valor universal e incluso esencial. Cuando un médico afirma de su paciente que tiene tuberculosis entiende que hay una enfermedad con este nombre que afecta a su paciente, y que otros médicos interpretarán el diagnóstico como las manifestaciones mórbidas de una infección por bacilo de Koch, etc. Esta posición para Quine merece el calificativo de platonismo metafísico. Nadie puede garantizar que dos médicos entiendan exactamente lo mismo por enfermedad tuberculosa. Quizás participen de un 60 o 70% de conocimientos similares o idénticos, pero difícilmente entenderán exactamente los mismos hechos fisiológicos y anatomopatológicos. La posición de Quine es llamada empirismo epistemológico.
Quine WV

Para una conexión de estas ideas con el mundo de la medicina, y mas en concreto, de la Medicina Basada en Evidencias, recomendamos la lectura de nuestro artículo sobre el colectivo profesional como sustentador de conocimiento (ver aquí).

Destaquemos para acabar la breve introducción que realizan los autores sobre un concepto complejo y que ha dado muchos quebraderos de cabeza a filósofos de la talla de Putnam, Searle o Quine: los lenguajes intensionales (con “s”) frente a lenguajes extensionales. Esta distinción la debemos a Frege. Para este autor un lenguaje extensional permite la substitución de un término de la frase por otro sinónimo sin que el conjunto de la frase pierda su valor de verdad. Esta substitución no resulta posible en los lenguajes intensionales. El ejemplo de Frege es el siguiente:

  • 9 es mayor que 7
  • Los planetas son 9
  • Los planetas es mayor que 7

Pero… ¿siete qué? ¿siete planetas?...  En tal caso la proposición  inicial que es una proposición matemática queda transformada en una frase incomprensible, o si substituimos “es” por “son”, en una frase descriptiva de tipo astronómico: “los planetas son mayor que 7 (planetas)”…. En tal caso un juicio analítico pasaría a ser un juicio sintético. Y si no cambiamos el sentido de “7” ni el verbo “es”, la frase no se entiende, cae en un error categorial, mezclamos peras con manzanas… 
Los lenguajes extensionales tienen referencias claras y precisas y las proposiciones que podemos formar caen en valores de verdad o falsedad. Los lenguajes intensionales (con “s”) son lenguajes en que predomina el sentido, la probabilidad, la necesidad…. Y por consiguiente las proposiciones suelen tener por objeto intenciones, presuposiciones tales como… “Juan cree que Irene vendrá a comer”. En esta frase lo único concreto es que Juan tiene esta creencia específica  y concreta, una creencia que no resulta  posible sustituirla por ninguna otra sinónima. Es específica de Juan en este momento y lugar. Por ello algunos autores afirman que el lenguaje de las intenciones es un lenguaje intensional.

Francesc Borrell i Carrió
Barcelona.


Webs de interés.- 

Discapacidad intelectual

Recopilación legislativa y jurisprudencial


Noticias Jurídicas ha publicado, con motivo del Día Internacional de la Discapacidad (3 de diciembre), esta interesante y útil recopilación. En su introducción se cita al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon: “Hagamos todo lo necesario para asegurar que las políticas, los programas, las directrices y las tecnologías del siglo XXI estén al alcance de las personas con discapacidad y tengan en cuenta sus perspectivas y experiencias”.


Abuso y discapacidad intelectual. Orientaciones para la prevención y la actuación
Guía, pionera en España, que pretende prevenir, detectar e intervenir en casos de abuso o maltrato a personas con discapacidad intelectual. Incluye un novedoso protocolo de actuación ante abusos sexuales y violencia doméstica y de género contra este colectivo. Elaborada por Fundación Carmen Pardo-Valcarce, la Comunidad de Madrid y la Federación de Organizaciones a Favor de Personas con Discapacidad Intelectual (Feaps), y ha contado para su realización con la colaboración de la Guardia Civil. El maltrato a las personas con discapacidad intelectual es hasta diez veces más frecuente que en otros colectivos, siendo el abuso sexual el delito más frecuente (76% de los casos); de ellos, la mitad se produce en el ámbito familiar, el 26% entre compañeros, el 23% fuera de estos ámbitos y el 10% por profesionales.

El sobreesfuerzo económico que la discapacidad intelectual o del desarrollo ocasiona en la familia en España 2014
Informe de FEAPS que destaca que el sobreesfuerzo económico que deben hacer las familias que tienen entre sus miembros a una persona con discapacidad intelectual es de media superior a los 24.000 euros al año, lo que supone 5.000 euros más que en 2008.


