BLOG LÍDER EN HUMANIDADES MEDICAS Y FILOSOFIA DE LA MEDICINA.- FUNDACION LETAMENDI- FORNS Comité Editorial: Francesc Borrell. Juan Carlos Hernández Clemente. Director del blog: F. Borrell Carrió; Secretario de Redacción: Juan Medrano Albeniz.

BOLETÍN IATROS ISSN 2014-1556

Este Boletín tiene por objetivo difundir y compartir comentarios de libros y artículos en Humanidades Médicas y Filosofía de la Medicina y difundir las actividades de la Fundación Letamendi Forns y Fundación Iatrós.

BOLETIN IATROS ENERO 2012


INDICE.-
Noticias.-  1)Contra el estigma en Salud Mental: Manifiesto de Oviedo; 2)XX Aniversario del Comité de bioética de Catalunya;  3)Ha salido el 9º Boletín de Bioética de la Complutense; 4) Javier Moscoso, “Historia cultural del dolor”; 5)15th International Philosophy and Psychiatry Conference; 5-7 July 2012
Comentario de libros.-  Cortina, Adela.- Neuroética y neuropolítica. Sugerencias para la educación moral. Editorial Tecnos, 2011.
Bok S. Exploring Happiness. From Aristotle to Brain Science.  Yale University Press. New Have 2010.- 218 Pag, incluye indice temático.
Webs de interés.-  Euroethics Health Network; Noufield Council of Bioethics.
Artículo comentado.- José Luis González Quirós; La teoría de la mente: de la inteligencia artificial a la inteligencia híbrida, Madrid, 2010.

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Noticias.- 

1)Contra el estigma en Salud Mental: Manifiesto de Oviedo
Documento conjunto de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB) y la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), presentado en el marco del XV Congreso Nacional de Psiquiatría en Oviedo.
2)XX Aniversario del Comité de bioética de Catalunya. Se celebró este pasado mes de Diciembre. Ver un resumen en:



3)Ha salido el 9º Boletín de Bioética de la Complutense.

Acceso fácil desde: www.bioeticafilo.blogspot.com

Javier Moscoso
4) Novedad editorial: Javier Moscoso, “Historia cultural del dolor”, Taurus, 2011. En la contraportada leemos: Al contrario de lo que afirmaba el filósofo Cioran, para quien era imposible dialogar con el dolor físico, todas y cada una de estas páginas abogan por ese encuentro y potencian ese diálogo. A medio camino entre la historia y la filosofía, este ensayo versa sobre las formas sucesivas (que no progresivas) de materialización de la experiencia del daño, sobre las modalidades artísticas, jurídicas o científicas que han permitido, desde el Renacimiento hasta nuestros días, la comprensión cultural del sufrimiento humano. La representación, la simpatía, la imitación, pero también la coherencia, la confianza o la narratividad son algunos de los recursos retóricos y argumentativos que los hombres y las mujeres hemos ido utilizando, y todavía usamos, para sentir nuestro dolor, pero también para expresarlo y dotarlo de significado y valor colectivo.

5)15th International Philosophy and Psychiatry Conference; 5-7 July 2012
Topics include:Culture, Identity and the Brain/ Mental Disorder and Displaced Peoples/ Culture and Forensic Psychiatry/ Culture and Maladies of the Soul


Comentario de libros.-

Cortina, Adela.- Neuroética y neuropolítica. Sugerencias para la educación moral.
Editorial Tecnos, 2011.