Las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo ante el proceso penal
Torcuato Recover e Inés de Araoz (coordinadores)
Libro que se edita como respuesta a la flagrante desproporción de personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental en la población penal, en la que alcanzan el 6,5% del total. De ellas, casi un 70% llega a prisión sin que se haya detectado previamente la existencia de su discapacidad. La obra busca identificar las disfunciones, de precisar dónde es necesario establecer apoyos, ya sean puntuales, relevantes o significativos, permanentes o intensos, y de hacer un llamamiento tanto a los operadores jurídicos que intervienen en el proceso penal, a las administraciones públicas competentes, como, directamente, al compromiso de la organizaciones que integran el movimiento asociativo a favor de las personas con discapacidad, para que ofrezcan asesoramiento y ayuda a quienes formando parte de este especifico grupo de población, se ven inmersos en el proceso penal.

Guía del derecho al voto para personas con discapacidad intelectual
Elaborada y editada por FEAPS y la Fundación Wolters Kluwer, esta guía, redactada para lectura fácil, informa y forma en todo lo relacionado con el voto, la democracia y las elecciones.

Sexualidades Diversas
Manual para atención de la diversidad sexual en las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, elaborado por Noemí Parra y Moisés Oliva y editado por FEAPS Canarias.

Juan Medrano
Bilbao

Artículo comentado.- 

Julia Bóveda-Fontán , Nieves Barragán-Brun , Manuel Campiñez-Navarro,  Luís Ángel Pérula-de Torres et al. Effectiveness of motivational interviewing in patients with dyslipidemia: a randomized cluster trial   BMC Family Practice  December 2015, 16:151

    
El Grupo COmunicación y Salud  realiza una meritoria tarea docente, pero también de investigación, como nos demuestra el presente trabajo. El objetivo de este estudio fue evaluar la eficacia de una intervención multifactorial basada en la entrevista motivacional (EM). La EM consta de algunas características verbales y no verbales que permiten al terapeuta   desbrozar el camino hacia cambios de conducta. Un elemento crucial en este tipo de entrevistas es lograr que sea el propio paciente quien verbalice una nítida intención de cambio.

Para verificar si este tipo de entrevista es o no eficaz,  un grupo de médicos de familia efectuó una intervención sobre pacientes afectos de dislipemia.

El estudio fue  multicéntrico, controlado, aleatorizado, y participaron 38 médicos y 227 pacientes con dislipemia no controlada. De estos pacientes 107 fueron asignados al grupo internvención, (EM)  y el resto a grupo control.  Tras 12 meses de seguimiento se  midieron los niveles de lípidos, y el grado de control se analizaron en base a los criterios de las guías clínicas.

Se lograron reducciones del colesterol de alrededor de 20 mg y no se encontraron diferencias entre los dos grupos. Sin embargo, cuando se evaluó el grado de control de los lípidos mediante la combinación de colesterol <200 130="" de="" ldl="" menor="" nbsp="" y="">se observó que un mayor porcentaje de pacientes alcanzó cifras objetivo en el grupo intervención
Por consiguiente un enfoque basado en la entrevista motivacional realizado por los médicos de atención primaria logra una reducción significativa en todos los parámetros de lípidos, riesgo cardiovascular, reducción de peso y la adherencia a la dieta mediterránea, similar a la obtenida con la intervención habitual.... Pero se muestra  superior en la proporción de pacientes que alcanzaron las metas de control de lípidos combinados y el nivel de ejercicio físico.         

La Redacción.-


Vídeo recomendado.-

Robert Waldinger: What makes a good life? Lessons from the longest study on happines.




El Harvard Study of Adult Development probablemente es el estudio más largo relativo a cómo vivimos y hasta qué punto somos felices. Quien nos habla en este vídeo es el director de dicho estudio. Entresacamos algunes de sus afirmacions:

“ Durante 75 años, hemos rastreado las vidas de 724 hombres, año tras año, preguntando por su trabajo, su vida familiar, su salud, y por supuesto,  sin saber cómo sus historias de vida iban a resultar. (...) Alrededor del 60 de nuestros originales 724 hombres siguen vivos, siguen participando en el estudio, la mayoría de ellos en sus  90 años. Y ahora estamos empezando a estudiar los más de 2.000 hijos de estos hombres. Y yo soy el cuarto director del estudio. (...) El fundador  de este estudio nunca en sus sueños más indómitos llegó a imaginar que yo estaría aquí hoy, 75 años después,  ¡y  el estudio aún continúa!. Cada dos años, nuestro personal de investigación paciente y dedicado llama a nuestros hombres y les pregunta si les podemos enviar todo una más serie de preguntas acerca de sus vidas. (...) ¿Qué hemos aprendido? ¿Cuáles son las lecciones que vienen de las decenas de miles de páginas de información que hemos generado sobre  estas vidas? Bueno, la lección y el mesnaje mas claro es el siguiente: Las buenas relaciones interpesonales nos mantienen felices y saludables. Punto y aparte”.

Me gustaría acabar con una cita de Mark Twain. Hace más de un siglo, que estaba mirando hacia atrás en su vida, y  escribió esto: "La vida es demasiado breve para malgastarla en altercados, disculpas, animosidades, rencores. Sólo hay tiempo para amar, y eso serà apenas un instante, por así decirlo". La  buena vida se construye sobre buenas relaciones.