Adela Cortina  en su nuevo libro trata de contestar a las preguntas que la propia neuroética se plantea desde sus orígenes, es decir, sobre las condiciones éticas en las que deben llevarse a cabo tanto las investigaciones neurocientíficas como la aplicación de sus resultados para no violar los derechos humanos ni con la investigación ni con la práctica. Además, la autora se hace una pregunta tanto de tipo neurobiológico como filosófico: ¿Existen unos códigos inscritos en nuestro cerebro  que sean los auténticos códigos morales por los que debemos regirnos y eliminar todos los anteriores? También se pregunta por si  existen unas bases neurobiológicas en la organización de nuestra vida política, si somos libres o si por el contrario estamos determinados cuando actuamos por nuestro cerebro o si es posible hablar con cierto sentido de la  autonomía y de la responsabilidad en nuestras vidas.
Las preguntas sobre neuroética se adentran en las claves esenciales del mundo humano: ¿En qué consiste la identidad de una persona? ¿Somos nuestros cerebros? ¿Nuestros cerebros nos definen mejor que nuestros genes? ¿Investigando el cerebro investigamos el yo? ¿Cómo congeniar cerebro, mente y persona? Y  por el contrario, como afirmaba Kant en su Pedagogía  “el hombre llega a serlo por la educación, es lo que la educación le hace ser” o como afirma la autora hablando sobre  la felicidad del ser humano: “la felicidad misma no sea tanto producto del ejercicio de unas facultades maravillosas sino  de una buena vida compartida con sus semejantes”.
 Uno de los mensajes de los neurocientíficos sobre la  neuroética es que el cerebro toma decisiones influido por algún tipo de  moral universal que todos poseemos. Se trataría de algún tipo de función adaptativa que en realidad sería una nueva formulación de las éticas ontológicas, en esta ocasión estaríamos ante la fórmula del es cerebral al debe moral y en las cuales  se encontraría curiosamente una  base neurobiológica para  amar al cercano y rechazar al lejano.  Esto contrasta con códigos como la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esta disonancia podría ser fruto del proceso de socialización; los juicios son ya sociales, la disonancia cognitiva entre lo que nos dice la neurociencia y los códigos morales universalmente establecidos podrían deberse al aprendizaje social.
Otra cuestión interesante sería saber si las áreas del cerebro son  la causa de la formulación del juicio moral o más bien son una base imprescindible para poder formularlo, refiriéndonos a patrones  y estructuras en abstracto al margen de contenidos.
Los contenidos  encontrados para una ética universal se refieren a la generación de juicios sobre dilemas personales e impersonales. Curiosamente en el caso de los primeros las zonas del cerebro que más se estimularían son las conectadas con la emoción mientras que los dilemas impersonales se estimularían con las conectadas al razonamiento.
Como dice la autora cabe preguntarse si el fin moral de los seres humanos es sobrevivir a secas o si consiste en vivir bien, y qué implicaría ese bien;  pues  “ hemos ido aprendiendo  a lo largo de la historia que vive humanamente bien quien respeta los derechos ajenos y propios, quien reconoce la dignidad y la valía ajena y propia, quien se esfuerza por empoderar a los demás y a sí mismo, quien apoya a los débiles y vulnerables aunque no pertenezcan  a su grupo de parentesco, de etnia, de lengua, de nación ni continente”. Y es que el criterio de moralidad  no es el mecanismo evolutivo. Del es  evolutivo no  surge el debe moral pues sigue siendo ilegitimo  incurrir en la falacia naturalista, y por consiguiente  de los diversos “es”  neurocientificos no surge un “debe” moral. Por consiguiente  las bases de una ética universal serían, por supuesto, cerebrales  pero también mentales y sociales.
La neuropolítica debería intentar averiguar si las bases neuronales de nuestra conducta nos preparan para asumir unas formas de organización política como superiores a otras y en segundo lugar si la democracia es la forma exigida por esas bases cerebrales o si es preciso ir más allá de ellas.
Tendríamos un instinto moral  o una gramática moral universal, producto de la evolución, que posee toda mente humana y que de manera inconsciente y automática genera juicios sobre lo que está bien y lo que está mal. El problema estaría en racionalizar esas intuiciones; para ser mas claros, en ocasiones  creemos que algo no se debe hacer pero no sabemos por qué.
Debemos entender la ética universal con base cerebral, como una gramática moral que nos permita aprender todos los lenguajes morales, es decir, hablar el idioma moral de las diferentes culturas. Esto es mucho más acertado que intentar descubrir principios con contenido, pues cualquier contenido que quisiéramos proponer chocaría con la moral de alguna o algunas culturas y perdería su pretensión de universalidad. Si queremos combinar universalidad y diversidad, sea de  una misma cultura a lo largo de la historia, o sea de distintas culturas o grupos que conviven en un mismo tiempo, entonces los principios éticos no pueden ser sino formales.
También introduce el concepto de condición frente a causa porque siempre actuamos condicionados por nuestras neuronas, cuerpo, carácter, contexto social y por un sinfín de elementos. Al hablar de la acción humana deberíamos abandonar la noción de causa que suele entenderse como si tras una causa se siguiera  necesariamente un efecto y recurrir a la noción de condición. Las condiciones que provocan acontecimientos, además de ser diversas,  no aseguran un resultado predecible pero sí permiten afirmar con diferentes grados de probabilidad por qué influyen en que se produzcan.
Descartes 1596-1650
Cuando los neurocientíficos quieren tratar sobre fenómenos observables tienen que hacerlo desde el trasfondo de un mundo vital compartido intersubjetivamente, desde la intersubjetividad  de una comprensión posible del mundo interior. A juicio de la autora y con respecto a la libertad, el neurocientífico no debería negar la libertad porque no la pueda explicar; el cometido estriba mas bien en averiguar cómo es posible que las razones que son mentales, puedan influir en las conductas a través de los procesos cerebrales que son de orden físico. Un misterio que subsiste desde el dualismo cartesiano.

Juan Carlos Hernández–Clemente.
Madrid.



Bok S. Exploring Happiness. From Aristotle to Brain Science.  Yale University Press. New Have 2010.- 218 Pag, incluye indice temático.

La felicidad sigue siendo un objeto filosófico apreciable. A los filósofos se han añadido economistas, médicos, psicólogos, sociólogos y otras disciplinas con ánimo de incrementar perspectivas y reflexiones. Algunas de estas perspectivas quieren ofrece soluciones prácticas a las personas, sea desde la perspectiva económica, psicológica o incluso biológica. Otras sencillamente quieren poner algo de clarida en el debate, en ocasiones para evitar posiciones ingenuas que pueden fácilmente derivar en recetas atractivas pero inútiles o incluso perjudiciales para las personas. El libro que comentamos se inscribe en esta línea de trabajo.
S. Bok
Sissela Bok es filósofa  y Senior Visiting Fellow del Harvard Center for Population and Development Studies. El libro podemos dividirlo en una primera parte que explora las definiciones y perspectivas históricas del término “happiness”, una segunda que explora como se mensura, y una tercera parte que plantea  hasta qué punto la felicidad viene ligada a aspectos caracteriales y si podemos considerar una felicidad estable.

En la primera parte la autora se esfuerza en presentarnos diferenes definiciones diferentes e incluso opuestas de lo que podemos entender por felicidad, o para ser mas precisos, lo que filósofos, escritores y otros intelectuales han definido por tal. Desfilan por consiguiente un amplio elenco de personajes con propuestas dispares: la felicidad com virtud, (Aristóteles, autor que viene a poner la primera piedra para fundamentar el libro), como buena voluntad (Kant), como poder que vence una resistencia (Nietzsche), como crecimiento personal, como “buena vida” (Séneca), etc. Parece que estamos ante un test de Rosrschard en que las definiciones nos hablan de los personajes, mas que de la felicidad en sí misma. Cada definición tiene un “pero” que la relativiza, y un “como” que nos hace ahondar en el camino biográfico en que esta definición fue formulada, y que parece su sustento mas firme. Bok evita tomar partido, parece que su tarea es pedagógica, mostrativa, si acaso para relativizar aquellas estrategias que indoctrinan a las personas para hacerles creer que solo hay un tipo de felicidad, y que deben conseguirla de una y solo una manera, sacrificando aspectos de su desarrollo personal.

En la segunda parte la autora hace desfilar a Bentham, con su calculus feliciti, Mill, que le enmienda la plana introduciendo una visión mas sensata y profunda del placer y dolor, y Francis Edgeworth (1881) con su propuesta de hedoninómetro, algo así como un termómetro para mensurar la felicidad que en cada momento tenemos.  Kant, por su parte, abona la idea de la felicidad como virtud y como camino de virtud, a lo que Bok opone biografías deshonestas que parecen felices. La conclusión que parece adoptar es la de James Griffin (pag 51), quien afirma que una vida moral no es suficiente para ser feliz, pero lo facilita. Aparecen los psicólogos, y entre ello Kaheman, reputado psicólogo de la felicidad heredero de la idea de un calculus feliciti basado en un hedoninómetro, y que propone 4 componentes de la felicidad: instant utility, que sería el balance entre placer y dolor/sufrimiento que podemos hacer en cualquier momento de nuestra vida, remembered utility, lo que nos queda en la memoria, satisfaction with domains of life, que sería la satisfacción en un área concreta de nuestra vida, por ejemplo la familia o el trabajo, y well-being, el estar bien o bienestar. Este autor propone dos métodos para objetivar la felicidad, (“objective happiness”): una monitorización diaria del “instant utility” o un resumen tipo diario. La idea de Kahenam sería evitar  las trampas que nos hace la memoria, o las trampas que nos hacemos cuando realizamos un balance vital de nuestra felicidad. Bok critica este tipo de diario porque tiene connotaciones moralistas, y también relativiza aquellos contructos que priorizan áreas concretas de la vida. Tal vez donde mas consenso existe entre los psicólogos de la felicidad es en admitir que las relaciones familiares y sociales son un componente por lo general central. La autora no niega que se avanza hacia una ciencia de la felicidad, pero esta ciencia deberá incorporar multiples disciplinas, como la neurociencia, psiquiatría y la economía, además de la citadas mas arriba.

En la tercera parte aborda el tema del carácter… ¿es la felicidad una cuestión de carácter? Así parece constatarlo muchos testimonios y estudios. Aborda por consiguiente el tema de la melancolía y depresión desde una perspectiva literaria, lo que desmerece en este punto un libro que se debe a los argumentos filosóficos, y constata diferentes tipologías sanguíneas y defensivas, en un mix de literatura y ciencia. Opone resiliencia a desprotección y advierte que personas dotadas de resiliencia podrían escasear en empatía, (una apreciación que no documenta y que me parece como mínimo dudosa). Trata de modelizar algunas diferencias caracteriales importantes de cara al estilo de vida que uno elige, por ejemplo la disposición a tomar riesgos, moralidad, experiencia del tiempo, higiene, tolerancia, extraversion… En fin, algunas citas interesantes que no atenúan  la sensación de que la autora anda en estos vericuetos básicamente perdida.

Petrarca
Aparece entonces otra de las preocupaciones de Bok y que articulan el libro: ¿es viable una felicidad prolongada? Ahí tenemos los poemas de Petrarca, la contemplación estética…  Freud pensaba que el ser humano no podía alcanzar la felicidad, que en realidad este concpeto le estaba vetado desde el mismo momento en que la cultura le obligaba a diferir la culminación de sus apetitos. Russell por el contrario cree que cada persona puede labrarse su felicidad si se aplica a ello. Ambos autores parecen enfrentados de manera irremisible, pero también hay coincidencias: ambos creen que la mayor parte de humanos son infelices, cuando las estadísticas arrojan datos objetivos en sentido contrario, y ambos escriben influidos por sus propias trayectorias vitales. Bok rastrea con sagacidad hasta qué punto Russsell tiene que invocar una Naturaleza generosa , que nos ofrece un “gran espectáculo”, y como cada ser humano debe sentirse unido a la cadena de generaciones que pasarán por la Tierra, una perspectiva en el fondo religiosa, como no dejaría de anotar Theilard de Chardin (ver nota a pie de la página 135).

La última gran cuestión que aborda Bok es el tema de la “Illusion” que en inglés es espejismo. La persona que se engaña en relación a su felicidad, ¿es verdaderamente feliz? ¿Son verdaderamente felices las personas que siguen un camino ascético? ¿Hacemos un bien despertando a los locos de sus sueños, como fue el caso de Lycas de Argos, narrado por Horacio? Las respuestas que da Bok son de tipo moralista: la persona se ve envuelta en engaños que acaban por favorecer un auto-engaño acerca de su propia vida. Hay que situar determinadas líneas rojas en nuestra vida y de esta manera alertarnos de que hay mecanismos de engaño operando en nuestro juicio de la realidad (“morals salience calls”, las llama). Admite que una manera de lograr una vida feliz  es sosteniendo una visión mas optimista de lo razonable acerca de nuestras capacidades y de nuestra valía, pero cree que todas las personas preferirían “la verdad” a esta cómoda instalación (sigue en este punto nuevamente a Griffin). Y siguiendo a Kant argumenta que esta persecución de lo verdadero, mas que de la verdad, es una manera de cuidarnos. Al final, pues, parece que Bok se decanta por una visión  virtuosa de la felicidad, en consonancia con su principal maestro, Aristóteles.

F. Borrell
Barcelona.


Webs de interés.- 

Os comentamos en este Boletín dos portales de interés:
1)Euroethics Health Network
Página alemana que permite acceder a documentos y legislaciones europeas referentes a la Bioética.  

EUROETHICS Overview

EUROETHICS is an extension of the Euroethics Health Network (EHN), a standardised, labour-dividing European information and database network on biomedical ethics. From 1996 to 1999 the European Commission supported the "Establishment of a European Database Network" through the BIOMED-2 Programme. With the help of this funding, France, Germany, the Netherlands and Sweden established the Euroethics Health Network, that will now be extended to new European partners.
National databases have been joined together into the unified European Database on Medical Ethics EUROETHICS. The database currently comprises over 11,500 documents (currently searchable via www.dimdi.de).


Databases and Data Collections Dealing with Ethics in Medicine and Biotechnology


Special Topics - Value added information products

The partners of EURETHNET are developing value-added information products on normative aspects of the life sciences. The section 'special topics' contains summaries of the scientific, legal and moral aspects of the most current issues in bioethics. Brief introductions in debates and legal documents will be given for Europe and different European countries. Those who want further information will also find links to relevant legal documents.
·         Dealing with biometrical data (data protection)
·         Genetically modified food
·         Predictive genetic diagnosis
·         Research involving humans

2)Aspectos éticos de la demencia (Dementia: ethical issues).  
Documento del Nuffield Council on Bioethics británico, resultado de un concienzudo estudio con el que se pretende orientar para la resolución de los conflictos éticos que se suscitan en el abordaje a todos los niveles de esta grave enfermedad.  Para su elaboración se consultó a pacientes, familiares y profesionales, con el fin de ilustrar sobre aspectos como cuándo y de qué manera informar sobre el diagnóstico, el conflicto entre la seguridad del paciente y su independencia y libertad o cómo tomar decisiones que maximicen los intereses del paciente. 
Juan Medrano
Bilbao

Artículo comentado.- 

La teoría de la mente: de la inteligencia artificial a la inteligencia híbrida
Autor: José Luis González Quirós, Madrid, 2010.
Edición para el Boletín de la Fundación Iatros, 2011.
Accesible en nuestro blog, Sección “Artículos especiales”., o clicando aquí.

José Luis González Quirós
El artículo que ofrecemos a nuestros lectores en abierto (edición supervisada y dirigida por su autor) sigue la estela de la “caja china” de Searle: ¿puede un ordenador tener conciencia como la tenemos los humanos? Cuándo un ordenador “habla” con nosotros, ¿“entiende” lo mismo que entendemos nosotros? Ray Kurzweil contesta afirmativamente: es posible crear un super-ordenador que disponga de conciencia, e incluso, ¿por qué no?, en un futuro podremos alcanzar la inmortalidad trasladando nuestra conciencia a la base física de un ordenador. Nuestros lectores recordarán el libro “Génesis” de Bernard Beckett: en un futuro los ordenadores ocupan el lugar de los humanos, la mente pasa de la base carbono a la base sílice, mucho mas estable, etc…

Al hilo de estas atrevidas afirmaciones José Luis González Quirós desgrana con minuciosidad el carácter especulativo de una visión de lo mental que la asimila al software de un ordenador, el llamado modelo funcional. Para ello se apoya sobre todo en Putnam (2001:104) : decir que “algún día la ciencia podrá encontrar la manera de reducir la conciencia (o la referencia o lo que sea) a la física”, aquí y ahora, es lo mismo que decir que algún día la ciencia “puede que haga no-sabemos qué de manera que no-sabemos-cómo” (2001:204).

La mente es un producto “vivo” y lo vivo tiene propiedades que en muchos aspectos continúan vedados a nuestro conocimiento: “El fondo del error que se comete al prescindir de los caracteres de la vida que parecen ser irreductibles a la mecánica y a la informática, es la tendencia a confundir lo abstracto con lo concreto”. Una cosa es el concepto de pensamiento y otra muy distinta es el pensamiento humano en si. Que podamos hablar del pensamiento y la conciencia humana no significa que sepamos lo que es. Poseer conceptos no equivale a conocer objetos.

¿Por qué razón tantas personas e incluso filósofos creen que es posible crear una mente- ordenador dotada de consciencia? José Luis cita varias razones, pero la siguiente me parece particularmente aguda: “Me parece que hay también otra razón que explica la confusión, si es que lo es, entre mente y cerebro desde esta perspectiva. Me refiero a que los fantásticos progresos tecnológicos de la era digital han supuesto una síntesis entre tecnologías reduccionistas (o inspiradas en saberes que lo son metodológicamente) y las tecnologías propiamente digitales, que no son reduccionistas o fisicalistas, sino que se apoyan en la capacidad de manejar propiedades semánticas, y que esa síntesis ha favorecido la confusión del significado metafísico de unas y otras”.

Es decir, como somos capaces de manejar signos y metáforas para crear programas para ordenador, nos parece que eso es ya un lenguaje como el humano, cuando tienen poco que ver. El lenguaje humano, añadiría yo, tiene el componente sentiente que destacó Zubiri, y que ancla los contenidos semánticos, por abstractos que sean, en nuestra realidad corporal.

Ahora bien José Luis , siguiendo a Ortega, ve oportunidades en la técnica como complemento, vestido,  o ampliación de lo humano. En este sentido afirma:
Creo, en suma, que el cerebro podrá contar con exoinstrumentos que se conecten con él de una manera bastante simple y efectiva para mejorar su rendimiento, espero que sea posible alguna ortopedia intelectual, alguna forma de inteligencia híbrida y que, por ahí, se abrirán nuevos caminos. Me parece, además, que esa nueva forma de inteligencia híbrida no vendrá únicamente por el lado del hardware, sino también por el lado del software, de la muy posible mejora del sistema de signos que usamos para pensar y calcular, y de las formas de automatizar sus relaciones a través de nuevas redes externas a nosotros o, a su manera, también híbridas”.
Este apretado resumen del trabajo de González Quirós no le hace justicia, pues hay otros ángulos desde los que resulta posible leerlo: como una evolución del pensamiento orteguiano, (no en vano JLGQ es uno de sus grandes conocedores), como una prolongación del eterno debate entre  monismo y dualismo, como una reflexión de cómo la cultura actúa como filtro histórico  a la hora de leer  los hechos de la Naturaleza, o las consecuencias de que “la verdad” deba ser expresada siempre mediante proposiciones, y por consiguiente su carácter líquido, para usar un adjetivo de moda, o semántico, si preferimos otro mas preciso. ¡Que lo disfruten nuestros lectores!.

Francesc Borrell,   Barcelona.